Decía un anciano que sólo se había quejado una vez en toda su vida. Cuando iba con los pies descalzos y no tenía dinero para comprar zapatos. Entonces vio a un hombre feliz que no tenía pies.
Y nunca volvió a quejarse.
Autor: Tony de Mello
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Muy bueno…digno de imitar. Gracias!