Por Thom S. Rainer *
En primer lugar, la definición de una iglesia disfuncional o enferma, dice, se refiere a una congregación que ya no lleva a cabo los propósitos bíblicos fundamentales y esenciales. En otras palabras, la iglesia no funciona correctamente; por lo que se le puede aplicar el término de disfuncional.
Explica que “por desgracia” no tuvo que buscar mucho para encontrar más de 20 ejemplos actuales de iglesias claramente disfuncionales. “En mi búsqueda, encontré seis temas recurrentes en todas ellas”.
En concreto, en cada una de esas veinte congregaciones, en la iglesia se manifestaban claramente como mínimo tres de estos seis síntomas.
Reider reconoce que este artículo se queda “cojo” al referirse sólo al estado negativo de muchas congregaciones, pero adelanta que también está preparando otro con las respuestas que obtuvo de un análisis en busca de posibles soluciones. En cuanto se publique, lo difundiremos.
Y ahora, los seis síntomas de una iglesia disfuncional
1. ERRORES TEOLÓGICOS GRAVES OMNIPRESENTES EN LA IGLESIA.
No se refiere, explica, a diferencias sobre cuestiones de los tiempos de la escatología. “Estos errores a los que me refiero eran la negación de las verdades esenciales de la fe cristiana. En algunos casos, el liderazgo ya no predica la exclusividad de la salvación por medio de Cristo”.
2. LA IGLESIA ES CONOCIDA COMO «DEVORADORA DE PASTORES.»
La congregación a menudo termina con la labor pastoral de una manera abrupta y de forma habitual. Quizás no siempre son formalmente expulsados, o cesados en su cargo, pero sí claramente presionados para que se vayan.
Por este motivo, se trata de un tipo de iglesias en las que el tiempo de labor pastoral de una misma persona es siempre corto como norma.
3. LA CONGREGACIÓN VIVE UN CONFLICTO GRAVE.
Cualquier grupo social finalmente siempre va a tener que afrontar algún tipo de conflicto a diferentes niveles: las familias, los compañeros de trabajo, los grupos de estudiantes, y las iglesias. Por lo tanto esto en sí mismo no es ningún síntoma negativo.
Pero las iglesias disfuncionales tienen conflictos a un mayor nivel, que a menudo se refleja en frecuentes explosiones emocionales entre miembros y líderes.
4. CASI NADIE EN LA ZONA SABE QUE EXISTE ESA IGLESIA.
Dice Rainer que uno de los sencillos pasos que ha hecho en su estudio es visitar las empresas que se encuentran dentro de un radio de un kilómetro alrededor de la iglesia. En esa visita, simplemente les pregunta cómo llegar a esa iglesia concreta. “Si nadie ha oído hablar de la iglesia en ese círculo próximo, sé que algo está mal”, afirma.
5. LA IGLESIA DISMINUYE, MIENTRAS LA COMUNIDAD CRECE.
Un simple ejemplo es la mejor forma de explicar esto. Supongamos que una iglesia ha disminuido en cuanto a la asistencia al culto en un 3% en los últimos dos años. Ahora, supongamos también que la comunidad en la que se encuentra esa iglesia ha crecido un 4% en los últimos dos años.
“El contraste entre las dos tasas de crecimiento es llamativa y un claro síntoma de una iglesia disfuncional”, dice Raider.
6. LA IGLESIA ES «PROPIEDAD FAMILIAR Y DE GESTIÓN FAMILIAR»
Una familia en particular, incluso aunque se trate de una familia muy extensa, es la que realmente toma todas las decisiones importantes en la iglesia. Nada se hace sin su visto bueno, y generalmente esto incluye el del patriarca o la matriarca de la familia.
Si esto ocurre, en definitiva, “la iglesia existe en gran medida para satisfacer las necesidades de una familia”.
* Thom S. Rainer, es un colaborador habitual del Christian Post, ha publicado un análisis para conocer si una iglesia se puede considerar realmente enferma.
Fuentes: The Christian Post