Hoy, y mientras todos los manipulados por la mentalidad de manada del sistema esperan el inicio del mundial de fútbol, muchos estamos luchando contra la explotación infantil. Y es que uno de cada seis niños del mundo se ve obligado a trabajar. Decenas de millones de niños son obligados a trabajar en condiciones degradantes, expuestos a formas de esclavitud y de explotación, como también a abusos, maltratos y discriminaciones
La Organización Internacional del Trabajo y Unicef calculan que en total hay 168 millones de niños y niñas de entre 5 y 14 años que trabajan.
Por edades, los niños entre 5 a 11 años representan el grupo más numeroso: el 44 % del total, mientras que de 12 a 14 años es el 28%, el mismo .porcentaje que de 15 a 17.
De los 168 millones de niños que trabajan, unos 85 millones realizan trabajos peligrosos.
¿Qué se considera trabajo infantil?
Unicef define el trabajo infantil como cualquier trabajo que supere una cantidad mínima de horas, dependiendo de la edad del niño o niña y de la naturaleza del trabajo:
– Entre 5 y 11 años: al menos una hora semanal de trabajo remunerado o 28 horas semanales de trabajo doméstico.
– Entre 12 y 14 años: al menos 14 horas semanales de trabajo remunerado o 28 horas semanales de trabajo doméstico.
– Entre 15 y 17 años: al menos 43 horas de trabajo remunerado o de trabajo doméstico semanales.
Asía y el África Subsahariana, las peores regiones
En la región de Asia y el Pacífico se registra el número más alto de niños trabajadores (casi 78 millones o el 9,3 % de la población infantil) y África Subsahariana continúa siendo la región con la más alta incidencia de trabajo infantil (59 millones, más del 21 %).
En América Latina y el Caribe, existen 13 millones de menores que se ven obligados a trabajar (8,8 %), mientras que en la región del Medio Oriente y África del Norte hay 9,2 millones (8,4%).
Agricultura y trabajo doméstico
Los niños y niñas que viven en los hogares más pobres y en zonas rurales tienen más probabilidades de ser víctimas del trabajo infantil.
La agricultura continúa siendo el sector que emplea a mayor número de niños (98 millones, o 59%), mientras que el número de niños en los servicios (54 millones) y la industria (12 millones) no es insignificante, dado que la mayoría se encuentra principalmente en la economía informal, dice el informe.
Alrededor de 15,5 millones de niños realizan trabajo doméstico. La mayoría son niñas que, además, están expuestas a la explotación y el maltrato y ejercen en condiciones de esclavitud. La dificultad de registrar su actividad hace que sean invisibles para los gobiernos y que no se tomen apenas medidas para protegerlas, según denuncia Unicef.
La protección social, clave para erradicarlo
El trabajo suele interferir con la educación de los niños y niñas. Velar por que todos los niños y niñas vayan a la escuela y reciban una educación de calidad son las claves para prevenir el trabajo infantil. La OIT considera que para acelerar la disminución del trabajo infantil hay que invertir en protección social.
La evolución del trabajo infantil basada en los ritmos de progreso de los últimos años indica que va a ser díficil eliminar las peores formas de explotación para 2020. Desde el año 2000 se ha pasado de 246 millones de niños trabajadores (171 millones en condiciones peligrosas) a los 168 millones (y 85 millones) en 2012. Las perspectivas son que para 2016 se rebaje la cifra a 134 millones (y 65 millones) y a 107 millones (y 50 millones) en 2020.
«No hay secreto alguno sobre lo que es necesario hacer«, ha declarado el director general de la OIT, Guy Ryder. «La protección social, junto a la educación formal de calidad, universal y obligatoria al menos hasta la edad mínima de admisión al trabajo, el trabajo decente para los adultos y los jóvenes en edad de trabajar, una legislación eficaz y un diálogo social consolidado, forman parte de una respuesta adecuada al trabajo infantil«.
Los gobiernos destinan en promedio 0,4 % del PIB en prestaciones familiares y para los hijos, la cifra varía entre 2,2 % en los países de Europa Occidental y 0,2 % en África y en la región de Asia y el Pacífico.
La OIT destaca algunas «buenas prácticas» como los programas de transferencia de dinero para las familias que llevan sus hijos a la escuela. Por ejmplo, el Programa Bolsa Familia de Brasil, el programa de prestaciones familiares de Mongolia y el Subsidio de apoyo a la infancia de Sudáfrica.
Fuente: RTVE