El ex dictador guatemalteco José Efraín Ríos Montt , fue condenado ayer a 80 años de cárcel “en calidad de autor de un genocidio contra la etnia Ixtil” tras un juicio histórico en el que por primera vez un militar fue condenado por genocidio en su propio país. “El acusado Río Montt tuvo conocimiento de todo lo que estaba ocurriendo y no lo detuvo. Como jefe de estado era responsable de la estrategia militar contra los Ixtiles” sentenció la juez Jazmín Barrios.
En el histórico fallo, el tribunal aseguró que el anciano militar, de 86 años, es «responsable» del genocidio perpetrado en contra de los ixiles «en calidad de autor«, el cual durante el período en que gobernó de facto el país, se cobró la vida del 5,5 % del total de la población perteneciente a esa etnia.
“Tenía planificación de las zonas victoria 82 y plan operación Sofía donde se detalla el control de la población y como acabar con ellos”, concluyó la juez. Los planes no sólo se diseñaron sino que se ejecutaron y arrasaron aldeas con aviones y bombas.
“Como pudimos constatar con las declaraciones, se arrasaron aldeas, quemaron viviendas y mataron a las personas”, señaló la jueza. En concreto lo acusó de dirigir un genocidio que terminó con la vida de 1.771 indígenas Ixtiles, el desplazamiento de otros 29.000 y la violación sistemática de mujeres por tropas bajo sus órdenes.
Se trata de la primera condena por genocidio y contra los deberes de humanidad impuesta contra un ex dictador latinoamericano y en un Tribunal local.
Ríos Montt, fue condenado a purgar una sentencia de 80 años de prisión, 50 por genocidio y 30 por delitos contra deberes de la humanidad, como la legislación guatemalteca tipifica los crímenes de lesa humanidad.
«Yo no tengo angustia porque he cumplido con la ley, respeto la ley y sé que la única manera de tener paz es haciendo justicia y precisamente de eso adolecemos», dijo Ríos Montt tras conocer la condena en primera instancia.
El tribunal también revocó la » detención domiciliar» de que gozaba el ex dictador desde enero de 2012, y ordenó su inmediata detención y traslado a un cuartel militar que funciona como prisión preventiva.
Nada más terminar de leer la sentencia, la sala del Tribunal Mayor de Guatemala rompió en aplausos, sin embargo tuvo que impedir que Ríos Montt saliera del recinto hasta que llegara la policía para “evitar su fuga”.
La sentencia fue leída por la juez Barrios, reconocida por su mano firme para llevar casos de alto riesgo contra militares, narcotraficantes y pandilleros.
Barrios fue una de los jueces en el proceso contra algunos militares por el asesinato del obispo Juan Gerardi, en marzo de 2001, un día después de que dos granadas reventaran en el patio de su casa.
“Para que exista paz en Guatemala, debe haber previamente justicia”, leyó ante las cámarasde un país que aún se frota los ojos ante una sentencia impensable hace sólo unos meses.
Los 36 años de cruenta guerra civil, marcados por la sucesión de gobiernos militares, dejaron en Guatemala un saldo de 200 mil desaparecidos, según la ONU.