Por Ptr. Carlos Velis.
No sé quién «ganará» mañana, hay quienes dicen que «estará peleado», o que «el NO ya tiene los votos suficientes», o el «SI sale seguro».
Estamos tan desorientados que ya ni sabemos de qué se trata la vida, hemos perdido la cordura de una manera tal que discutimos en qué semana «somos persona», hemos perdido la esencia de «ser» humanos, hemos sido tan reduccionistas que algo tan sagrado como lo es la vida misma es representada por dos miserables pañuelos.
¿Acaso no nos damos cuenta que cualquiera sea el resultado las vidas se seguirán perdiendo? Ya sea en la legalidad o en la clandestinidad, alguien deberá morir. Somos tan irreverentes que ahora discutimos plácidamente con cuál pañuelo «morirán menos personas», ya no nos importa la vida, nos importa matar menos.
Lo triste es que habrá un bando que festejará con alegría, como si se hubiese resuelto el problema. Estamos tan mal como sociedad que a pesar de saber que ninguna de las dos opciones resuelve esta triste realidad, seguimos empecinados en «obtener una victoria» para festejar lo que seguirá siendo una autentica miseria: seguirán muriendo bebés y madres.
Estamos tan entenebrecidos que pensamos que «meterse en el útero», el lugar donde se inicia la vida, va a solucionar el problema. Estamos tan empobrecidos que creemos que prohibirlo, salvaremos al menos «algunas vidas». Nunca olvidemos que cualquier ley que implique perder vidas, no sirve, y no vale la pena festejarla ni por un instante, cualquiera sea el pañuelo que la represente.
Y pensar que un tal Jesús se dejó colgar en una cruz y murió por esta raza miserable que hoy quiere decidir qué vida vale menos, cual sigue, cual desaparece.
Cuando pienso en esto, que siendo lo que somos Jesús dio su vida por nosotros, nace en mí una profunda esperanza que un día el corazón humano sea transformado por nuestro Salvador y entendamos que el vino «para que tengamos vida, y para que la tengamos en abundancia.» (Juan 14:10).
Si hasta me parece escucharte nuevamente decir:
«Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen».
(Lucas 23:34).
Sálvanos de nosotros mismos.
Autor: Ptr. Carlos Velis.
Profesor en Ciencias de la Educación. Pastor de la Iglesia Adventista en la provincia de San Juan (Argentina)