Por P.A. David Nesher
Vayachalom vehineh sulam mutsav artsah verosho magia hashamaymah vehineh mal’achey Elohim olim veyoredim bo.»
«Entonces tuvo un sueño: Resulta que una escalera estaba apoyada en la tierra y su extremo superior llegaba al cielo. Y los ángeles de Elokim subían y bajaban por ella.»
(Bereshit/Génesis 28:12)
“Soñó con una escalera.”
Por primera vez en su vida, el Eterno honraba a Yaakov con una revelación. Lo curioso también es que esta es la primera vez que la Torah nos habla de un sueño.
El sueño de Yaakov es uno de los capítulos de mayor vastedad y profundidad simbólica de toda la Torah. En el sueño de Yaakov, Malkut (la tierra) se conecta con Yesod (el Cielo).
La escalera simboliza la unión del hombre con Yahvéh. El espíritu especulativo del hombre debe elevarse en la «escalera del conocimiento» hasta acceder al Creador del Universo. Es posible unir el cielo con la tierra, sincronizar la vida mundanal con la existencia espiritual. La vida material es limitada, en tanto que la espiritual no tiene fin. Cuando unes ambas, encuentras la plenitud en esta vida y la delicia en la eternidad.
Los sabios estudiosos de la gematría y simbología del hebreo explican que la escalera simboliza nuestro pensamiento que puede ayudarnos a alcanzar hasta los mismos cielos, esto es, manifestar nuestro verdadero yo interior y alcanzar el lugar espiritual al que aspiramos. De eso se trata el sueño de la famosa “escalera”. El sueño de Yaakov avinu tendrá pues, un importante significado místico.
Este pasuk tiene distintos significados, todos ellos de suma importancia e interés. Según Rav Iben Hezra, esta escalera demuestra que los eventos que suceden en la Tierra dependen de la decisión del Omnipotente en las alturas y es como si fuera que la escalera estuviera entre ambos mundos y los emisarios de Yahvéh transitan a través de ella, en ambos sentidos, para cumplir con el Mandato divino. La visión que Yaakov tuvo es la revelación de todo lo que debía ocurrirle a sus descendientes en la posteridad. La escalera representa la escala de la Historia: pueblos, reinados, imperios que subían cada uno hasta cierto grado de grandeza, y descendían en su decadencia.
Esta visión simboliza también la escala social. Todos los hombres de virtud, cualquiera que sea su nacionalidad, su raza y su culto, tienen derecho de ascender por ella; todos se pueden aproximar a la luz Divina. Los ángeles (malakim) representan el saber sobre el conocimiento del Eterno en todas sus facetas. La escalera simboliza los niveles del conocimiento de Elokim. El hombre, pues, debe elevarse, en términos espirituales, hasta llegar a su Creador.
Siguen explicando los sabios que la “escalera” representa igualmente las tefilot (oraciones-rezos), mediante las cuales la persona puede ascender hasta los niveles espirituales más altos y volver a la tierra totalmente recargados, y llenos de emunah. Cuando un creyente se postra ante Yahvéh y lo hace en total comunión debe sobrepasar los niveles naturales. Por ello, las tefilot ofrecidas desde el Beth HaMikdash, estaban garantizadas su atención por parte del Santo y Bendito Sea.
En el libro de las Crónicas encontramos el siguiente testimonio:
“…Mis ojos estarán abiertos, y Mis oídos atentos a la plegaria que se eleve en este lugar, (16). Porque ahora he escogido y santificado esta Casa para que Mi Nombre esté allí por siempre y Mis ojos y Mi corazón estará allí eternamente…»
(2ª Cronicas 7:15-16) [Tanaj Edit. Sinaí].
La escalera es también una representación del monte Sinaí. El Sinaí fue la rampa/escalera que conectó lo Alto con lo bajo, a los hombres con Yahvéh. Es el evento del «Matán Torah» (entrega de la Torah), donde se hicieron presentes millares de malakim. Estuvieron ahí de pie todos los descendientes de Yaakov, las 12 tribus y millares de familias gentiles conversas. A futuro, la escalera de Yaakov, sería también la rampa que comunicaría con el altar del Beth HaMikdash a ofrendar los korbanot (sacrificios) los cuales serían incinerados para que sus aromas se eleven al trono Celestial. Aún el mismo viaje que emprendería Yaakov desde Beersheva hasta Jarán podría trazarse una larguísima ruta, de sur a norte en el mapa, formándose así una larga escalera geográfica.
Por último, los sabios explican que; “la escalera es la voz” de un justo. Por eso el Baal HaTurim explica en este versículo que; “la voz de la oración de los Tzadikím es como una escalera”, ya que “Sulam” (escalera) sus letras Samej (ס 60), Vav (ו 6), Lamed (ל 30), Mem (ם 40), tienen el mismo valor numérico que el vocablo “Kol” que significa “voz”, que se compone por las letras: Kuf (ק 100), Vav (ו 6), y Lamed (ל 30), en total, 136.
Esto significa que cuando la persona usa su voz para hablar palabras santas de Torah y oración con los demás, es como si tuviera una “escalera” bajo su brazo que lo lleva desde las profundidades de la tierra hasta las alturas más elevadas de los cielos. Las palabras son, literalmente, como una escalera que llevan a la persona a niveles más y más elevados. Por todo ello, existe en el judaísmo este hermoso pensamiento: ´´´«…Hay una escalera que sale de este mundo; una forma de alcanzar las estrellas. La plataforma de lanzamiento es el Sinaí, la aeronave es la Torah…».´´´
SIGNIFICADO DE LOS MALAKIM (ángeles)
“Malakim que ascendían y descendían”
Lo más lógico es que el texto dijera que los seres “descienden del cielo y luego ascienden”. Sin embargo, el pasuk habla a la inversa; los malakim “suben y luego bajan”. Según Rashí, estos seres eran malakim (ángeles) guardianes los cuales Hashem enviaba delante de Yaakov con la finalidad de protegerlo.
Mientras Yaakov estaba en Eretz Kenaan, necesitó de ángeles solo para que le ayudaran espiritualmente, pero una vez que sale de su tierra, los necesita para que le presten ayuda física y espiritual. En este sentido los malakim que “ascienden al cielo” –según el sueño-, son los que habían estado cuidando a Yaakov dentro de los límites de santidad de Eretz Israel. Como ahora Yaakov iba a salir del país, estos ángeles “ascendieron a Di-s” apartándose de él (pues Yaakov estaría fuera de su patria por muchos años), no tenían permitido salir de tierra santa. Por esta razón, nuevos seres “descienden del cielo” ahora con la misión de estar con él fuera de los ámbitos de santidad, es decir, fuera de Israel.
Los ángeles son también una figura de los Kohanim (Sacerdotes) levitas que transitarán por la rampa del altar del Templo “subiendo y bajando” transportando los distintos korbanot.
Rabí Eliezer, por su parte, explica que gel sueño de Yaakov fue una profecía en la que Dios le reveló los cuatro reinos que habían de esclavizar a sus descendientes, anunciándole así mismo su ascensión y su caída. Los cuatro reinos eran los de Babilonia, Media, Grecia y Edom, o Roma. Los malakim (ángeles) representaban los sarim (o «príncipes» o “padrinos”) de estos reinos en las esferas celestiales. Pero el Eterno apareció en la cima de la escalera y le prometió a Yaakov que le daría su protección: “…Te guardaré doquiera que vayas y te haré volver a esta Tierra…”.
Los sabios explican que un significado mesiánico es el siguiente: “La escalera” por la que los ángeles suben y bajan es un anuncio del Mashiaj. Mashiaj Yeshúa es la conexión entre el hombre pecador y la divinidad y será quien conectará en la Era Mesiánica (redención final), a todos los hombres temerosos y a la totalidad del pueblo de Israel con el Creador. Aquí lo que Yeshúa dice sobre la “Escalera de Yaakov”:
“…Y le dice:
De cierto de cierto os digo: Veréis el cielo abierto, y los ángeles de Dios que ascienden y descienden sobre el Hijo del Hombre (Ben Adám)…”,
[Juan 1:51, Código Real den NT]