Cuando es necesario, el feto puede curar a su madre desde adentro. Las señales enviadas de la madre al embrión y del embrión a la madre, activan el proceso de curación natural, armonizan los otros sistemas de la madre.
Si aplicamos esta analogía a la sociedad, podemos hacer nuestra sociedad como un bebé en el útero de un sistema cada vez más elevado. Si nos unimos, enviaremos señales positivas a la naturaleza (nuestra “madre”), que procederá a enviar señales positivas en respuesta a la nuestra. Ese proceso tiene el poder de curar a la sociedad de todos sus males.
La Analogía de la «relación simbiótica» entre el feto y la madre es una enseñanza del Eterno para que nos animemos a comulgar con Él en un constante interacción que nos permita sentirnos dentro de Su Shekináh (Divinidad) hasta que nuestra intención y nuestra acción sea una perfecta emulación de Él.