La gran contribución de Maquiavelo (1469-1527) a la política europea fue separar la política de la moral. La conservación del Estado obliga a obrar, cuando es necesario, “contra la fe, contra la caridad, contra la humanidad y contra la religión”.
La periodista canadiense Naomi Klein afirma que algunos gobiernos utilizan la psicología social para aprovechar a su favor, e incluso aumentar, la sensación de miedo, inseguridad y confusión que generan en la población una crisis o un desastre. El fin, implantar medidas impopulares que en otro momento serían imposibles de llevar a cabo. El medio, los de comunicación. Esta teoría maquiavélica, que se apoya en conceptos sociológicos como la alienación o el control de las masas a través de los medios de comunicación masivos, se desarrolla en el libro «La doctrina del shock. El auge del capitalismo del desastre» que se publicó en 2007 y que se reproduce en una película con el mismo título.
Su escritora sostiene que las políticas económicas liberales han tenido éxito en algunos países al servirse de esta técnica, ya que ha permitido a los gobiernos neoconservadores justificar atrocidades rentables ante su ciudadanía tales como guerras, invasiones o recortes en las libertades civiles, a cambio de una supuesta mayor seguridad nacional que encubre un enriquecimiento de las élites. En palabras de la autora, se trata de “esperar a que se produzca una crisis de primer orden o estado de shock, y luego vender al mejor postor los pedazos de la red estatal a los agentes privados mientras los ciudadanos aún se recuperan del trauma, para rápidamente lograr que las reformas sean permanentes”.
Tomado de: Sabemos.es