Una niña de 14 años murió en la aldea de Saidpur Bela, en el norte de Pakistán, tras ser atacada con ácido por sus padres a causa de las sospechas de que su hija tenía relaciones con otro joven del lugar, informó una fuente policial.
La joven Anusha fue asesinada por sus padres por el crimen de mirar a un muchacho en una motocicleta. Las creencias conservadoras de su familia la condenaron a la muerte, según declaraciones de la propia madre: «era su destino morir así».
El crimen fue faltar al honor de su familia al solo ver a un hombre. Este acto es considerado por sus padres como un pecado que avergüenza a la familia.
Anusha fue atacada primeramente por su padre quien le propicio innumerables y salvajes golpes. Luego la agresión la continuó su madre como ya se explico, echándole ácido. La joven pidió perdón a su madre diciéndole que ya no lo volvería hacer pero ya era demasiado tarde el ácido ya le había quemado el 70 % de su cuerpo.
Su familia la dejo sufrir además 2 días en agonía en su casa no llevándola al hospital. Todo salió a la luz gracias a la hermana mayor de Anusha quien denuncio a sus propios padres poco antes del entierro de su hermana. Al parecer la hermana mayor había «deshonrado» a sus padres marchándose de la casa con un hombre esto los puso paranoicos y a su segunda hija Anusha por solo mirar a un joven la mataron.
CRÍMENES “DE HONOR”
Los llamados “crímenes de honor” son habituales en Pakistán y, según datos de la Comisión de Derechos Humanos del país asiático, 943 mujeres perdieron la vida el año pasado en agresiones de este tipo.
Esos crímenes se cometen cuando una familia, normalmente en las áreas rurales, cree que su honor ha sido mancillado por la actitud de una mujer, ya sea porque rechaza un matrimonio o porque se relaciona con alguien sin la aprobación familiar.
Muchas de las agresiones se realizan lanzando ácido a la cara de las mujeres.
El caso de Anusha se produjo en la Cachemira bajo jurisdicción paquistaní, donde los crímenes con ácido no son tan habituales como en las provincias del Punyab (este) y el Sindh (sur), que aglutinan la mayoría de este tipo de crímenes.
Según datos de una asociación de supervivientes de ataques con ácido citados hace unas semanas por el rotativo The News, en 2012 se han registrado ya más de 80 ataques de esta índole a pesar de que la ley fue endurecida a finales del año pasado.
Tras el cambio legislativo, los agresores se exponen a una pena mínima de 14 años que puede llegar hasta la cadena perpetua, aunque muchos casos quedan sin resolver y los culpables escapan de la acción de la justicia.