Después de una multitudinaria concentración de casi 20.000 personas el viernes hasta altas horas de la noche en la emblemática plaza madrileña, el llamado movimiento 15-M (empezaron a manifestarse el 15 de mayo) pretende quedarse el sábado y el domingo a pesar de esa prohibición.
«Para hoy y mañana tenemos una prioridad muy clara: respeto total y absoluto a la jornada de reflexión» electoral, este sábado, «y también a la jornada electoral» del domingo, explica Juan López, uno de los portavoces del movimiento en Sol.
Eso quiere decir que no se moverán de allí los cientos de jóvenes que llevan días formando un verdadero campamento en Sol, donde las asambleas y debates se suceden de día y de noche se duerme bajo las lonas de plástico que cubren una parte de la plaza o en tiendas.
Y si a última hora del sábado, como en los últimos días, personas de todas las edades acuden a una concentración espontánea, reivindicativa, pacífica y festiva, «que vengan; no hay ninguna convocatoria», señala, aunque apunta que «no se darán consignas por megafonía».
Y tras los comicios –en los que se eligen los ayuntamientos de toda España y los parlamentos de 13 de las 17 regiones y se espera la derrota de los socialistas–, «el lunes tenemos la firme intención de retomar nuestra agenda con mucha fuerza», asegura.
Identificar propuestas para «una democracia limpia de corruptos», más justa y representativa y que no gobierne bajo el dictado de los mercados es la agenda del movimiento, que dice no representar a ningún partido político.
A pesar de la prohibición de la junta electoral central, la policía no evacuó a los manifestantes el viernes, después que el gobierno español, que en todo momento se ha mostrado comprensivo, dio a entender que no ordenaría intervenir a las fuerzas de seguridad.
Este sábado por la mañana, unas 1.500 personas, entre jóvenes acampados, personas mayores que acuden a los debates, turistas y curiosos, llenaban la plaza, donde algunos aún dormían mientras el campamento se activaba.
La protesta, que comenzó el domingo pasado con un llamamiento espontáneo de jóvenes en las redes sociales, «está siendo algo necesario», se alegra la estudiante Julia Estefanía, de 20 años, con una frase que repite desde hace días gente de todas las edades, a modo de catarsis, por los graves efectos de la crisis en España.
Tras dos años de recesión, la economía española se recupera con dificultades, pero no así el desempleo, que se disparó desde un 8% antes de la crisis a más del 21% actualmente. Entre los menores de 25 años, supera ya el 44%.