La Cancillería retiró su acreditación a los diplomáticos rusos hace un mes por desarrollar “actividades incompatibles con su estatus”, explicó un funcionario español del Ministerio de Exteriores. Agregó que Rusia contraatacó con la expulsión de dos diplomáticos españoles, aunque no precisó cuándo ocurrió.
El portavoz, que habló bajo condición de anonimato, afirmó que los dos países consideraban el incidente “resuelto” y que ya trabajan en reemplazar los puestos vacantes en sus respectivas legaciones. Según la prensa ibérica, España intentó relegar a un segundo plano este caso para no perjudicar un ambicioso programa cultural español en Rusia durante 2011.
El diario El País afirmó que los diplomáticos rusos fueron expulsados a petición de los servicios secretos españoles, que acusaban a los funcionarios de hacer labores de espionaje económico en el país ibérico. La cancillería ni confirmó ni desmintió esta información, mientras que la embajada rusa en Madrid declinó hacer comentarios.
En febrero pasado, un agente español de los servicios de espionaje fue condenado a 12 años de prisión por intentar vender documentos clasificados a Rusia. El Tribunal Supremo rebajó la pena a nueve años de cárcel la semana pasada. Fue la primera condena por un delito de traición desde la muerte del dictador Francisco Franco en 1975.