Por P.A. David Nesher
«Cuando ustedes entren en la tierra y planten toda clase de árboles frutales, tendrán por prohibido su fruto. Por tres años les será prohibido; no se comerá.
Levítico 19:23 (NBLH)
En Israel, desde el comienzo de los asentamientos agrícolas en la conquista con Josué, el día 15 del mes 11º del calendario hebreo ha adquirido gran importancia, simbolizando el resurgimiento y la redención de la Tierra.
Por ello Tu B’Shvat (que significa 15 de Shevat) ofrece una oportunidad única para comprender el crecimiento personal en el peregrinar el Camino de la Vida.
Este día se pensó como el cumpleaños del árbol y se usó para demarcar un nuevo año fiscal para la agricultura de la Tierra Santa. Por eso Tu B’Shvat tiene una gran importancia en las leyes agrícolas que son relevantes en la Tierra de Israel.
Como «año nuevo de los árboles«, el Tu B’Shvat es la fecha límite en el calendario hebreo para calcular la edad de un árbol frutal.
La relevancia práctica de esto es que durante los tres primeros años de un árbol sus frutos están prohibidos bajo el requerimiento bíblico de no comer Orlá (Levítico 19:23).
Más aún, Tu B’Shvat es el año nuevo para determinar los diezmos. En los años 1, 2, 4 y 5 del ciclo de siete años de Shemitáh, el 10 por ciento del producto de Israel es Maaser Shení, que debe ser redimido con una moneda. En los años 3 y 6 del ciclo, ese 10 por ciento es Maaser Aní, que debe ser entregado a los pobres.
Una midrash (explicación) antigua se ha vuelto muy relevante hoy en día para entender la función profética de este día:
«En la hora en que el Santo creó a la primera persona, Dios le mostró a su creación los árboles en el Jardín del Edén, y dijo:
«Vea Mis obras, qué tan buenas son; ahora todo lo que he creado, lo creé para su beneficio. Piensa en esto y no corrompas y destruyas Mi mundo. Porque si lo destruyes, no hay nadie para restaurarlo después de ti.»
(Eclesiastés Rabá 7:28 -no es el libro de la Biblia)
Recordemos que, a lo largo de los siglos, tanto los sacerdotes, como los profetas, han usado el árbol como una metáfora para entender la relación de Yahvéh con los mundos espiritual y físico, por medio de los tzadikim (justos).
Desde la enseñanza oral de Moshé, se enseña en Israel que los mundos espirituales superiores son raíces invisibles (llenas de misterios divinos) cuyo tronco y ramas se extienden (hacia abajo) hacia nosotros, para finalmente manifiestar su influencia a través de ramas y hojas en los reinos inferiores concentrados todos en el ser humano Ungido (Mashiaj), a quien se denomina Árbol de Vida del Eterno. A través de este Árbol, fluye el río final de la vida universal, tal como lo describe el oráculo apocalíptico de Juan en Patmos:
«En medio de la calle principal de la ciudad y a cada lado del río, crecía el Árbol de la Vida, que da fruto cada mes, es decir, doce veces al año; y las hojas del árbol sirven para sanar a las naciones.«
(Revelación/Apocalipsis 22:2)
El Árbol de la Vida se origina en el inimaginable Ein Sof o el Infinito, y se vuelve progresivamente más en contacto con nuestro mundo, en el que la creación está teniendo lugar continuamente por medio del servicio sacerdotal (hebreo: avodáh) del ser humano redimido en Él.
Otra imagen relacionada con la historia del Jardín del Edén es el Árbol de la Vida. El sabio compara a la Torah con un Árbol de Vida (en hebreo: Etz Jayim) . La aplicación es simple y sencilla: así como tomamos sustento para la vida de un árbol natural, la Torah como nuestra forma de vida cotidiana nos sostiene en fortaleza y belleza.
Tu B’Shevat es considerado como un tiempo sagrado lleno de poder profético para hacer riquezas. Se celebra la conexión que los hebreos tenemos con el Eterno y la Tierra de Israel. Por esto, al decir bendiciones y participar de muchas clases de frutas, tenemos la oportunidad de agradecer a Yahvéh por la maravilla de la vida renovada y de volver a despertar nuestras propias conexiones espirituales. Además, honramos a la Tierra de Israel disfrutando de sus frutos, especialmente los de las siete especies mencionadas en el rollo de Devarim (Deuteronomio): trigo, cebada, uvas, higos, granadas, aceitunas y dátiles:
“…una tierra de trigo, cebada, viñas, higueras y granada, una tierra de olivos y miel [de dátiles]”
(Deuteronomio 8:8)
Tu B’Shevat también se ha convertido en un día de compromiso para proteger el medio ambiente. Las Sagradas Escrituras enseñan que la Tierra es de Yahvéh, el Creador, y por lo tanto todos los seres humanos debemos ser socios y colaboradores con el Eterno en la preservación de nuestro planeta y sus recursos.
Por todo esto, en el Israel contemporáneo, Tu B’Shvat es una especie de “Día del Árbol” en el que se aprovecha para tomar conciencia ambiental, por lo que se plantan árboles en celebración. Gracias a esta tradición activa, Israel es uno de los pocos países del mundo que terminó el siglo pasado con más árboles de los que comenzó, ha plantado más de 240 millones de árboles durante casi los últimos 100 años, dándole la rara distinción de tener una ganancia neta de árboles al entrar al siglo 21, una hazaña impresionante teniendo en cuenta que todos estaban plantados a mano. La forestación se toma en serio aquí, como uno de los sueños de David Ben-Gurion era hacer florecer el desierto.
Por último, les contaré que tanto en la Torah (Deuteronomio 20:19), como en las Sagradas Escrituras, al ish tzadik (hombre justo) se lo ve como una palmera datilera fructífera:
«El justo florecerá como la palmera;…»
(Salmo 92:12)
Esta cosmovisión da a entender que el hombre redimido por el poder del Mesías, es visto en las regiones celestes como un árbol que a través de la Torah, se cuida, endereza sus ramas y se da la posibilidad de dar muchísimo más fruto, para transformar a la humanidad y el mundo.
Por ello, Tu B’Shevat es un día especial para cultivar fuertes raíces espirituales mediante el aumento de las buenas obras. Es un tiempo oportuno que permite contemplar los métodos para llevar una vida más fructífera.