2 thoughts on “¡Pagar para ser tarada!… La mujer que quiere ser Barbie hasta en su cerebro.

  1. Pia Baeza says:

    Una trampa mas del sistema en definitiva, que desde la infancia entra en la mente de las niñas y les muestra que es lo "bello". Estoy a full con el origen de algunas cosas, pero es que es cierto que todo tiene un trasfondo y una intención. "En los años 50, Ruth Handler se dio cuenta de que su hija prefería jugar con muñecas con características adultas, en vez de las infantiles. En esos momentos, la gran mayoría de las muñecas que se fabricaban eran infantiles. Al darse cuenta del posible negocio, decidió proponérselo a su esposo y cofundador de Mattel, aunque la idea no llegaría a buen puerto, debido a la reacción que mostró el director de Mattel.
    Ruth Handler, durante un viaje a Alemania, descubrió una sex doll en una vitrina, llamada Bild Lilli, que no era precisamente un juguete para niñas. La muñeca en cuestión comenzó vendiéndose a hombres, pasando a venderse a niñas dada su popularidad, niñas que disfrutaban vistiéndola y cambiando su ropa. Lilli llegó a ser tan popular que traspasó las fronteras alemanas, alcanzando a los Estados Unidos".

  2. Pia Baeza says:

    Una trampa mas del sistema en definitiva, que desde la infancia entra en la mente de las niñas y les muestra que es lo "bello".
    Estoy a full con el origen de algunas cosas, pero es que es cierto que todo tiene un trasfondo y una intención. "En los años 50, Ruth Handler se dio cuenta de que su hija prefería jugar con muñecas con características adultas, en vez de las infantiles. En esos momentos, la gran mayoría de las muñecas que se fabricaban eran infantiles. Al darse cuenta del posible negocio, decidió proponérselo a su esposo y cofundador de Mattel, aunque la idea no llegaría a buen puerto, debido a la reacción que mostró el director de Mattel.
    Ruth Handler, durante un viaje a Alemania, descubrió una sex doll en una vitrina, llamada Bild Lilli, que no era precisamente un juguete para niñas. La muñeca en cuestión comenzó vendiéndose a hombres, pasando a venderse a niñas dada su popularidad, niñas que disfrutaban vistiéndola y cambiando su ropa. Lilli llegó a ser tan popular que traspasó las fronteras alemanas, alcanzando a los Estados Unidos".

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¡Pagar para ser tarada!… La mujer que quiere ser Barbie hasta en su cerebro.

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