Por P.A. David Nesher
«Más vale lo poco de un justo
que lo mucho de innumerables malvados;
porque el brazo de los impíos será quebrado,
pero el Señor sostendrá a los justos.»
No existe alguien que dude de lo que dice el refrán: «el dinero mueve al mundo». Escuchando las noticias mundiales cotidianas, y, profundizando nuestro poder de análisis y discernimientos, descubrimos que cualquier conflicto social donde dos grupos se enfrentan violentamente siempre gira alrededor de un eje y denominador común: disputa de intereses financieros.
Así mismo, al considerar la violencia de las calles de cada país, podemos también darnos cuenta que casi todo acto criminal individual o colectivo en algún punto se fundamenta en la codicia de índole materialista que domina, opresiona y obsesiona hasta la locura a millones de seres humanos. Así, sólo en el marco de una sociedad donde la luz al final del túnel es la acumulación injustificada de bienes, en una carrera loca por alcanzar la cima del poder económico. Así nuestro entendimiento se eleva y entiende la pandemia de guerras que asola el mundo con el único objetivo mantenerse funcionando, sin importar victoria alguna.
Entendemos, por lo que revelan las Sagradas Escrituras, que el dinero no es lo que causa los males de nuestro mundo. En verdad, lo que los causa es “el amor al dinero”. El rey Salomón, el hombre más rico del mundo, mencionó tres problemas que les sobrevienen a los amantes del dinero:
- Inquietudes: “…el rico no puede dormir porque su riqueza le trae muchas preocupaciones.” (Eclesiastés 5:12).
- Insatisfacción: «El que ama el dinero nunca se satisface con lo que tiene, siempre quiere más y más. Eso tampoco tiene sentido«. (Eclesiastés 5:10).
- La tentación de violar la ley: “… pero el que quiera enriquecerse de la noche a la mañana, se meterá en problemas legales.” (Proverbios 28:20).
Los lineamientos de este ciclo tirano permite subsidiar todas las acciones deshumanizantes y flagrantes de los hombres que se venden a este sistema (los «señores» reptilianos que componen la élite internacional). De hecho, todo este sistema se desarrolla sobre el proceso de deshumanización y de la erosión de los derechos individuales consagrados en la carta de derechos humanos.
Para que el ”Ciclo de la tiranía del dinero” exista, hay cuatro instituciones claves que deben cooperar con el imperio totalmente:
- Bancos,
- Corporaciones,
- Think Tanks
- y Gobiernos.
Según nuestro Señor, quien se ata al ciclo tirano del dinero termina alejándose de YHVH nuestro Dios, ya que el dinero tiene el poder de deshumanizar a la persona separándola de la paternidad proveedora del Dios viviente.
Cuando el individuo entra en la dinámica del ciclo del dinero y quiere ganar siempre más y del vivir siempre mejor, el amor al dinero termina sustituyendo al Eterno Dios y exigiendo obediencia absoluta.
Cuando una persona hace del dinero la orientación fundamental de su vida, su único punto de apoyo y su única meta, la obediencia al Dios verdadero se diluye.
Es necesario mantenerse libre ante el dios dinero y escuchar su llamada a trabajar por un mundo más humano.
Recuerden que en este sistema de cosas gobierna el dinero y lo hace del siguiente modo (ver por favor el video publicado a continuación):