Por P.A. David Nesher
El regalo divino más maravilloso que hemos recibido es la Instrucción (Torah) del Eterno. Nuestro Creador, YHVH es Su Nombre, se encargó que este regalo fuera usado correctamente inspirando, a lo largo de unos 1.600 años, un manual de 66 rollos que hoy se conoce con el nombre de Biblia. Ella es, literalmente, la forma en la cual el Eterno mismo se revela y se comunica con la humanidad. Cada uno de sus 66 libros enseñan cómo cumplir fielmente la Torah en nuestras vidas. Todo lo que sabemos sobre nuestro Formador viene de las Sagradas Escrituras y contienen todo lo necesario para ser un hijo justo y vivir la vida según esta convicción.
Sin embargo, al mirar la cristiandad, notaremos que hay muchas cosas que los que se autodenominan seguidores de Cristo creen, y que NO SON BÍBLICAS en lo absoluto.
¿Qué explicación se le puede dar a esto? Muy sencillo. La gran mayoría de las veces, los cristianos escuchan a alguien decir algo que les gustó y les hizo sentido. Entonces se dedican a repetirlo como si fuera de parte de la revelación divina sin corroborarlo en las Escrituras, tal y como lo hacían los creyentes de Berea que escuchaban la catequesis del apóstol Pablo (Hch. 17:11). Hay algunos de estas frases y afirmaciones que han sido tan popularizadas, que hay creyentes sinceros (incluso pastores) ¡que afirman que son versículos de la Biblia!
1. “Ayúdate que yo te ayudaré.”
Comienzo con ella pues es la que más he escuchado repetir cuando estoy hablando con algún ser humano que quiere jactarse ante mí de tener su mente iluminada por la Biblia.
No existe registro en la Biblia en el que se encuentre ésta afirmación, y popularmente la gente cree que La Biblia lo dice, simplemente porque en medios de comunicación masiva y personas en su diario vivir lo han compartido.
En verdad, esta frase es anti-Evangelio. La misma promueve en la mente humana el desarrollo de una actitud de auto-dependencia y fariseísmo. Se induce a creer que por mis obras y esfuerzo, el Eterno está obligado a sorprenderse, y por ende, a ayudarme en mis metas y planificaciones. Es la actitud satánica de que “esforzándote más lo harás mejor” y llegarás a ser pleno. Justamente, esta actitud es la que siempre estorba el trabajo que el Eterno quiere hacer en la vida de un ser humano mediante la revelación de Su Hijo.
La frase «Ayúdate que yo te ayudaré» tiene su origen en escritos del obispo de Hipona del siglo IV, Agustín. Él decía: “Haz lo posible, que Dios hará el resto” y también escribió esto: “Dios ayuda a los que se ayudan», obviamente esto se interpretó como los que “se ayudan a sí mismos”. Desde aquí la herencia oral intergeneracional lo convirtió en “ayúdate”. Como es obvio pensar, Agustín había leído La Biblia y habría encontrado un texto que conlleva un mensaje similar; pero él acomodó la frase a su modo poniéndole sus propias palabras.
Veamos entonces lo que la Biblia sí afirma:
La Biblia sí afirma que debemos esforzarnos y tener valentía para obedecer lo que YHVH dice en Su Instrucción (Torah), con el fin que todo lo que emprendamos y hagamos nos salga bien.
Literalmente el texto es: «Solamente esfuérzate y sé muy valiente, para cuidar de hacer conforme a toda la ley que mi siervo Moisés te mandó; no te apartes de ella ni a diestra ni a siniestra, para que seas prosperado en todas las cosas que emprendas» (Josué 1:7). Vemos aquí la orden del Eterno a Josué, el sucesor de Moisés, al tomar el mando del pueblo de Israel tras el fallecimiento de este último. Antes que Josué conquistara Jericó, y atravesara el río Jordán, YHVH le dio varias indicaciones para obtener la victoria, y entre ellas se encontraba ésta en particular.
Fíjense que el contexto es totalmente diferente al concepto que popularmente se tiene del “Ayúdate que yo te ayudaré”, aquí se trata es de obedecer los mandatos del libro de la Torah (los cinco primeros libros de La Biblia). Esto complementa el hecho que debemos tener la iniciativa para dejar la pereza y tener dedicación para lograr los grandes objetivos en la vida. Pero esto parte de seguir las palabras que YHVH me ha revelado en Su Instrucción.
El Eterno nos dio unas capacidades, talentos y raciocino. Pero éstos deben ser usados bajo una absoluta dependencia de Su Voluntad, que es buena, agradable y perfecta (Rom. 12:3) y que se encuentra revelada en la Torah. Justamente la realidad del Evangelio del Reino que Yeshúa proclamó es: que el Eterno solamente ayuda a aquellos que mueren a sí mismo y lo siguen en Su Yugo (Mateo 16:24).
¡La gracia puede hacer maravillas en el hombre que le abre su corazón al Eterno y obedece Su Instrucción (Torah)!
____________________________________________
2. “Dios quiere que yo sea feliz.”
Muchas personas cristianas hoy en día creen que el objetivo final de Dios es hacernos feliz. Esto es especialmente popular hoy en día en los púlpitos llenos de mensajes de la New Age, desde donde se implanta en los oyentes la idea de los derechos humanos como importantes en su relación con el Eterno. Por alguna razón, es algo común pensar en Dios como nuestro asistente personal, esperando a que nosotros pidamos algo para darnoslo. Es impresionante la cantidad de pecado que justificamos porque creemos que “Dios sólo quiere que yo sea feliz.” De ese modo este pensamiento genera esta falacias:
1. Lo que me haga feliz debe estar correcto. Lo que me haga infeliz debe estar equivocado.
2. La incomodidad, demora, riesgo, sufrimiento, inconvenientes y obstáculos no pueden ser la voluntad de Dios.
El resultado práctico de esto será que dichos creyentes comienzan a adorar a los dioses falsos del confort, el dinero, el placer, y todo lo que el sistema de cosas reptiliano les ofrece.
El problema con esta teología New Age es que a menudo otorga el permiso para hacer cosas que deshonran a la Voluntad del Eterno revelada en Su Torah. Desde allí se daña la relación de alianza con YHVH e incluso las relaciones con los demás. Eso no está bien.
El Eterno Dios nos llama a la santidad, y no a la felicidad. Después de todo la felicidad es una condición esencial de nuestro espíritu que viene en nosotros desde nuestra concepción. Lo que en verdad YHVH anhela es que nos convirtamos en Bienaventurados. La palabra bíblica (en el NT) para bienaventurado “makarios” significa “supremamente bendecido” o “exageradamente feliz”. Esta es la meta del Dios verdadero, YHVH, para nosotros, incluso cuando las cosas no van de la manera que queremos que vayan. El deseo del Eterno es hacernos santos, no sólo temporalmente feliz. La verdadera felicidad es una vida “bendecida”, y sólo llega cuando buscamos el Reino de YHVH en primer lugar, amando su justicia (Torah) por encima de todo.
Para logra esto es necesario dejarnos transformar en su proceso de santificación. Nuestro Formador quiere que lo honremos con nuestras opciones diarias y nuestro estilo de vida en general. Según la Biblia, existe el bien y el mal. Y cuando algo está mal, el Eterno nos dice “no lo hagas” desde lo que claramente ha establecido en Su Torah.
«Por lo tanto, vivan como hijos obedientes de Dios. No vuelvan atrás, a su vieja manera de vivir, con el fin de satisfacer sus propios deseos. Antes lo hacían por ignorancia, pero ahora sean santos en todo lo que hagan, tal como Dios, quien los eligió, es santo. Pues las Escrituras dicen: «Sean santos, porque yo soy santo»
(1 Pedro 1:14-16).
¡El Eterno no te quiere feliz cuando tu idea de felicidad sólo se basa en las cosas de este mundo! Los aprendices de Yeshúa tienen una visión diferente de las cosas que todos los demás. Sabemos que hay más en esta vida que el aquí y ahora. Así que codiciar lo que ofrece este sistema de cosas (y tratar de encontrar total realización y felicidad en ello), es idolatría. Y nuestro Abba no quiere que adoremos ídolos, pues eso acarrea muerte y condenación.
«No amen a este mundo ni las cosas que les ofrece, porque cuando aman al mundo no tienen el amor del Padre en ustedes. Pues el mundo solo ofrece un intenso deseo por el placer físico, un deseo insaciable por todo lo que vemos, y el orgullo de nuestros logros y posesiones. Nada de eso proviene del Padre, sino que viene del mundo; y este mundo se acaba junto con todo lo que la gente tanto desea; pero el que hace lo que a Dios le agrada vivirá para siempre»
(1 Juan 2:15-17).
Lo que el Eterno Dios quiere es que seamos obedientes a Él, que confiemos en Sus promesas de Alianza y que siempre esperemos sin ansiedad alguna, sabiendo que todo lo que hace obra para el bien de Su propósito eterno, aunque no nos haga sentir “felices” en ese momento (Romanos 8:28).
____________________________________________
3. “Todos somos hijos de Dios.”
La Biblia establece claramente, que toda la humanidad es creación de Dios (Colosenses 1:16), pero que sólo aquellos que han nacido de nuevo son hijos del Eterno Dios (Juan 1:12; Juan 11:52; Romanos 8:16; 1 Juan 3:1-10). Es decir, que sólo aquellos que se han arrepentido de sus pecados y que han puesto su fe en Yeshúa como Mesías y Señor, y a quienes el Eterno los santificó con al Torah por medio de Su Espíritu Santo pueden llamarlo “Padre” (Romanos 8:15-16).
Por lo tanto, todos los que no tienen a Yeshúa como su Mesías no son hijos del Altísimo:
“Antes ustedes estaban muertos a causa de su desobediencia y sus muchos pecados. Vivían en pecado, igual que el resto de la gente, obedeciendo al diablo —el líder de los poderes del mundo invisible—, quien es el espíritu que actúa en el corazón de los que se niegan a obedecer a Dios”
(Efesios 2:1-2).
“Por lo tanto, podemos identificar quiénes son hijos de Dios y quiénes son hijos del diablo. Todo el que no se conduce con rectitud y no ama a los creyentes no pertenece a Dios”
(1 Juan 3:10)
En la Escritura, los que se pierden nunca son mencionados como hijos de Dios. Efesios 2:3 nos dice que antes que fuéramos salvos, “éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás”. El apóstol Pablo, en Romanos 9:8, dice que “…no los que son hijos según la carne son los hijos de Dios, sino los que son hijos según la promesa son contados como descendientes”. En vez de haber nacido como hijos del Eterno, nacimos en pecado, el cual nos separa de YHVH y nos sitúa al lado de Satanás como enemigos del Altísimo Dios (Juan 8:43). Un verso después, en Juan 8:44, Jesús dijo a los fariseos; “Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer…”
Nos convertimos en hijos de YHVH cuando somos salvos porque somos adoptados dentro de la familia de Dios a través de nuestra relación con Yeshúa, el Mesías (Gálatas 4:5-6; Efesios 1:5). Esto puede verse claramente en versos como Romanos 8:14-17. “Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios. Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba Padre! El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios. Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con Él, para que juntamente con Él seamos glorificados.” Aquellos que son salvos son… hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús” (Gálatas 3:26) porque Dios nos ha “…predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de Su voluntad” (Efesios 1:5).
____________________________________________
4. “Dios no te dará más de lo que puedas soportar”.
Esta frase suena agradable y reconfortante, pero, nuestro Abba nunca dijo esto. De hecho, es seguro que el Eterno te dará más de lo que puedas soportar.
Lo que sucede en realidad, es que muchos cristianos piensan que este paradigma es cierto porque confunden lo que dice La Biblia en 1 Corintios 10:13:
«Y Dios es fiel; no permitirá que la tentación sea mayor de lo que puedan soportar. Cuando sean tentados, él les mostrará una salida, para que puedan resistir«.
Si leemos cuidadosamente, nos damos cuenta que el versículo habla de la tentación, no las situaciones y dificultades que afrentamos a diario. La Biblia dice que el Eterno nunca permitirá más tentación de lo que puedas soportar. Él siempre te dará una salida de la tentación. Pero la Biblia nunca dice, “Dios no te da más de lo que puedas soportar”.
La realidad es que toda la vida es una dificultad tras la otra. El propósito de que nosotros vivamos en un mundo caído no es para que intentemos con nuestras fuerzas llevar este yugo pesado, sino que nos rindamos ante el Eterno Dios. Este es un mundo caído y nuestro Abba nos diseñó para una eternidad perfecta en Él. Por eso es que Yeshúa nos dice: “En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo” (Juan 16:33).
Como seres humanos, naturalmente tratamos de resolver nuestros problemas con nuestra propia fuerza y habilidades. Si crees que Dios nunca te dará más de lo que puedes soportar, entonces cuando viene la crisis vas a tratar de apoyarte en tus propias fuerzas. Esto no es lo que Dios quiere para ti. Dios nos da más de lo que podemos soportar de manera que aprendamos a confiar en su poder.
El apóstol Pablo luchó contra lo que llamó un aguijón en la carne. No sabemos exactamente de qué se trataba, pero hizo que su vida y ministerio fuera un desafío. En tres ocasiones diferentes, le pidió a Dios que le quitara esta condición debilitante.
«Cada vez él me dijo: «Mi gracia es todo lo que necesitas; mi poder actúa mejor en la debilidad». Así que ahora me alegra jactarme de mis debilidades, para que el poder de Cristo pueda actuar a través de mí. 10 Es por esto que me deleito en mis debilidades, y en los insultos, en privaciones, persecuciones y dificultades que sufro por Cristo. Pues, cuando soy débil, entonces soy fuerte«
(2 Corintios 12:9-10).
Notamos que el apóstol Pablo estuvo feliz cuando sufrió porque le permitió experimentar el poder de Dios en su vida.
La verdad, de todo esto, es que creceremos más cerca de Dios en nuestros tiempos de sufrimiento y dolor, que en los tiempos de facilidad y comodidad. Esos momentos de crisis y lucha son momentos en los que podemos experimentar el poder de Dios que nos sostendrá.
Dios nos dará más de lo que podemos soportar. Cuenta con eso. Pero lo hace para que lo conozcamos mejor y para que confiemos más profundamente en su poder.
____________________________________________
5. “Todos adoramos al mismo Dios”.
Esta falacia surge porque muchas personas sostienen que todas las religiones son caminos igualmente válidos para llegar a Dios y descubrir el sentido de la vida. Otras muchas creen que en todas las religiones hay cosas buenas y cosas malas, y que ninguna posee el monopolio de la verdad ni puede afirmar que es la única vía que conduce a Dios.
Esas ideas son populares en la sociedad pluralista y “tolerante” de hoy. Tanto es así que a los que no las comparten suele vérseles como personas llenas de prejuicios, de mente estrecha.
Si somos sinceros, podemos desde este falso paradigma hacer algunas reflexiones. Si todas las religiones llevaran a un mismo Dios, las veríamos promoviendo la paz y unidad entre la humanidad. Pero ¿lo están haciendo? La historia demuestra que en lugar de unir a la gente, la religión ocasiona divisiones y peleas.
La conclusión es obvia. Las religiones del mundo no han traído paz y unidad y no han conducido a la gente a adorar al verdadero Dios. Al contrario, han dividido a la humanidad y han pintado un cuadro confuso de quién es Dios y de cómo adorarlo. Por consiguiente, todo el que quiera adorar al Dios verdadero tiene que elegir con cuidado el camino que seguirá. Esto está en armonía con lo que dice la Biblia. Ella indica claramente que para encontrar el camino que conduce al Dios verdadero hay que pensar con detenimiento y decidir en consecuencia. Josué, siervo del Eterno, dijo lo siguiente a la antigua nación de Israel: “Escójanse hoy a quién quieren servir, si a los dioses a quienes sirvieron sus antepasados que estaban al otro lado del Río, o a los dioses de los amorreos en cuya tierra están morando. Pero en cuanto a mí y a mi casa, nosotros serviremos a Yahvéh”. Años después, el profeta Elías también animó al pueblo a que escogiera: “¿Hasta cuándo irán cojeando sobre dos opiniones diferentes? Si YHVH es el Dios verdadero, vayan siguiéndolo; pero si Baal [un dios cananeo] lo es, vayan siguiéndolo a él” (Josué 24:15, 16; 1 Reyes 18:21).
Estos y otros textos bíblicos demuestran categóricamente que los que querían servir al Dios verdadero tuvieron que tomar una decisión bien pensada. Hoy día nos encontramos en la misma situación. Si queremos adorar y servir al Dios verdadero, tenemos que decidirnos por el camino correcto. Ese camino está revelado por Yeshúa, la Torah viviente del Eterno Dios.
Sí, hay un solo Dios vivo y verdadero (Deuteronomio 4:39), pero Él sólo acepta la adoración que viene a través de Su hijo unigénito, Yeshúa, … no Buda, ni Mahoma, ni ningún otro (Hechos 4:12; Juan 14:6).
____________________________________________
6. “Todos somos gente buena”.
Muchos seres humanos postmodernos no se quieren acercar al Eterrno porque dicen que no se explican “por qué un Dios lleno de amor, puede permitir que le sucedan tragedias a personas buenas”.
Muchas veces, ka tendencia de los seres humanos, es colocarse en el asiento del juez, determinando desde criterios relativistas lo que está bien y lo que está mal. Pensamos que una persona es más buena o más mala que otra o peor aun, que somos mejores que otra persona por cualquier razón. La realidad bíblica es que no hay ninguno bueno entre nosotros. Ni uno, dice la Escritura (Romanos 3:10). Es por esta razón que necesitamos el sacrificio de Yeshúa.
Quizá a ti te haya pasado algo malo y tu te consideras una persona buena que no le hace mal a nadie, a lo mejor pueda que estés sufriendo por la perdida de un ser querido, porque te despidieron, porque sufriste un accidente o te paso algo sumamente malo que se te hace difícil sacarlo de tu mente. Y es aquí donde tu te cuestionas.. ¿Porque un Dios bueno puede permitir que cosas malas me pasan? ¿Porque a mi si no le hago daño a nadie? Si te haces estas preguntas déjame decirte que ¡conoces muy poco a Dios! Es por eso que debes aprender lo siguiente:
«No hay nadie que entienda, nadie que busque a Dios. Todos se han descarriado, a una se han corrompido. No hay nadie que haga lo bueno; ¡no hay uno solo!»
(Romanos 12:11-12)
Ante los ojos del Eterno todos los hombres son iguales. No hay distinción de raza, clase social, sexo, sin embargo aunque parezca que el Eterno nos hizo distintos solo tenemos una cosa común y es el PECADO. Desde las personas mas ricas hasta las mas pobres han ofendido el carácter santo y justo de Dios al quebrar Su Instrucción (Torah). Eso es el pecado, nos vuelve imperfectos ante los ojos de YHVH y nos separan y condenan al Lago de Fuego.
«Porque la paga del pecado es muerte, mientras que la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús, nuestro Señor».
(Romanos 6:23)
Debido a que todos somos pecadores, esa condición hace que “Nadie sea bueno”, ya que todos en nuestra vida hemos mentido, hemos robado, hemos codiciado a alguien etc.. y toda la vida seremos así.. no hay pecado grande o mayor.. para el Eterno tanto la mentira como el asesinato son considerados faltas graves contra su persona. Leemos lo siguiente:
«Porque el que cumple con toda la Torah pero falla en un solo punto ya es culpable de haberla quebrantado toda.
Pues el que dijo: «No cometas adulterio», también dijo: «No mates.» Si no cometes adulterio, pero matas, ya has violado la Torah».
(Santiago 2:10-11)
Ahora que comprendemos que para Dios no hay nadie bueno, ya que TODOS se han descarriado, podemos empezar a tener un enfoque diferente de las cosas.
«No se engañen: de Dios nadie se burla. Cada uno cosecha lo que siembra«.
(Gálatas 6:7)
El fracaso emocional que estés pasando, las malas relaciones que puedas estar teniendo o algo grave por lo que estés atravesando muy posiblemente sea por las malas decisiones que has tomado tu u otras personas que te rodean, como padres y amigos. Decisiones tomadas dándole la espalda a lo que la Torah revela.
Cuando llevamos una vida en desobediencia a la Torah del Eterno, no considerando sus consejos y principios bíblicos, llegamos a tener una vida egoísta y vacía, llena de múltiples problemas y dificultades. Si conocemos poco a Dios nos podemos llegar a irritar y enojarnos con Él, echándole la culpa de nuestras desgracias, cuando ya vimos que no es así.
Medita bien en esto: las malas decisiones que tomes hoy decidirán quien eres mañana, recordando que el Eterno siempre esta contigo en donde quiera que vayas.
El Eterno es bueno con todo aquel que lo busca, Él tiene un diseño de propósito perfecto para cada persona y cada circunstancia que pasa (sea buena o aparentemente mala) solo es una oportunidad que Él nos da para que vivamos por Yeshúa cada día, escuchando y obedeciendo Su Instrucción (Torah).
¡El Señor te ama, clama a Él y con paciencia el te responderá! ¡No te dejes vencer por el mal al contrario véncelo con el bien que se esconden en Su Torah! ¿Que tu fe no desmaye! ¡Cobra fuerzas en el Señor!
____________________________________________
7. “Cuando alguien muere, Dios gana un angelito.”
La respuesta aquí es simple y sencilla: los humanos son humanos y los ángeles son ángeles. La Torah, claramente enseña que los ángeles son seres distintos a los humanos. En el Salmo 8:4-5 de la Biblia aparece que Dios hizo a los humanos un poco menos que los ángeles. Hebreos 12:22-23 menciona que los ángeles y los espíritus perfeccionados de la gente justa se encuentran bien diferenciados en la asamblea de adoración de Abba. Esto implica que los espíritus humanos mantienen sus propias cualidades después de la muerte y no se convierten en ángeles. Esto se mantiene así hasta la eternidad.
En el caso de los niños que no alcanzaron la capacidad de razonamiento y mueren, hay que también entender que fueron creados como seres humanos. Por lo tanto, siempre serán seres humanos. Cuando mueren, no se convierten en ángeles, una clase de criatura diferente. En este mundo nosotros conocemos y amamos a los niños como seres humanos. Después de la muerte los niños siguen siendo seres humanos.
Así como Yeshúa no llegó a convertirse en ángel cuando murió y resucitó, así no se va a convertir en ángel ningún ser humano.
La Biblia incluso enseña lo siguiente: «¿no sabéis que juzgaremos ángeles?» (1 Corintios 6:3 ). Si bien este versículo puede estar refiriéndose a los ángeles rebeldes que han elegido seguir a Satanás, implica que nuestra condición después de la muerte será superior a la de los ángeles.
De hecho, a los ángeles les intriga la interacción entre el Eterno y los humanos creados a Su imagen y semejanza:
“A éstos se les reveló que no para sí mismos, sino para nosotros, administraban las cosas que ahora os son anunciadas por los que os han predicado el evangelio por el Espíritu Santo enviado del cielo; cosas en las cuales anhelan mirar los ángeles”.
(1 Pedro 1:12)
____________________________________________
8. “Todos vamos al mismo sitio cuando muramos”
Esta falacia proviene de la doctrina babilónica de la mortalidad del alma. Dicha doctrina se fundamenta principalmente en decir que el alma no muere después del fallecimiento de una persona. HaSatán ha logrado con esta falacia usar a las religiones para enseñar que los difuntos se convierten en espíritus a los que los vivos deben respetar y honrar. Según esta creencia, esos espíritus pueden ser amigos poderosos o enemigos terribles. Creyendo esta mentira, muchas personas los temen, los honran y les rinden culto. La Biblia, en cambio, enseña que los muertos están durmiendo y que solo debemos adorar al Dios verdadero, Yahvéh, quien nos ha creado y nos ha dado todo (Revelación 4:11).
Al leer La Biblia descubrimos otra cosmovisión acerca de este asunto. El libro de Eclesiastés 12:7, que en relación al final de nuestra vida dice:
“… y el polvo vuelva a la tierra, como era, y el espíritu vuelva a Elohim que lo dio.”
Bien, la pregunta es: ¿puede aquel que muere estar consciente y saber todo lo que ocurre con sus seres queridos en la tierra a tal punto de comunicarse con ellos?, Respecto de eso, la Biblia aclara:
“Porque los que viven saben que han de morir; pero los muertos nada saben, ni tienen más paga; porque su memoria es puesta en olvido. También su amor y su odio y su envidia fenecieron ya; y nunca más tendrán parte en todo lo que se hace debajo del sol“
(Eclesiastes 9:5 y 6)
Muchos pasajes de la biblia reafirman esta idea, es más en diversas ocasiones la muerte es comparada con un sueño:
“Dicho esto, les dijo después: Nuestro amigo Lázaro duerme; mas voy para despertarle“.
(Juan 11:11)
“Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza. Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él“.
(1 Tesalonicenses 4:13,14)
Quiero quedarme con esta ultima idea. La Biblia es clara, no quiere que estemos sin una esperanza, a muchos amados perderemos, pero podremos volver a abrazarles cuando el regrese, si aceptamos su salvación, ¿Quieres respuestas?, La Biblia las tiene, no siempre nos gustaran, pero créeme, Dios sabe como hace las cosas y te ama con una profundidad inimaginable.
Cuando conocemos la verdad sobre los muertos, ya no nos engañan las mentiras religiosas. Además, entendemos mejor otras enseñanzas de la Biblia, como por ejemplo, la promesa de vivir eternamente en el Milenio y desde allí el Paraíso.
Esta esperanza se vuelve muy real para nosotros cuando aprendemos que los difuntos no van a vivir como espíritus a otra parte. ¡No existe un estado intermedio con conciencia entre la muerte y la resurrección!
____________________________________________
9. «Dios ama al pecador pero aborrece el pecado»
¿Está esto basado en las Escrituras? Me temo que no. La verdad es que esta frase fue dicha por el abogado, pensador y político hindú Mahatma Gandhi. Tiempo después esta frase fue tomada por muchos cristianos y en sus púlpitos y sermones comenzaron a mencionarla implantándola en los oyentes como un paradigma bíblico.
La Biblia, en cambio, simplemente no dice esto. De hecho, se dice lo contrario:
«Los que se ensalzan no estarán delante de tus ojos; aborreces a todos los que hacen iniquidad.”
(Salmo 5: 5)
Sé que muchos de Uds. van a protestarme aquí, pero la Biblia también dice:
«Porque tú no eres un Dios que se complace en la maldad; El malo no habitará junto a ti.
Los insensatos no estarán delante de tus ojos;
aborreces a todos los que hacen iniquidad.»
(Salmos 5:4-5)
«Dios es juez justo, y Dios está airado contra el impío todos los días».
(Salmos 7:11)
«Abominación son a YHVH los perversos de corazón; más los perfectos de camino le son agradables».
(Proverbios 11:20)
Será bueno aclarar que esto no significa que el Eterno es cruel. Él abomina al pecador porque es Justo. Las Escrituras revelan que YHVH es Juez Justo, por lo tanto, abomina al pecador. Él no mandara el homosexualismo al lago de fuego el mandara al homosexual. No mandara el robo a la condenación eterna, sino que Él mandara al ladrón. Esto no se trata de crueldad, sino de plena Justicia revelada en la Torah.
¡En La Biblia no dice que la ira de Dios se manifiesta sobre el pecado, dice que la ira divina se manifiesta sobre el pecador!
«El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él».
(Juan 3:36)
«Nadie os engañe con palabras vanas, porque por estas cosas viene la ira de Dios sobre los hijos de desobediencia».
(Efesios 5:6)
El aborrecimiento justo es una píldora difícil de tragar tal debido a la cultura auto-centrada, autosuficiente, egoísta , ególatra, y de auto-exaltación en la que vivimos. Lo que todos tenemos que entender es que en la cruz del Gólgota, sobre el cuerpo del Cordero divino, el amor y el odio santo chocaron.
Seamos sinceros; la mayoría de los cristianos profesantes de hoy adoran a un Jesús incompleto, el Jesús romano. Un falso Cristo. Por otra parte, si no entendemos el odio del Eterno, Su amor perfecto no significa mucho para nosotros. Tenemos que llegar a un acuerdo con el odio santo de YHVH. El versículo más conocido pero desconcertante en el Nuevo Testamento que nos confronta con el odio de Dios por los pecadores es Romanos 9:13- “a Jacob amé, mas a Esaú aborrecí.” Es comprensiblemente difícil envolver nuestras mentes alrededor de esto, pero si tomamos el Biblia en serio tenemos que aceptarlo y poner nuestras emociones volubles, opiniones y tradiciones de lado.
En el gran esquema de las cosas, el odio de Dios será derramado sobre los no elegidos por la eternidad en el lago de fuego. Tenemos que entender que el Eterno es perfectamente justo y bueno para sólo salvar a algunos porque todos merecemos su ira aborrecedora. Romanos 9:14-15 arroja más luz: “¿Qué diremos entonces? ¿Que hay injusticia en Dios? ¡De ningún modo! Porque El dice a Moisés: Tendré misericordia del que yo tenga misericordia, y tendré compasión del que yo tenga compasión.” Cuando comprendemos y continuamente recordamos que Yahvéh nos ha salvado a los pecadores de experimentar su odio, nos hace ser personas humildes agradecidas.
____________________________________________
Al considerar todas estas falacias, notamos que lo paradójico del cristianismo es que por un lado enseña que la Biblia fue inspirada por Dios y es de Su autoría, y aunque usó el puño y letra de seres humanos no tiene errores en su mensaje. Pero, por el otro lado fomenta el analfabetismo bíblico en aquellos creyentes que mantiene en sus filas, permitiendo que sostengan, afirmen y declaren estas falacias como parte de la revelación de la Instrucción de Dios.
Yo quiero aconsejar al lector sincero que está leyendo esta bitácora, que en lugar de aceptar estas cosas sólo porque son populares o porque las escuchaste de un pastor o líder en la iglesia, seas como los creyentes de Berea que La Biblia describe que “día tras día examinaban las Escrituras para ver si Pablo y Silas enseñaban la verdad” (Hechos 17:10-11).
Por último, te aconsejo que a partir de ahora todo lo que confieses como paradigma de fe, esté sujeto a la revelación de Su Palabra. La Biblia dice:
“Si alguno habla, hable conforme a las palabras de Dios; si alguno ministra, ministre conforme al poder que Dios da, para que en todo sea Dios glorificado por Jesús, el Cristo, a quien pertenecen la gloria y el imperio por los siglos de los siglos. Amén.”
(1 Pedro 4:11)
Nota:
Seguramente varios de ustedes vienen considerando hacer donativos a este ministerio de enseñanza que el Eterno me ha encomendado. Los mismos serán usados en las actividades sociales que la Fundación Monte Santo realiza con los más carenciados de nuestra sociedad. Si esta intención vibra en ustedes los invito a ponerse en contacto conmigo, a fin de conseguir los datos bancarios para llevar a cabo dichas donaciones.
¡Desde ya muchas gracias y que el Eterno recompense esta consciencia de Terumáh!
Saludos, muy interesante el articulo muy completo, ademas aclara algunas frases que en la mayoria de la gente y por muchos años hemos llegado a creer que son biblicas. mi pregunta es: cuando usted habla de escuchar y obeder la Instrucción de la (Torah). esta hablando de la ley de Moises o la ley de la libertad de Yeshúa (Stgo 2:12), gracia y paz.