Ha sido al día de hoy la bitácora más leída en el lapso de estos últimos 12 días. En ella, y desde un corazón lleno de humildad, volqué los cuestionamientos que colmaban mi mente al ver esta moda expandirse por las naciones como un reguero de pólvora. En sus líneas advertí a los santos y escogidos de Yahvéh que muchos de los llamados famosos cristianos estarían sorprendiéndonos con su adhesión a ella y participación incondicional a sus formas. Hoy, aquel anuncio profético ya está fluyendo en pleno cumplimiento ya que el derroche de agua ha banalizado en el juego de la fama a muchos de estas «estrellas» mediocres de la discografía cristiana.

Junto a estas noticias, me enteré que, según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), la desertificación amenaza a la cuarta parte del planeta, afecta directamente a más de 250 millones de personas y pone en peligro los medios de vida de más de 1 000 millones de habitantes de más de 100 países al reducir la productividad de las tierras destinadas a la agricultura y la ganadería. Estas personas incluyen muchas de los países más pobres, los más marginados y los ciudadanos políticamente más débiles. Aunque la desertificación puede ser provocada por las sequías, en general su causa principal es la actividad humana: el cultivo y el pastoreo excesivo, la deforestación y la falta de riego.

De acuerdo a los estudios hecho por las Naciones Unidas, hay en la actualidad 170 países afectados por sequías que los han llevado a desertificación (es decir que todo su territorio se está convirtiendo en desiertos) desde 1990. Es decir el cambio climático ha ocasionado en 24 años esta catástrofe, que al final llevará al mundo a una guerra por el agua. 

Lo paradógico de todo, es que en medio de esta sequía mundial que afecta a todos los países en una o en otra forma, ha surgido una extraña moda babilónica, llamada «el reto desafío del cubetazo de agua helada» (Ice Bucket Challenge). 

Para los que no saben, el «Ice Bucket Challenge» (desafío o reto del balde de agua helada) consiste en grabar un video en el que uno se empapa con agua con hielo a beneficio de la ALSA (Amyotrophic lateral sclerosis Asociation). Quien se atreve a vivir el desafío reta a otras tres personas a hacer lo mismo en un plazo de 24 horas, y quien no lo haga debe donar $ 100 a la Fundación, que lucha contra la esclerosis lateral amiotrófica (ELA) o enfermedad de Lou Gehrig. Esto se ha convertido en un evento viral en la Internet, del que han participado todo tipo de personalidades como Bill Gates, Chris Pratt (protagonista de Guardians of the Galaxy), Oprah Winfery, Thalía, Carlos Ponce, Selena Gómez, Justin Bieber, Taylor Swift, políticos, etc. De este modo, y por causa de estos «títeres mediáticos» de la élite luciferina, la campaña solidaria ha derivado en un divertimento cool. El exhibicionismo narcisista de tantos famosos del jet-set internacional convirtió a esta moda en un evento viral que banaliza la importancia de aquello que se quiere concientizar. 

Además, es ya bien sabido que es muchísimo más el monto de dinero que se derrocha por el agua derramada en este desafío que aquel que se recauda para financiar la investigaciones de la enfermedad. Y este es el tema que más ha activado mi denuncia profética: la campaña diabólica contra el consumo de agua.

Según lo revela una publicación de The Washington Post, más de 20 millones de litros de agua, equivalentes a unas 160 mil duchas, se han desperdiciado con la campaña #IceBucketChallengue. Si bien es cierto la campaña tiene un fin noble, el de apoyar a los pacientes que sufren de esclerosis lateral amiotrófica (ELA), una enfermedad incurable que produce parálisis progresiva, el precio es muy alto en un planeta donde el agua es cada vez más escasa.

Es bien sabido que el agua potable es un bien escaso, ya que sólo constituye el 2,5% (37 millones de kilómetros cúbicos); el 97,5% restante lo encontramos en los mares y océanos. Por esta información de deduce claramente que el agua potable, a diferencia del petróleo, no tiene sustituto. Estos significa que si una fuente de agua se agota, se pierde; si se contamina y no la podemos descontaminar, también se pierde. 

El informe de las Naciones Unidas sobre la situación de los recursos hídricos mundiales revela en sus pronósticos que para los años 2020 y 2030, sobre una población que por entonces rondará los 8 mil millones de seres humanos, el 87,5 % del total de los habitantes del mundo no tendrán acceso a agua potable, es decir agua buena, dulce, sana, limpia. Estos datos nos ponen a las puertas de una catástrofe humanitaria jamás vivida en la historia humana. Las víctimas principales serán los niños. Hoy mueren en el mundo unos 5.500 niños por día (eso significa unos 2.007.500 niños por año) debido a enfermedades relacionadas a la falta de agua potable. 

Sin embargo, y más allá de ser conscientes de todos estos informes con sus datos, millones de seres humanos se prestan egoístamente a la práctica de modas hedonistas y misteriosas que la Gran Babilonia promueve por medio de sus «títeres» famosos. 

En los últimos días hemos visto recorrer en las redes sociales videos de actores, cantantes y personalidades famosas cumpliendo con el reto y bañándose con agua helada. Pero, lo más triste y serio de esta moda viral es que a esta altura personalidades del medio cristiano no se han quedado atrás y se han unido al desafío. 

Aquí tenemos videos de los cantantes cristianos que se han sumado al Ice Bucket Challenge:

Como habrán notado al observar el video anterior, el cantante Harold Guerra, yerno del famoso heresiarca musical (perdón: «cantante cristiano») Marcos Witt, nomina a su familiar entre sus nominados. 

Pues bien, así le llegó el turno al «salmista», devenido en apóstata, Marcos Witt, quien en pleno concierto y frente a miles de personas durante un concierto que ofreció en Puerto Rico, se echó el cubetazo de agua fría dentro de una piscina de niño. Y a la vez retó a Jesús Adrián Romero y otros cantantes. A continuación pueden ver el video que muestra como la multitud que este hombre hipnotiza y manipula gritaba emocionada mientras Witt recibía un balde de agua helada:

Cuando las Escrituras hablan de corrientes, se están refiriendo a aguas y las agua es un sinónimo de corrientes, de algo malo, a la vez que son símbolos de muchas gentes, pueblos y naciones dominadas por esa maldad (ver Apocalipsis 17:15)

En estos versículos podemos ver claramente que, queramos o no aceptarlo, en el mundo (sistema de cosas reptiliano) hay una corriente y es conforme al príncipe de la potestad del aire. Desde dónde discernimos claramente que el único creador de esta corriente es HaSatán o Satanás, el adversario del hombre en propósito. 

El apóstol Pablo es bien claro en decir que hay un espíritu que esta operando en medio del mundo y que el mismo puede operar camufladamente en medio de las congregaciones, por lo que somos llamados a ser guiados y operados por el Espíritu Santo a fin de discernirlo y rechazarlo oportunamente.

Entonces debemos estar bien de acuerdo en que hay un corriente intentando arrastrarnos todo el tiempo a la destrucción, pero también hay un espíritu que opera a través de ella y puede afectar nuestras vidas y la de nuestras familias.

Por ello el apóstol recuerda la forma en que esta corriente lograba hacernos vivir cuando no estábamos escondidos en el Mesías al decir inmediatamente:

Este espíritu opera en la gente dormida en el sistema de cosas imperante. Nosotros, antes estábamos bajo esa operación y no la sentíamos pero ahora se supone que ya no debería operar ese espíritu y esa corriente del mundo en nosotros. Para que esto sea real y efectivo en nosotros debemos mantenernos constantemente alertas ante toda moda que desde el sistema pretenda imponerse en medio de nuestras asambleas con un aire inocente y hasta solidario.

En esta corriente del mundo que denuncian los escritos apostólicos hay un sistema de maldad completo, lo queramos o no aceptar, que opera dentro de la educación, dentro de la cultura, dentro de los medios de comunicación, incluso dentro de los dibujos animados que ven los niños y está transmitiendo mensajes de la Nueva Era y el Nuevo Orden Mundial, mientras la mayoría de los que profesan el cristianismo permiten que todo eso entre en sus hogares. Pues con nosotros, los primogénitos de Sión, no deberá ser así. 

Entiendo que el oponerse a la corriente del mundo no es fácil. Por el contrario, y como pueden verlo a través de todos estos cantantes y líderes de la cristiandad lo más fácil es dejarse llevar por la corriente y los deseos de la carne que ella promulga. El problema es que la vida dentro de la iglesia evangélica de hoy se está dando de esa manera y se  toleran muchas cosas en la vida de sus familias y sus generaciones.

Recuérdenlo muy bien, la corriente de este mundo lo que quiere es mover nuestros pies de donde el Señor nos tiene, pero la buena noticia es que el Señor quiere que nos mantengamos firmes y nos ayuda con esto. 

Por ello, quiero terminar haciéndoles un desafío. El mismo lo realizaré desde las palabras que encontré como comentario en el facebook de Marcos Witt cuando alguien de sus 5 millones de seguidores, le comentó ante aquel video publicado: