En un informe sobre el tráfico de seres humanos publicado en abril de 2012, la Unión Europea clasificó a Nigeria como el país más afectado por este fenómeno. Ese informe indica que la venta de niños es algo corriente en ese país africano y que la Policía ha descubierto lo que se ha dado en llamar “fábricas de bebés”.
“El tráfico de personas tiene claramente una dimensión de género. La mayor parte de las víctimas extranjeras dentro de la Unión Europea procede de Rumanía, Bulgaria, Nigeria y China”, explicó en octubre del año pasado la comisaria europea de Interior, Cecilia Malmstrom.
En mayo del 2011, en Abia (sudeste), la Policía había liberado a 32 jóvenes embarazadas. Dijeron que les habían ofrecido entre 25.000 y 30.000 nairas (hasta u$ 19), según el sexo del bebé. Otro grupo de 17 jóvenes fue descubierto en octubre de 2011 en el Estado de Anambra (sur) en circunstancias parecidas. La Unesco clasifica el tráfico de seres humanos en el tercer lugar de los crímenes más frecuentes cometidos en Nigeria, tras la corrupción y el tráfico de droga.
“Es exactamente en tiempos de turbulencias económicas cuando hay que invertir en la lucha contra el tráfico de personas porque las crisis acentúan la vulnerabilidad de las víctimas ante los traficantes”, dijo Malstrom a medios de prensa, según EFE.