«Toda escritura es la palabra de Dios»
(2Timoteo 3:16)
Entendemos claramente que la Biblia no es un tratado científico, pero cuando toca aspectos de este tipo se destaca no solo por lo que dice, sino también por lo que no dice.
Aunque se trata de un libro antiguo y toca muchos temas, la Biblia no contiene inexactitudes científicas.
La Biblia no es un libro de Ciencia, sino un libro de fe, para fortalecer la fe. Por lo tanto, la Biblia jamás es confirmada por la Ciencia, mas bien, la ciencia es confirmada por algunas declaraciones de la Biblia.
Numerosas declaraciones encontradas en el Libro de Dios han sido halladas científicamente exactas. Si esto sucede así, ¿Qué debiéramos pensar? ¿Fue la Biblia escrita por un conjunto de científicos? ¡Absolutamente No!. Los aproximadamente cuarenta hombres que tomaron parte en su composición, escribieron bajo diferentes periodos de tiempo, todos ellos con notable antigüedad. El más reciente escribió su porción entre el año 95 o 100 D. C. Todavía muy lejos de nuestra era científica-espacial-cibernética. Ellos no tomaron una educación formal académica de ninguna clase. Ni la mejor de su propio tiempo. Sus ocupaciones incluyen el pastoreo, la pesca rudimentaria, el único mas destacado fue médico. Pero nadie absolutamente alcanzó la “cumbre” intelectual de las famosas universidades de nuestro tiempo. ¿De donde, pues, estos hombres sencillos obtuvieron la percepción y claridad mental para escribir lo que la Ciencia moderna ha alcanzado a revelar después de cientos de años de duro esfuerzo e investigación.
La única respuesta que puede ser lograda después de un razonamiento sobrio es que la Mente que les guío a escribir la Palabra escrita revelada (2 Cor.2:16; 2 Ped.1:21). es la misma mente que les reveló el anticipado conocimiento de estas numerosas afirmaciones las cuales podemos leer en las páginas de la Biblia:
“Hay un Dios en los cielos, el cual revela los misterios” (Dan.2:28)
“Yo soy el primero, y yo soy el postrero, y fuera de mi no hay Dios… Anúncienles lo que viene, y lo que está por venir… No hay Dios sino yo, No hay Fuerte; no conozco ninguno” (Isa.44:6-8).
Cómo vemos solo un Ser auto-existente, trascendente y omnisapiente puede ser la causa de estas verdades. Las siguientes y asombrosas declaraciones son puestas para nuestra consideración. La exactitud con relación a los descubrimientos científicos es una evidencia mas de la validez de la Revelación e Inspiración de la Biblia como Palabra expresa de nuestro Creador.
Volvemos pues a recordar lo dicho al principio: la Biblia no es un libro científico, sino que es el libro de la fe, pero también es cierto que cuando trata asuntos científicos es exacta y acorde a la ciencia probada. Veamos algunos ejemplos en el cuadro que a continuación se publica: