«Él, que bendijo a nuestros patriarcas Abraham, Itzjak y Iaacov, que bendiga a los combatientes de las Fuerzas de Defensa de Israel, quienes defienden nuestra tierra y las ciudades de nuestro Dios, desde la frontera con el Líbano hasta el desierto de Egipto, y desde el Gran Mar hasta llegar a la Aravá, por tierra, por aire, y por mar.
Que el Todopoderoso haga que los enemigos que se levantan en nuestra contra sean fulminados delante de nuestros soldados.
Que El Santo, Bendito es, proteja y libere a nuestros luchadores de todo problema y peligro, y de toda plaga y enfermedad, y que Él mande bendiciones y éxito en cada obra de sus manos.
Que Él disponga que nuestros soldados derroten a nuestros enemigos y que les garantice la salvación y los corone con la victoria. Y que se cumpla para ellos el versículo:
«Porque es el Señor, tu Dios, quien va contigo a la batalla contra tus enemigos para que te salves».
Y ahora respondamos: Amén.