TOKIO, Japón.— Las dimensiones de la destrucción causada por el terremoto de 8.9 grados en Japón comenzaron a conocerse con el paso de las horas, y hasta anoche eran al menos 1.700 los muertos o desaparecidos y más de 300.000 los japoneses evacuados.
Por otra parte, el nivel de radiación que desprende la central nuclear de Fukushima, en el noreste de Japón, superó el límite legal permitido, según anunció la empresa operadora, Tokyo Electric Power (TEPCO).
El ministro portavoz de Japón, Yukio Edano, admitió que, al parecer, hubo una fuga radiactiva en el reactor de la planta número 1 de Fukushima, de cuyas inmediaciones han sido evacuadas unas 100.000 personas.
El viernes se había producido una explosión en esta misma planta, aunque el gobierno nipón insiste en que no ocurrió en un reactor.
TEPCO explicó que la cantidad de radiación que emitía ayer la planta ha llegado a 882 microsievert por la hora, por encima del límite recomendado de 500.
Edano dijo incluso que en un momento se alcanzaron los 1.204 microsievert, unidad de medida de exposición a radiaciones ionizantes.
El reactor 3 de la misma central sufre problemas en su sistema de refrigeración y los responsables seguían tratando de enfriarlo liberando vapor de forma controlada, así como llenando de agua marina y ácido bórico el recipiente primario de contención.
Por otra parte, el gobierno nipón decidió ayer mismo desplegar a 100.000 militares para atender las tareas de rescate en una amplia franja de su costa oriental, golpeada por el fuerte terremoto y el también devastador tsunami del viernes, que arrastró todo a su paso.
Asimismo, la Agencia Meteorológica nipona mantiene dos alertas de tsunami después del devastador terremoto, mientras en las últimas 11 horas se han registrado 14 nuevas réplicas, tres de al menos seis grados.
Desde que sucedió el fuerte sismo a las 2:46 p.m. del viernes 11 se han producido unas 190 réplicas que se han sentido en gran parte del territorio japonés, también en Tokio.
El primer ministro, Naoto Kan, calificó lo ocurrido como un desastre «sin precedentes» para su país y reconoció que el tsunami posterior fue mucho mayor de lo esperado, con olas de hasta diez metros de altura.
Unas 9.500 personas, más de la mitad de la población de Minami Sanriku, en la provincia de Miyagi, estaban todavía sin localizar tras el tsunami.
Miyagi, Iwate y Fukushima son las provincias más afectadas por el temblor de mar y tierra, que ha llegado a borrar del mapa a pueblos enteros.
A las imágenes de olas adentrándose en el territorio nipón, incendios en multitud de edificios e incontables destrozos se sumó el temor a una amenaza nuclear con la explosión de la planta en Fukushima (centro de Japón), que desató la alarma.
Cuatro trabajadores resultaron heridos y más de 46.000 residentes fueron evacuados, pero el gobierno aseguró que la explosión no se produjo en el reactor nuclear de la planta y no causó fugas radiactivas de importancia, si bien se detectó cesio en la zona.
El último cómputo oficial hablaba de 620 muertos y 650 desaparecidos, pero los medios japoneses los incrementan hasta 1.700 víctimas confirmadas y desde que se produjo el terremoto el balance no ha dejado de aumentar.
En cinco provincias de la costa oriental del archipiélago nipón, más de 300.000 personas han sido evacuadas mientras se calcula que 3.400 edificios quedaron destruidos y se produjeron 200 incendios, y son 5.5 millones los japoneses que se han quedado sin electricidad.
En Iwate, ciudades como Rikuzen Taka, de 24.709 habitantes, desaparecieron.
«Más del 90% de las casas de tres localidades costeras han sido arrasadas por el tsunami. Si miro desde el cuarto piso del Ayuntamiento, no veo casas en pie», comentó a la agencia Kyodo un funcionario municipal de Futaba, en la provincia de Fukushima.
La cadena de televisión NHK emite constantemente las impactantes imágenes de cómo el tsunami se llevó por delante con su fuerza mayúscula edificios y coches en algunas localidades, mientras, de cuando en cuando, una alerta en un mapa de Japón avisa que otro temblor está a punto de suceder.
En tanto, la primera parte de la ayuda militar y civil prometida por Estados Unidos comenzó a llegar ayer a Japón, y más asistencia, en forma de buques, soldados, expertos, equipamientos y personal de búsqueda y de rescate llegará a partir de hoy.
La Agencia Estadounidense para el Desarrollo Internacional (USAID), que depende del Departamento de Estado, informó ayer que, a petición del gobierno nipón, ha desplegado dos equipos de búsqueda y rescate de Fairfax, Virginia, y Los Ángeles para ayudar a Japón en sus tareas de emergencia.
A las 10:15 p.m. se producía un nuevo sismo de 6 grados en la escala de Richter en la costa de Fukushima, cuyo epicentro se situó a 40 kilómetros de profundidad y que, una vez más, pudo sentirse con bastante fuerza en Tokio.
El sismo ha provocado además la paralización temporal de numerosas actividades económicas, políticas, deportivas y sociales en Japón.
La Dieta (Parlamento) no retomará su actividad el lunes, mientras los tres principales fabricantes de automóviles nipones, entre ellos el líder mundial Toyota, han decidido paralizar la producción ese día en todas sus fábricas en Japón.
Además, hoy no se correrá el Maratón Femenino de Nagoya (centro de Japón) mientras la Liga Japonesa de Futbol fue suspendida este fin de semana, al igual que las competiciones de beisbol.
Fuente: La Opinión Noticias