Asà pues, iniciando los pasos luciferinos de cambios favorables a la élite, el rey Juan Carlos de España sorprendió hoy al mundo con el anuncio de su abdicación a la corona de España. El anciano monarca justificó ante los ciudadanos su decisión de abdicar en su hijo, el prÃncipe Felipe, asegurando que «una nueva generación reclama con justa causa el papel protagonista» en el paÃs.
En este mensaje, el monarca aseguró que esta decisión la tomó en enero, al cumplir 76 años, y una vez recuperado ya de su última operación.
corona. Asimismo, dicha encuesta dio a luz que sólo un 49,9% de españoles apoya la monarquÃa como forma de gobierno.
Las cargas polÃticas que lo han obligado a esta abdicación son innumerables. El escándalo del accidente del monarca mientras cazaba en Botsuana, la construcción de un pabellón de caza a cuenta de Patrimonio Nacional y, sobre todo, los casos de corrupción que implican a miembros de la Casa Real han desgastado enormemente la imagen de la monarquÃa.
Hoy, desde un discurso manipulador nada creÃble, el monarca que carga una mochila enorme con sospechas de tapa corrupción en la casa real, presenta su noble voluntad sujeta a un falso deseo de anhelar tiempos nuevos y mejores cosas para la nación española.
Pero estoy convencido que la verdad que se esconde detrás de esto va más allá de lo asegurado por el septuagenario monarca. Estoy convencido que el Club Bilderberg pretende que el prÃncipe Felipe, al heredar el trono de España, se rodee de los poderes económicos de su controvertida institución, por lo cual Juan Carlos I ha sido presionado a abdicar. Justamente, no es mera casualidad que la reunión de la controvertida organización fue celebrada un dÃa antes de la declaración histórica del Rey: del 28 de mayo al 1 de junio en el hotel Marriott de Copenhague (Dinamarca).
Aquà el recuerdo del momento preciso en que Juan Carlos juraba como rey frente a los españoles: