Blondie Bennett es una mujer que nació hace 38 años en California (EE.UU.) pero hoy, parece que hubiera preferido llegar al mundo metida en una caja de cartón y plástico. Y es que Bennett tiene la ambición de convertirse en una muñeca «Barbie», no sólo físicamente sino también por su cerebro.
Su transformación, loca y absurda, tuvo su principio allá en la adolescencia, cuando comenzó a vestirse como la famosa muñeca, cambió el color de cabello y hasta se compró el mismo auto que conducía su heroína.
Lo loco y estúpido de esta noticia es saber que a Bennett le pareció poco someterse a un sofisticado tratamiento de bronceado con aerosol, rellenarse los labios con Botox y aumentarse los pechos quirúrgicamente. La mujer recurrió, además, a sesiones de hipnoterapia con la esperanza de que reducir su coeficiente intelectual.
Una trampa mas del sistema en definitiva, que desde la infancia entra en la mente de las niñas y les muestra que es lo "bello". Estoy a full con el origen de algunas cosas, pero es que es cierto que todo tiene un trasfondo y una intención. "En los años 50, Ruth Handler se dio cuenta de que su hija prefería jugar con muñecas con características adultas, en vez de las infantiles. En esos momentos, la gran mayoría de las muñecas que se fabricaban eran infantiles. Al darse cuenta del posible negocio, decidió proponérselo a su esposo y cofundador de Mattel, aunque la idea no llegaría a buen puerto, debido a la reacción que mostró el director de Mattel.
Ruth Handler, durante un viaje a Alemania, descubrió una sex doll en una vitrina, llamada Bild Lilli, que no era precisamente un juguete para niñas. La muñeca en cuestión comenzó vendiéndose a hombres, pasando a venderse a niñas dada su popularidad, niñas que disfrutaban vistiéndola y cambiando su ropa. Lilli llegó a ser tan popular que traspasó las fronteras alemanas, alcanzando a los Estados Unidos".
Una trampa mas del sistema en definitiva, que desde la infancia entra en la mente de las niñas y les muestra que es lo "bello".
Estoy a full con el origen de algunas cosas, pero es que es cierto que todo tiene un trasfondo y una intención. "En los años 50, Ruth Handler se dio cuenta de que su hija prefería jugar con muñecas con características adultas, en vez de las infantiles. En esos momentos, la gran mayoría de las muñecas que se fabricaban eran infantiles. Al darse cuenta del posible negocio, decidió proponérselo a su esposo y cofundador de Mattel, aunque la idea no llegaría a buen puerto, debido a la reacción que mostró el director de Mattel.
Ruth Handler, durante un viaje a Alemania, descubrió una sex doll en una vitrina, llamada Bild Lilli, que no era precisamente un juguete para niñas. La muñeca en cuestión comenzó vendiéndose a hombres, pasando a venderse a niñas dada su popularidad, niñas que disfrutaban vistiéndola y cambiando su ropa. Lilli llegó a ser tan popular que traspasó las fronteras alemanas, alcanzando a los Estados Unidos".