Por P.A. David Nesher
¡Que gran contraste! Una vivencia celestial en la cumbre; un resultado inframundano a los pies del Monte Sianí. Esa es la síntesis del mensaje de este shiur (lección). Para el pueblo de Israel, Moisés se demoraba en el Monte y eso le hacía perder su confianza (emunáh). Sus percepciones sensoriales prevalecieron sobre toda certeza extrasensorial. El líder no regresaba, quizás había fallecido. En ausencia de Moisés, el pueblo se intranquilizó. Sin su líder, quedaron abandonados a sus propios recursos.
Es cierto que Moisés tardaba, pero Dios tenía un propósito maravilloso por la tardanza de Moisés, y muy pronto terminaría. El Eterno quería que ellos comprendieran que su relación con Él ya era directa, pues ya contaban Su Instrucción en sus mentes y corazones. Todo lo que ellos necesitaban era ser pacientes un día más y la preciada Torah sería de ellos para reparar o rectificar (tikún) el mundo entero. Pero debido a que el pueblo no pudo ver la razón de la tardanza, ellos permitieron que esto les fuera de tropiezo.
Aprende más de esto escuchando esta enseñanza: