TOKIO.- Muchos comercios permanecieron cerrados ayer en Tokio, lo que está dando a la capital de Japón el aspecto de una ciudad fantasma. Las calles están vacías y en los edificios no hay luces por los cortes eléctricos. También el puente Rainbow, normalmente muy iluminado, en el puerto de la capital, está apagado por completo.
Los daños económicos son cada vez mayores: numerosas empresas japonesas suspendieron ayer su producción, como las automotrices Toyota, Honda, Daihatsu y Hino Motors, u otras como Sony o Toshiba, luego de que muchas fábricas quedaron destruidas y el suministro eléctrico interrumpido.
Los supermercados se llenaron ayer de gente que quería hacer acopio de alimentos, agua potable y pilas. También en las estaciones de servicio se agolpaban. Muchas ya colgaron el cartel de «agotado» en la prefectura de Ibaraki, situada entre Tokio y Fukushima, una de las regiones más afectadas, donde las temperaturas bajaron mucho.
Además, los japoneses tendrán que afrontar durante semanas problemas de suministro y apagones eléctricos, pues el racionamiento de la electricidad durará al menos hasta finales de abril.
Los recortes tienen ya repercusiones en el tráfico ferroviario. En la línea que une la parte oriental con la occidental pasando, por Tokio, sólo circulaba uno de cada 10 trenes, y las conexiones con el aeropuerto de Narita se vieron interrumpidas tras temblores que asustaron a los pasajeros. (DPA)