«Pero tú, Daniel, cierra las palabras y sella el libro hasta el tiempo del fin. Muchos correrán de aquí para allá, y la ciencia se aumentará».
(Daniel 12:4)
Ya no queda duda alguna, nuestra generación ha sido capaz de experimentar los avances tecnológicos de mayor relevancia en la historia humana. Nuestros ojos han logrado ver cosas que jamás nuestros ancestros hubiesen pensado que fuesen posibles. La ciencia es el término utilizado para definir el conocimiento y los avances que el hombre ha sido capaz de desarrollar, en base al conocimiento y al estudio.
¿Qué vamos a ver de lo que sale de los laboratorios en todo el mundo? Convencido estoy que vamos a ver muy poco de lo que pervertidos genetistas están haciendo nacer en sus laboratorios. Si el público pudiera ver lo que se está haciendo, nos sentiríamos horrorizados y demandaríamos por un fin a los experimentos.
Desde ese punto de vista, nos encontramos con los hechos que testifican cómo el mismísimo código genético del planeta está siendo masacrado, en una toma de poder corporativa hostil, que avanza contra las leyes naturales de la Creación.
Y es así, como, a modo de ejemplo, nos encontramos con la noticia de que las vacas Azules Belgas han sido víctimas de la especulación humana que pretende ganarle al poder soberano de YHVH. Y es que después de haber sido blanco de la investigación genética, estos animales están siendo testigos de cómo serán sus generaciones futuras.
A continuación vamos a considerar un segmento emitido por el canal National Geographic. El mismo ofrece una visión de la misteriosa producción de las llamadas “Super Vacas”, que llevan intencionadamente un gen defectuoso que les permite crecer anormalmente. De este modo se obtiene un animal grande, con una “doble musculatura”.
Este saco de musculo es un monumento al poder genético de la cría selectiva. Un solo defecto genético, un gen de la miostatina defectuoso, es responsable de su enorme masa, y ese defecto fue cuidadosamente pasado a través de la raza desde hace más de un siglo antes de que fuera conocido lo que estaba causando su impresionante “doble musculatura”.
Esta raza “mutante” que tiene poco de ganado se conoce oficialmente como la Azul Belga. Sus orígenes se remontan a principios del siglo XIX cuando los científicos y los agricultores belgas decidieron criar ganado nativo con Shorthorn y posiblemente variedades de ganado Charolais. Llegaro a la creación un híbrido fuerte y musculoso. Con el tiempo, y desde este híbrido, los ganaderos podrían seleccionar los animales más fuertes y más grandes de cada variedad y criarlos juntos para crear descendientes supuestamente superior.
“La cría selectiva … es utilizada por los agricultores para mejorar las características deseables en los animales”, explica el National Geographic Channel sobre el proceso. “Es todo sobre la gestión del sexo. Para crear estos Azules Belgas por más de 100 años, los agricultores sólo han permitido que las vacas y los toros con la mayor masa muscular se apareen. Y el resultado es un toro que pesa más de una tonelada.”
La tradición de la cría de los Azules Belgas de esta manera sigue viva. Hasta aquí la descripción de lo que se hacía tiene que ver con el cruzamiento de líneas puras que son las que buscan determinadas características fenotípicas de alguna especie. Pero el asunto de juicio es lo que ha surgido en nuestros días, la manipulación física de los genes. Justamente en este aspecto, los Azules Belgas de hoy se crían de forma más selectiva, ya que los avances tecnológicos han dado a los criadores una nueva visión de las modificaciones genéticas. Como resultado, los más exitosos Azules Belgas poseen un defecto genético inherente que hace que sus músculos sigan creciendo, que es lo que les da su enorme tamaño.
Es así como el Azul Belga deliberadamente es criado con este gen defectuoso, conocido como miostatina, que altera sus patrones normales de crecimiento. El gen de la miostatina es responsable de decirle al cuerpo cuándo dejar de producir músculo, y en las Azules Belgas, su fracaso permite un crecimiento excepcional, más allá de la norma.
“No hay un gen que regula el crecimiento de los músculos en el ganado”, añade el canal de National Geographic sobre el proceso. “Estas vacas han sido criados selectivamente a partir de animales que contienen una copia de este gen que no funciona. Como resultado, sus músculos crecen mucho más grande de lo normal. Para asegurar que el gen defectuoso se transmita, el sexo en los Azules Belga ha sido sustituida por la tecnología en la forma de la inseminación artificial».
¿Cuál es el propósito de todo esto? Respuesta simple: crear más carne, que a su vez genera más beneficios para la industria frigorífica. Y las Azules Belgas se informa que son cada vez más populares en varias partes del mundo, donde la codicia y las ganancias deshonestas de riquezas son los reyes.
Sería bueno concluir que mientras que el hombre se jacta del conocimiento, debe recordar que su intelecto es incompleto, no llegando a conocer el momento en el que dejará este mundo (Eclesiastés 9:12).
También debe tener en cuenta, que el Eterno Dios, fuente de toda Ciencia, es capaz de quitarle al hombre la sabiduría adquirida, si a Él así le place, haciendo el conocimiento del hombre vano. Tanto que hasta también puede darle la inteligencia al humilde y al menesteroso:
«Que deshago las señales de los adivinos, y enloquezco a los agoreros; que hago volver atrás a los sabios, y desvanezco su sabiduría».
(Isaías 44:25)