«… porque el justo cae siete veces; y vuelve a levantarse, pero los impíos caerán en la desgracia».
(Proverbios 24:16)
«Cuando caiga (el justo), no quedará derribado, porque el SEÑOR sostiene su mano«.
(Salmo 37:24)
En estas últimas tres lunas del calendario yahvista, el Espíritu de nuestro Abba me instó a animar a los santos en la certeza de que Pesaj, Conteo del Omer y Shavuot, son citas divinas que permiten al alma redimida entrenarse en la formación del carácter mesiánico. Esta capacitación permite el desarrollo de la imagen divina colocada en nosotros por creación y redención, fortaleciendo en nuestra mente una actitud semejante a la que hubo en Yeshúa, desarrollada por la resiliencia.
He enseñado en estos últimos meses que la resiliencia es esa capacidad con la que cuenta nuestra alma para afrontar la adversidad y lograr adaptarse bien ante las tragedias, los traumas, las amenazas o el estrés severo.
Cada vez que hablo de esta capacidad mental a mis seguidores, les insisto en que ser resiliente no significa no sentir malestar, dolor emocional o dificultad ante las adversidades. Sabemos muy bien que la muerte de un ser querido, una enfermedad grave, la pérdida del trabajo, problemas financiero serios, etc., son sucesos que tienen un gran impacto en las personas, produciendo una sensación de inseguridad, incertidumbre y dolor emocional. Pero, aún así, los seres humanos han sido diseñado por el Eterno para lograr sobreponerse a esos sucesos y adaptarse bien a lo largo del tiempo.
Las Escrituras Sagradas enseñan en sus lineamientos que el camino que lleva a la resiliencia no es un tramo fácil de recorrer. Por el contrario la revelación de la Instrucción (Torah) asegura que esta peregrinación implica un considerable estrés y malestar emocional, a pesar del cual el alma humana saca la fuerza que les permite seguir con sus vida frente la adversidad o la tragedia. Ahora bien, la pregunta es: ¿cómo logra nuestra alma esto?
La resiliencia no es algo que un ser humano tenga o no tenga, sino que implica una serie de conductas y formas de pensar que cualquier persona puede y debe aprender y desarrollar. Como siempre lo aseguro, es una cuestión de actitud.
Para que podamos analizar si hemos o no desarrollado esta capacidad psíquica, los invito a considerar los siguiente ítems que permitirán una auto-evaluación certera.
Características de los Resilientes.
Los resilientes poseen tres características principales:
saben aceptar la realidad tal y como es;
tienen una profunda creencia en que la vida tiene sentido de propósito;
y tienen una inquebrantable capacidad para mejorar.
Las Habilidades de los Resilientes
Lo que más nos alienta de todo esto es saber que la resiliencia se edifica desde la zona luminosa del ser humano, desde sus fortalezas, asumiendo la potencialidad de cada individuo para desarrollarse. Esa potencialidad tomará como base a las características mencionadas desarrollará las habilidades propias de los resilientes que detallo a continuación:
- Son capaces de identificar de manera precisa las causas de los problemas para impedir que vuelvan a repetirse en el futuro.
- Son capaces de controlar sus emociones, sobre todo ante la adversidad y pueden permanecer centrados en situaciones de crisis.
- Saben controlar sus impulsos y su conducta en situaciones de alta presión.
- Tienen un optimismo realista. Es decir, piensan que las cosas pueden ir bien, tienen una visión positiva del futuro y piensan que pueden controlar el curso de sus vidas, pero sin dejarse llevar por la irrealidad o las fantasías.
- Se consideran competentes y confían en sus propias capacidades.
- Son empáticos. Es decir, tienen una buena capacidad para leer las emociones de los demás y conectar con ellas.
- Son capaces de buscar nuevas oportunidades, retos y relaciones para lograr más éxito y satisfacción en sus vidas.
Lo que más hemos valorado en este tiempo de pedagogía celestial es la bendición de saber que la resiliencia es esa capacidad mental que permite a nuestros pensamientos mantener la conciencia de que en medio de toda dificultad, hay una oportunidad divina para que el propósito eterno de su perfecta voluntad sea manifestado.
Por todo esto, me atrevo a compartirte una exhortación profética que Abba inspiró en mi mente y corazón para despertar a sus hijos:
Hacía mucho tiempo que no ingresaba para leer lo que siempre , con tanta claridad ,escribe nuestro Apóstol .Hago mea -culpa, cuando a veces nos habla a modo de reto, que no somos capaces de poner ni siquiera un «me gusta » en sus publicaciones. Realmente pido perdón por esto , porque entiendo que lo herimos en gran manera. Nos ofrece manjares a diario!!!!! Qué haríamos las mujeres , después de haber cocinado horas , sin que un hijo nos dijera «Má , está muy rico !» Obviamente , más de una se enojaría. Por lo menos a mí me ofende. Pido perdón nuevamente. Le agradezco mucho lo que ha mencionado en este tema y hoy , me he dado cuenta , más que nunca , que YHVH desde mis 5 añitos me viene levantando en las tantas circunstancias por las que ha atravesado mi vida!!!