Esta fotografía llamó la atención acerca del impacto que el calentamiento global ha tenido en el mundo. La misma pertenece a la fotógrafa Kerstin Langenberger, quien subió a su cuenta de Facebook la imagen de un oso polar desnutrido junto a un mensaje en el cual advierte sobre el peligro que corren especies similares, más allá de cualquier información esperanzadora de las autoridades del archipiélago de Svalbard.
La fotógrafa narra en su mensaje que aunque ha visto a osos en buen estado de salud se ha encontrado con ejemplares con desnutrición y otros tantos muertos. Langenberger comentó que no tiene formación científica ni datos para sustentar su preocupación, pero que con lo que ha visto puede dar fe de que se trata de un golpe muy fuerte para esa especie de osos.
“Es nuestra decisión tratar de cambiar esto; tal vez no salvaremos a esta osa, pero con cada pequeña acción que realicemos estamos caminando en la dirección correcta, y debemos seguir adelante”, explicó Kerstin Langenberger, quien, al registrar el ecosistema del ártico, logró crear un símbolo del impacto del cambio climático.
Los osos polares pueden vivir máximo 30 años y pueden medir hasta 2.5-3 metros, en el caso de los machos con un peso de 350-700 kilos y 1.8-2.4 metros las hembras con un peso hasta de 150-250 kilos, estos animales pueden llegar a comer hasta 30 kilos de carnes por día. sin embardo las condiciones climáticas al parecer han disminuido las opciones de alimentos para esta especie que de acuerdo a las imágenes que aquí observamos, fácilmente puede llegar a estar en extinción.
«Hagamos algo. Quizá no podamos salvar a esta osa, pero cada pequeña acción que hagamos para cambiar será un paso en la dirección correcta«, concluye la fotógrafa en una publicación que se ha vuelto viral.
«Porque el anhelo ardiente de la creación es el aguardar la manifestación de los hijos de Dios. Porque la creación fue sujetada a vanidad, no por su propia voluntad, sino por causa del que la sujetó en esperanza; porque también la creación misma será libertada de la esclavitud de corrupción, a la libertad gloriosa de los hijos de Dios. Porque sabemos que toda la creación gime a una, y a una está con dolores de parto hasta ahora; y no sólo ella, sino que también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, nosotros también gemimos dentro de nosotros mismos, esperando la adopción, la redención de nuestro cuerpo«.
(Romanos 8:19-23)