El hombre que disparó en 1981 contra el Papa Juan Pablo II, el turco Mehmet Alí Agca, ha revelado que aquel atentado había sido ordenado por el entonces secretario de Estado del Vaticano, el cardenal Agostino Casaroli, y ha declarado que la intención de los organizadores era «herir, no matar», al Pontífice y que el objetivo era acusar de la acción a la Unión Soviética para desacreditarla y conseguir el «hundimiento del imperio soviético».
En declaraciones a la cadena de televisión turca TRT, transcritas por su página de Internet, Alí Agca aseguró que «la orden de disparar al Papa fue dada por Agostino Casaroli», secretario de Estado del Vaticano entre 1979 y 1990, a quien describió como el «número dos del Vaticano» y la persona «más próxima al Pontífice».
El atentado, prosiguió, fue planificado por un tal «padre Michele» y por otra persona de «los servicios de Inteligencia del Vaticano». «Los vi varias veces y estuvimos juntos también en la Plaza de San Pedro para preparar el atentado», aseguró. El arma utilizada, precisó, había procedido de Austria y los organizadores le pagaron 50.000 dólares de recompensa.
«Michele me garantizó que después de dos años de prisión sería liberado», añadió Agca, quien recuperó la libertad el pasado 18 de enero después de permanecer casi 30 años en la cárcel. Asimismo, aseguró en su entrevista que la intención no era matar al Papa, sino únicamente herirle, para confirmar «uno de los misterios de Fátima».
EL IMPERIO SOVIÉTICO
El objetivo de este atentado, según Agca, era conseguir «el hundimiento el imperio soviético». «Después del atentado, la hostilidad contra la Unión Soviética aumentó y todo se desarrolló como ellos deseaban«, explicó.
Según el turco, en el atentado no estuvieron implicadas ni la central de inteligencia estadounidense (CIA) ni los servicios secretos soviéticos (KGB), y la llamada ‘pista búlgara’ fue un simple invento para despistar a los investigadores y para perjudicar a la URSS.
El atentado fue perpetrado el 13 de mayo de 1981 y Alí Agca fue condenado a cadena perpetua en julio del mismo año. En diciembre de 1983, fue visitado en la cárcel y perdonado por el propio Juan Pablo II. Durante esa entrevista, aseguró Alí Agca a TRT, el Pontífice no le preguntó «nada» sobre el atentado «porque sabía muy bien» que la orden había procedido del Vaticano.
Alí Agca, de 52 años (23 años cuando cometió el atentado), fue indultado en junio de 2000 por el entonces presidente de Italia, Carlo Azeglio Ciampi, pero fue inmediatamente extraditado a Turquía, donde cumplió una condena de diez años de cárcel por el asesinato de un periodista turco y por robo a mano armada.
Fuente: Europapress
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