La familia Rothschild es una dinastía de banqueros europeos de origen judío-alemán, que ha ejercido una gran influencia económica y política desde finales del siglo XVIII. Ellos han conformado una de las casas reptilianas más leales al anti-diseño que HaSatán ha colocado en la vida de los hombres alejados del Eterno. Ellos han conservado activos durante más de cuatro generaciones los protocolos que Caín y sus hijas conocieran inspirados por la serpiente.
Su nombre proviene del escudo rojo (rot Schild) que adornaba la casa en la que vivían sus ancestros en el ghetto de Frankfurt.
El fundador de esta poderosa dinastía al servicio de la serpiente antigua fue Mayer Amschel Rothschild (1743-1812) quien creó una casa de banca en Frankfurt, especializada en el tipo de negocio que haría rica y poderosa a la familia, el crédito a las casas reales; aunque también hicieron fortuna con otros negocios, como el comercio a gran escala (bienes de lujo, suministros militares), el contrabando, la especulación monetaria, el giro internacional y el descuento de letras.
Vale la pena aquí aportar que al iniciarse la industrialización europea los Rothschild se introdujeron también con éxito en la financiación de sectores en alza como el ferrocarril, la minería y la metalurgia.
Mayer Amschel imprimió al negocio familiar sus rasgos distintivos, como el de no buscar márgenes de ganancia demasiado elevados, o el de generar una prole numerosa a la que confiar la extensión y continuidad de la casa.
El segundo hijo del fundador, Salomon Amschel (1774-1855), estableció en los años 1820 la sucursal de Viena, que permaneció abierta hasta que los nazis anexionaron Austria y tuvieron que «huir» de la persecución antisemita (1934).
El tercero de éstos, Nathan (1777-1836), se encargó de la primera sucursal abierta en el extranjero, que fue la de Inglaterra (1804), situada primero en Manchester y más tarde en Londres, donde ha continuado hasta la actualidad. La rama británica de los Rothschild, integrada en la vida nacional, asumió el liderazgo (hereditario) de los judíos ingleses, a los cuales proporcionó su primer representante en el Parlamento y su primer par de Inglaterra. Su hermano Karl (1778-1855) dirigió otra sucursal en Nápoles, cerrada a comienzos del siglo XX.
Los Rothschild simpatizaron con la causa sionista y fueron los mayores protectores de los pioneros judíos que emigraron a Palestina para establecerse como colonos; destaca a ese respecto la labor de uno de los hijos de James, Edmond (1845-1934), que financió la creación de la segunda colonia judía de Israel, formada por emigrantes de Rusia, cuando Palestina estaba todavía bajo dominio turco: Rishon le-Ziyyon (1882).
Por el solo hecho de saber concentrar entre sus manos inmensos capitales, de los que pueden disponer en todo momento en París, Londres, Viena, Berlín, Ámsterdam, Hamburgo, Roma, Nápoles, etc., todo el sistema bancario de Europa está dirigido por la familia Rothschild. En todas estas naciones europeas y Norteamérica siempre son estos judíos masones los amos y señores del sistema financiero. Por disponer de miles de billones sin contar con que en cada nación de segundo y tercer orden, ellos son los que manejan siempre el dinero en circulación. Ninguna operación financiera, ningún trabajo importante podría hacerse sin el permiso de estos banqueros masones judíos integrantes de la cúpula de los Illuminatis y el Club Bilderberg.