Angelina Jordan, una niña de apenas siete años, sorprendió a los miembros del jurado del reality ‘Noruega tiene talento‘ con una gran interpretación cargada de sentimiento la canción ‘Gloomy Sunday‘, popularizada por la mítica cantante estadounidense Billie Holiday en los años 40 y conocida como «la canción húngara del suicidio«.
Y por supuesto surgen preguntas. Las mismas apuntan a reflexionar acerca del daño perjudicial que están ocasionando hoy los medios de comunicación y sus propuestas de entretenimiento para la familia. ¿Es necesario que un talento se muestre desde este tipo de canción? ¿No hubo nadie en la producción de este programa que discerniera lo peligroso que significaba llevar a esta niña a la interpretación de un canto con antecedentes tan oscuros?
Por causa de todos estos antecedentes muchas personas creen que detrás de esta música “infernal” se esconde una influencia demoníaca, o infestación, convirtiéndose así en la canción maldita. Cuando se habla de “canciones malditas” no significa necesariamente que alguien realizó alguna especie de ritual sobre la canción con el fin de que sea maldita. Sino que, el adversario (HaSatán) aprovechando la energía que le dan los estados de ánimo negativos del «hombre polvo» logra impostar legiones de muerte en todos aquellos territorios espirituales en que dicha canción comienza a ser escuchada y considerada como portadora de una gran mensaje.
Lo único cierto de todo lo expuesto es que la canción “Gloomy Sunday” tiene una relación directa con los suicidios. Desde ella y por medio de ella, espíritus de muerte logran acceder al interior del cerebro y inspirando a la muerte como una opción del derecho humano.
Desde esta artimaña del error la canción “Gloomy Sunday”, se convierte en un arma diabólica cuyos efectos pueden llegar a ser muchos más devastadores, como la destrucción del propio ser.
Las Sagradas Escrituras mencionan cuatro personas específicas que cometieron suicidio: Saúl (1ª Samuel 31:4), Ahitofel (2ª Samuel 17:23), Zimri (1ª Reyes 16:18), y Judas (Mateo 27:5). Ellos fueron hombres crueles, malvados, llenos de egoísmo. En estas historias la Biblia revela que el Eterno ve al suicidio igual que al asesinato ya que es eso. Suicidarse es asesinarse uno mismo. Yahvéh es el único dueño y soberano de la Vida. Es Él quien decidirá cuándo y cómo va a morir un ser humano. De acuerdo con la revelación escritural, tomar ese poder en sus propias manos, es blasfemia contra Dios. Y es que quien se suicida niega voluntariamente la intervención soberana de Dios en su vida.
¡Dios creó la vida, y nosotros no somos los propietarios para usarla y disponerla como nos plazca!
A continuación les comparto una versión subtitulada de la cantante Billie Holiday con el fin de llevarlos a una meditación y reflexión que permita la valoración del don de la vida en el vivir y ayude a que proclamemos el propósito divino que la misma encierra a fin de salvar a muchos que están hoy pensando en acabar con ella.