Por Moisés Franco
«Benjamín es lobo arrebatador; A la mañana comerá la presa, Y a la tarde repartirá los despojos.» (Bereshit | Génesis 49:27)
El término proviene del hebreo «taráf» que, según el diccionario Strong, significa: «arrebatador, arrebatar, desgarrar, despedazar, mantener, presa».
Los comentaristas de la traducción judía Torat Emet explican que esto tiene que ver con la capacidad de tomar una inclinación natural de la persona y transformarla en un aspecto positivo para su vida espiritual.
Por ejemplo, si un individuo es tendiente a ser iracundo convierte esa ira en celo y determinación por cuidar las cosas sagradas (empezando por sigo mismo).
Alguien con inclinación a la lujuria redirecciona esa pasión al reino del Eterno, por lo cual se convierte en un apasionado de la proclamación del Evangelio.
Así podríamos seguir ejemplificando, pero el punto es que no se trata de reprimir o prender anular rasgos de la personalidad, sino reconducirlos para que sean útiles al propósito del Señor.
Es decir, el «lobo» captura a la presa (debilidad) a la mañana (iniciando con el trabajo matutino del estudio de la Torah y la oración) y a la tarde (luego de haberla trabajado) reparte los despojos (comparte con otros el beneficio de su tarea espiritual).
«Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan.»
Mt 11:12:
Este polémico pasaje no nos insta a tomar armas físicas contra los que representan a este sistema que impera en el mundo.
Nos llama a tomar una actitud guerrera y luchar por ser determinados en vencer nuestro ego y trabajar esforzadamente por capturar los tesoros espirituales que nos rodean para quienes trabajan por el reino de los cielos.
No podemos tener una actitud tibia, sino una determinada (esto se relaciona con la tribu de Dan en este mes de Tevet).
Son embargo, esto no es algo que podamos hacer en nuestras propias fuerzas, sino en el poder del Espíritu Santo.
«Y me ha dicho: bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo.»
2Corintios 12:9:
Tomemos hoy está bendición para Benjamín de ser un «lobo arrebatador» y conquistemos todo rasgo de nuestra vidas que hasta hoy haya estado en manos del enemigo.
Esto a fin de poder compartir «los despojos» como el lobo lo hace con los suyos y cosechar los beneficios finales en el mundo venidero.
PREGUNTAS PARA MEDITAR
– ¿He tratado de reprimir una tendencia pecaminosa en mí en lugar de reconducirla para la santidad? ¿cuál es?
-¿Estoy siendo determinado en hacer lo que debo hacer o tibio?
-¿Comprendo que cada cambio que yo logré dejando que sea Cristo quien me gobierne no sólo me beneficia a mí, sino al mundo entero? (y todo lo que demore en hacer también perjudica a otros).