«…por el Dios de tu padre que te ayuda, y por el Todopoderoso que te
bendice con bendiciones de los cielos de arriba, bendiciones del abismo que
está abajo, bendiciones de los pechos y del seno materno.”
I. José: representante de los primogénitos mesiánicos (Hb. 12:23).
- De los cielos de arriba.
- Del abismo que está abajo.
- De los pechos y la matriz
1. Las Bendiciones del Cielo.
2. Bendiciones del abismo que está abajo.
3. Las bendiciones de los pechos y del seno materno.
Según el sabio intérprete Rashí, la palabra que ha sido traducida como “pechos”, shadayim, debe traducirse en verdad como “lanzamientos” en referencia a la emisión del semen apto para concebir. El Targum (versión aramea de la Torah) tradujo: “bendiciones de padre y de madre”. Es decir, que estas son las bendiciones relativas a las generaciones. José sabía que esta expresión significaba augurios celestiales de fecundidad tanto en hombres como en rebaños.
En la visión profética del patriarca Israel estaba la certeza de que las generaciones de José se destacarían por la multiplicación y la tendencia constante a la expansión. Y es que en la mentalidad hebrea estaba la conciencia de que la bendición puede ser transmitida de generación en generación hasta millares de ellas (Éxodo 20:6).
En los días de José era una tremenda bendición multiplicarse a través de la simiente de sus antepasados para aumentar la familia del Eterno. Cuando una mujer daba a luz más israelitas, se consideraba como una señal de fructificación que la Justicia del Eterno otorgaba.
II. ¿Por qué José tuvo el privilegio de recibir una Bendición Tripartita?
La bendición que recibió Yosef de parte de Yaakov consta de 61 palabras en el texto hebreo. Este detalle la convierte en la bendición más grande e importante, pues la bendición de Yehudá contiene 55 palabras. Cuando vamos al quinto rollo de la Torah (Devarim) notamos que en la bendición que dio Moshé a las doce tribus la de Yosef también es la mayor de todas (cf. Deu. 33).
¿Por qué esto? Pues bien, existen dos razones:
Primero, porque sufrió más que todos.
Segundo, porque se había consagrado más que sus hermanos. La palabra hebrea que ha sido traducida como “consagrado” es nazir (– נזיר –) cuya raíz nazar (– נזר –) significa distanciar, o abstener. Es la misma palabra que se usa para el voto de nazareato descripto en Números 6.
La enseñanza aquí es clara. Aquel que por la justicia es afligido, y se aparta del pecado, la impureza y lo mundano recibirá la mayor bendición en esta vida y en la resurrección.