Me retiré buscando como descubrir la Verdad. Cuando estaba profundamente entregado a este asunto, dió la casualidad de que tropecé con ciertos escritos » bárbaros» (es decir, no griegos) demasiado antiguos como para compararlos con las opiniones de los griegos y demasiados divinos como para compararlos con sus errores.
Estos escritos me convencieron debido a su lenguaje nada pretencioso, al carácter natural de sus escritores, a la manera sencilla de entender la creación del universo, a la anticipación de los acontecimientos futuros, a la excelencia de sus preceptos y a la colocación de todas las cosas bajo en gobierno de un principio.
Al ser mi alma enseñada de esta manera por Dios, comprendí que los escritos paganos conducían a la condenación, mientras que éstos ponían fin a la esclavitud que hay en el mundo, rescatándonos de muchos gobernantes, si, de Miles de tiranos.
Estos escritos, por supuesto, no nos dan algo que no habíamos recibido antes, sino más bien algo que ya habíamos recibido antes pero que, por error, se nos había impedido hacer nuestro.
Taciano
Año 170 DC.
«Discurso contra los griegos»
(Lo escribió después de leer la Tanak o Antiguo Testamento).