Genocidios y masacres

Grita conmigo: ¡Nunca más! (en el Día Mundial de las Víctimas del Holocausto)

El 27 de enero fue establecido por la ONU, como «El Día Mundial de las Víctimas del Holocausto«, porque en esa fecha, en 1945, el ejército soviético liberó el mayor campo de exterminio nazi, en Auschwitz-Birkenau (Polonia). Varios países conmemoran ya este día para recordar a las víctimas del Holocausto.

Resulta imposible saber con exactitud el número de víctimas judías; no obstante, las estadísticas indican que el total superó las 5.860.000 personas. Las autoridades en general aceptan la cifra aproximada de seis millones. Los nazis también asesinaron a sintis y romaníes, presos políticos, homosexuales, personas con discapacidad, testigos de Jehová y prisioneros de guerra soviéticos.

El Holocausto fue un crimen de proporciones colosales y nadie puede negar la evidencia de que ocurrió. Todos los años recordamos a las víctimas y honramos el coraje de los supervivientes y de quienes los ayudaron y liberaron, reiterando así nuestra determinación de evitar que se repitan esas atrocidades y rechazar la odiosa mentalidad que las hace posibles.

Desde este espacio, he decidido dedicar un breve segmento a esta oscura etapa de la humanidad.

Las siguientes son las estadísticas de las víctimas de las comunidades judías en toda Europa.

Alemania 141.500 — 25,0%
Austria 50.000 — 27,0%
Bélgica 28.900 — 44,0%
Bohemia/Moravia 78.150 — 66,1%
Bulgaria 0 — 0 %
Dinamarca 60 — 0,7%
Eslovaquia 71.000 — 79,8%
Estonia 2.000 — 44,4%
Ex-Unión Soviética 1.100.000 — 36,4%
Ex-Yugoslavia 63.300 — 81,2%
Finlandia 7 — 0,3%
Francia 77.320 — 22,1%
Grecia 67.000 — 86,6%
Holanda 100.000 — 71,4%
Hungría 569.000 — 69,0%
Italia 7.680 — 17,3%
Letonia 71.500 — 78,1%
Lituania 143.000 — 85,1%
Luxemburgo 1.950 — 55,7%
Noruega 762 — 44,8%
Polonia 3.000.000 — 90,9%
Rumania 287.000 — 47,1%

(Fuente: Enciclopedia del Holocausto)

Aunque pueda parecer increíble hay gente que niega la existencia del holocausto. Como también no son muchos los que justifican que los judíos fueran discriminados y segregados. Por ello, hallo conveniente compartir la siguiente cita:

«Negar hechos históricos, especialmente en un tema tan importante como el Holocausto, es simplemente inaceptable. Como también es inaceptable pedir la eliminación de ningún Estado o pueblo. Me gustaría ver que este principio fundamental es respetado tanto en la teoría como en la práctica por todos los miembros de la comunidad internacional.»

Ban Ki-moon, Secretario General de las Naciones Unidas

Alguna vez el filósofo Jorge Santayana, explicaba a sus discípulos que … «quien olvida su historia está condenado a repetirla», por ello considero muy conveniente decirles que el Holocausto constituye un poderoso recordatorio de lo que puede ocurrir cuando dejamos de percibir nuestra humanidad común. En este día de recordación de sus víctimas, insto a todos a que denuncien las ideologías políticas y religiosas que enfrentan a las personas. Alcemos nuestras voces contra el antisemitismo y los ataques a grupos religiosos, étnicos o de cualquier otro tipo. Soy promotor de un mundo en el que se respete la dignidad, se celebre la diversidad y la paz sea permanente entre los hombres hasta del Gran Día del Señor.

¡Que nunca olvidemos el daño irreversible que se puede hacer cuando todo el mundo se queda en silencio frente al verdadero mal!

Seis millones… ¡Nunca más!

«Adonái será un baluarte para los oprimidos, un bastón en momentos de aflicción.

Aquellos que conocen Tu Nombre depositan su confianza en Ti, pues Tú, Adonái, no has abandonado a aquellos que te buscan.

Pues el Vengador del derramamiento de sangre los recuerda;

El no olvida el clamor …«

(Salmo 9)


holocausto-olvidar

Los abortistas de Texas lanzarán un juego que enseña a matar bebés en gestación

En el mes de julio, Texas prohibió los abortos a partir de la semana 20 de gestación y aprobó una normativa de salud e higiene más estricta con los abortorios, así como tener que localizarse a menos de 40 kilómetros de un hospital, con el fin de poder atender, lo más pronto posible, las urgencias por los daños que el aborto provoca también a las madres.
Sin embargo, intentar mejorar la salud de las mujeres no es del gusto de los defensores del ‘derecho’ a matar en Texas. Con el fin de conducir a las mujeres al aborto han ideado un juego de ficción interactivo gratuito, que estará disponible en octubre, para aleccionar sobre cómo conseguir el aborto. El videojuego ‘Choice: Texas’ presenta cinco tipos de mujeres a las que enseña lo que hay que hacer para lograr en todos los casos la muerte de sus hijos, salvando “los obstáculos”. Entre los personajes se encuentran desde una adolescente que no desea que sus padres se enteren de su embarazo, hasta una ejecutiva que no quiere dar a luz a su hijo.
La idea fue desarrollada por las abortistas Allyson Whipple y Carly Kocurek. «Ninguno de los personajes del juego lo tiene fácil porque incluso si usted tiene el privilegio de tener dinero y días de enfermedad pagados en el trabajo, aún hay otros obstáculos a los que se tiene que enfrentar«, explicó Whipple en una reciente entrevista.
Texas, junto con otros estados, ha empezado a restringir el aborto este año cuando se cumplen 40 años de la ley ‘Roe vs Wade’  que le ha costado la vida a casi 56 millones de niños no nacidos. Nuevos científicos han demostrado que los bebés sufren cuando se les mata; han saltado a la luz pública los infanticidios cometidos en algunos abortorios; y nuevos casos de mujeres víctimas del crimen y de la falacia del «aborto legal y seguro».

Fuente: Lifenews.com

Hiroshima y Nagasaki: dos ciudades emblemas que activan la memoria de los pacificadores

Un jueves 9 de agosto de 1945, cuando el reloj marcaba las 11: 05 a.m., un bombardero de la fuerza aérea de Estados Unidos arrojó sobre la ciudad japonesa de Nagasaki una bomba fabricada a base de plutonio 239 en laboratorios controlados por el Pentágono, que provocó 100.000 muertos (39.000 al momento de estallar). Solamente tres días antes, a las 8:15 a.m. del lunes 6, un piloto estadounidense había lanzado en Hiroshima otro artefacto nuclear construido a partir de uranio 235, que causó 260.000 muertos (50.000 por el impacto inicial). 
El presidente de los Estados Unidos en turno, Harry S. Truman, justificó el genocidio con el argumento inmaduro de que resultaba urgente y necesario concluir la guerra contra Japón de esta manera, para «traer los chicos a casa». Y en verdad lo logró ya que el 15 de agosto el emperador japonés Hirohito emitió alocución radial para todo el país, en la que anunció a sus cerca de ochenta y seis millones de súbditos la rendición incondicional. Un testigo presencial narró que los sobrevivientes de Hiroshima iban bajando la cabeza poco a poco, a medida que lo escuchaban. Muchos lloraban, pero todos en silencio, sin una voz, sin una protesta.
La diplomacia atómica ensayada en Hiroshima y Nagasaki por la Administración Truman causó un total de 360.000 víctimas en 1945, pero sus secuelas llegan hasta hoy y afectan a varias generaciones. 
Por ello, entiendo que todo ser humano sensible que lea esta bitácora debiera hacerse una pregunta: ¿cómo pudo ocurrir tal barbarie?
Según algunas fuentes, el presidente Harry S. Truman, alcanzó el grado 32° de la masonería cuando ordenó el bombardeo atómico sobre Hiroshima y Nagasaki, escogiendo estas dos ciudades por hallarse cercanas al paralelo 33. Es bien sabido que el número 33 forma parte de la numerología ritual masónica y es una señal para sus adeptos. Así mismo, les resultará curioso saber que Truman fue electo para ser el trigésimo tercer Presidente de los Estados Unidos por el Partido Demócrata.

Como Presidente de grado masón 33, Truman inició lo que la élite luciferina anhelaba: la era nuclear, el éxito supremo de la alquimia, la expresión pragmática de la doctrina de Caín. 
Lo más vergonzoso de todo es lo que el propio Truman escribió después de este ataque diabólico: “Sabía lo que estaba haciendo cuando detuve la guerra… no me arrepiento y, bajo las mismas circunstancias, lo volvería a hacer.” La propia Eleonor Roosevelt justificó el hecho como la única solución posible.
Un poco de la historia conspirativa previas al terror.
Cuentan los relatos históricos que en agosto de 1939, el conocido científico Albert Einstein había escrito al presidente de Estados Unidos, advirtiéndole de que la desintegración nuclear en cadena podía producir una bomba atómica más devastadora que cualquiera de las armas hasta entonces conocidas. En un esfuerzo secreto con Canadá y Gran Bretaña, Roosvelt, lleno de expectativas ante este dato, dio curso a un trabajo de investigación que cinco años más tarde culminaría con el lanzamiento de la bomba atómica sobre la población civil de Hiroshima. En realidad, una primera bomba atómica fue lanzada como prueba en el desierto de Nuevo México. 
El 26 de julio de 1945, el presidente Harry Truman lanzó una proclama al pueblo japonés, conocida luego como la Declaración de Potsdam, pidiendo la rendición incondicional del Japón so pena de sufrir una devastadora destrucción aunque sin hacer referencia a la bomba atómica. Según la proclama, Japón sería desposeído de sus conquistas y su soberanía quedaría reducida a las islas niponas. Además los dirigentes militares del Japón serían procesados y condenados restableciéndose la libertad de expresión, de cultos y de pensamientos. 
Ante todo esto, Japón quedaba sujeto a pagar indemnizaciones, sus ejércitos serían desmantelados y el país tendría que soportar la ocupación aliada. 
Es evidente que Truman, Conociendo la mentalidad de los japoneses, buscaba el efecto contrario al que manifestaba públicamente. Él sabía que los japoneses, humillados en su orgullo, no se rendirían y entonces podría lanzar su anhelada bomba atómica, más como un mensaje intimidatorio hacia Stalin que pensando en la derrota japonesa que ya era casi un hecho. 
El 29 de julio el premier japonés Suzuki como era previsible rechazó la propuesta de Truman. El 3 de agosto, Truman dio la orden de arrojar las bombas atómicas en Hiroshima, Kokura, Niigata o Nagasaki. El objetivo le era indistinto y la suerte de cientos de miles de almas inocentes parecieron no importarle demasiado. 

El 6 de agosto despegaba rumbo a Hiroshima la primera formación de bombarderos B-29. Uno de ellos, el Enola Gay, piloteado por el coronel Paul Tibbets, llevaba la bomba atómica; otros dos aviones lo acompañaban en calidad de observadores. 
Testigos del hecho cuentan cómo súbitamente apareció sobre el cielo de Hiroshima el resplandor de una luz blanquecina rosada, acompañado de una trepidación monstruosa que fue seguida inmediatamente por un viento abrasador que barría cuanto hallaba a su paso. Las personas quedaban calcinadas por una ola de calor abrazador. Muchas personas murieron en el acto, otras yacían retorciéndose en el suelo, clamando en su agonía por el intolerable dolor de sus quemaduras. Quienes lograron escapar milagrosamente de las quemaduras de la onda expansiva, murieron a los veinte o treinta días como consecuencia de los mortales rayos gamma. Generaciones de japoneses debieron soportar malformaciones en sus nacimientos por causa de la radiactividad. Unas cien mil personas murieron en el acto y un número no determinado de víctimas se fue sumando con el paso de los días y de los años por los efectos duraderos de la radiactividad. 
El sacerdote católico Pedro Arrupe, rector de la orden jesuita en Nagatsuka, localidad ubicada a unos seis kilómetros del centro urbano, describió el efecto del impacto:

«En todas direcciones fueron disparadas llamas de color azul y rojo, seguidas de un espantoso trueno y de insoportables olas de calor que cayeron sobre la ciudad, arruinándolo todo: las materias combustibles se inflamaron, las partes metálicas se fundieron, todo en obra de un solo momento. Al siguiente, una gigantesca montaña de nubes se arremolinó en el cielo; en el centro mismo de la explosión apareció un globo de terrorífica cabeza. Además, una ola gaseosa a velocidad de quinientas millas por hora barrió una distancia de seis kilómetros de radio. Por fin, a los diez minutos de la primera explosión, una especie de lluvia negra y pesada cayó en el noroeste de la ciudad, un mar de fuego sobre una ciudad reducida a escombros» (Arrupe, 1952: 66-67).

El sacerdote narró en sus memorias que apenas se podía avanzar entre tanta ruina, de la que intentaban salir unas ciento cincuenta mil personas que huían a duras penas. No podían correr, como quisieran, para escapar cuanto antes de aquel infierno, a causa de las espantosas heridas que sufrían. Lo más impresionante eran los gritos de niños que corrían como locos pidiendo socorro o que sollozaban sin encontrar a sus padres. De repente, unas doscientas mil personas por auxiliar, pero de los 260 médicos que vivían en la ciudad, 200 murieron en el primer instante, y entre los que salvaron la vida, muchos estaban gravemente heridos. Todos estaban conmocionados, nadie comprendía lo sucedido. Solo al día siguiente, cuando llegaron personas de otras ciudades para socorrer, lo supieron: «¡Ha explotado la Bomba Atómica!». «¿Pero qué es la bomba atómica?»: «Una cosa terrible» (Arrupe, 1952: 90).

Poco después de esta atrocidad contra las ciudades japonesas saldrían a relucir otros hechos, que ponen de manifiesto las razones del genocidio: el 9 de octubre de 1945 la Junta de Jefes de Estados Mayores Conjuntos del Ejército de Estados Unidos aprobó la directiva 1518: «Concepción estratégica y plan de utilización de las fuerzas armadas de los Estados Unidos», que previó la posibilidad de asestar el primer golpe nuclear sorpresivo contra la Unión Soviética. Y en la directiva 432/d del Comité Unificado de Planificación Militar, emitida el 14 de diciembre de ese propio año, se afirmó: «La bomba atómica es la única arma que los Estados Unidos puede emplear eficientemente para el golpe decisivo contra los centros fundamentales de la URSS» (Gribkov et al., 1998: 48).

Debemos concluir que las dos bombas atómicas que se arrojaron sobre aquellas ciudades niponas fueron sendos actos de terrorismo a gran escala, en el sentido estricto de la definición de terrorismo. Por lo demás, nadie duda que éste tipo de bombardeos estén atribuidos en los actos tipificados como crímenes de guerra y crímenes contra la Humanidad. Cómo humanos agentes de cambio, no deberemos jamás olvidar esta atrocidad, cometida en nombre de la libertad y la paz. 
La siguiente ilustración toma el poder profético de la ironía y desde una caricatura expone la pregunta correcta que permitirá que todo ser humano justo elabore la respuesta correcta.

Guatemala: 80 años de cárcel para el ex dictador y predicador Ríos Montt…

El ex dictador guatemalteco José Efraín Ríos Montt , fue condenado ayer a 80 años de cárcel “en calidad de autor de un genocidio contra la etnia Ixtil” tras un juicio histórico en el que por primera vez un militar fue condenado por genocidio en su propio país. “El acusado Río Montt tuvo conocimiento de todo lo que estaba ocurriendo y no lo detuvo. Como jefe de estado era responsable de la estrategia militar contra los Ixtiles” sentenció la juez Jazmín Barrios. 

En el histórico fallo, el tribunal aseguró que el anciano militar, de 86 años, es «responsable» del genocidio perpetrado en contra de los ixiles «en calidad de autor«, el cual durante el período en que gobernó de facto el país, se cobró la vida del 5,5 % del total de la población perteneciente a esa etnia

Tenía planificación de las zonas victoria 82 y plan operación Sofía donde se detalla el control de la población y como acabar con ellos”, concluyó la juez. Los planes no sólo se diseñaron sino que se ejecutaron y arrasaron aldeas con aviones y bombas. 

Como pudimos constatar con las declaraciones, se arrasaron aldeas, quemaron viviendas y mataron a las personas”, señaló la jueza. En concreto lo acusó de dirigir un genocidio que terminó con la vida de 1.771 indígenas Ixtiles, el desplazamiento de otros 29.000 y la violación sistemática de mujeres por tropas bajo sus órdenes. 

El delito de genocidio ha dañado al tejido social de los guatemaltecos. Este tipo de hechos no deben repetirse”, añadió la jueza tras un fallo histórico que ha levantado ampollas en la derecha guatemalteca.
Un total de 448 pueblos de los mayas fueron destruidos. Un testimonio desgarrador de esta matanza destacaba lo siguiente: “A mujeres embarazadas les fue tajeado el abdomen y los fetos despedazados”. 

Se trata de la primera condena por genocidio y contra los deberes de humanidad impuesta contra un ex dictador latinoamericano y en un Tribunal local.


Ríos Montt, fue condenado a purgar una sentencia de 80 años de prisión, 50 por genocidio y 30 por delitos contra deberes de la humanidad, como la legislación guatemalteca tipifica los crímenes de lesa humanidad. 

«Yo no tengo angustia porque he cumplido con la ley, respeto la ley y sé que la única manera de tener paz es haciendo justicia y precisamente de eso adolecemos», dijo Ríos Montt tras conocer la condena en primera instancia. 

El tribunal también revocó la » detención domiciliar» de que gozaba el ex dictador desde enero de 2012, y ordenó su inmediata detención y traslado a un cuartel militar que funciona como prisión preventiva.

El propio Otto Pérez Molina, general del ejército y actual presidente del país, fue señalado por un testigo como responsable de alguna de las matanzas. 

Nada más terminar de leer la sentencia, la sala del Tribunal Mayor de Guatemala rompió en aplausos, sin embargo tuvo que impedir que Ríos Montt saliera del recinto hasta que llegara la policía para “evitar su fuga”. 

La sentencia fue leída por la juez Barrios, reconocida por su mano firme para llevar casos de alto riesgo contra militares, narcotraficantes y pandilleros. 

Barrios fue una de los jueces en el proceso contra algunos militares por el asesinato del obispo Juan Gerardi, en marzo de 2001, un día después de que dos granadas reventaran en el patio de su casa.  

“Para que exista paz en Guatemala, debe haber previamente justicia”, leyó ante las cámarasde un país que aún se frota los ojos ante una sentencia impensable hace sólo unos meses. 

Los 36 años de cruenta guerra civil, marcados por la sucesión de gobiernos militares, dejaron en Guatemala un saldo de 200 mil desaparecidos, según la ONU.