Se extiende la alarma por la superbacteria
Muchos indicios y ninguna solución: ésta es la situación en Alemania cuando pasó más de una semana y se produjeron 17 muertes después del brote infeccioso de Escherichia Coli, que ha puesto de rodillas al motor económico de Europa y provocado pánico en todo el continente. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la variante letal de la bacteria intestinal E.coli, que con una muerte ocurrida en Suecia mató ya a 18 personas, es de un tipo completamente nuevo, fruto de la mutación de dos bacterias conocidas, lo que no ha ayudado, por el momento, a detectar su origen.
Según los científicos, se trata de una bacteria ‘supertóxica’ que ya ha provocado la peor ola de intoxicaciones en Europa, donde son más de 1600 los casos, y comienza a expandirse por el mundo. Ayer fueron detectados tres casos sospechosos en Estados Unidos, en personas que empezaron a manifestar los síntomas de intoxicación después de volver de Alemania. Debido a la falta de información clara desde la Unión Europea, Rusia suspendió sus importaciones de hortalizas.
En estos días, médicos y científicos alemanes interrogan a los pacientes durante horas acerca de sus costumbres alimentarias, toman sin descanso pruebas de pepinos y de todo lo que se consume crudo, porque es precisamente ahí donde podría encontrarse la solución de este rompecabezas.
Hasta ahora son pocas las certezas: la bacteria contagió en particular a mujeres; la mayoría de los casos se centran en la ciudad de Hamburgo (668 de los 1500 alemanes) y todas las víctimas solían comer alimentos que consideraban ‘ligeros’ y ‘sanos’, como ensaladas.
Es decir, todo lo contrario de lo que se conocía hasta ahora del tipo de bacterias EHEC, cuya causa se había encontrado en otras ocasiones en carnes crudas y hamburguesas.
La Escherichia coli puede ser letal si se desarrolla el síndrome urémico hemolítico (HUS), una complicación de la infección que afecta la sangre y los riñones y puede provocar la muerte. Ese fue el caso de 17 pacientes alemanes que murieron en la última semana y también del paciente sueco. Unos 470 casos en Alemania están dando síntomas de esta complicación.
Frente a la emergencia, los médicos alemanes están llamando a la población a donar sangre, ya que, aunque actualmente las reservas son abundantes, existe la preocupación de que en la temporada de vacaciones podría no ser suficiente.
‘Esta cepa no se había detectado nunca en una situación de brote infeccioso. Es altamente tóxica y resistente a algunos antibióticos’, afirmó el vocero de la agencia de la ONU Aphaluck Bhatiasevi, que ha precisado que actualmente la OMS está a la espera de la información que puedan aportar los laboratorios que la analizan.
La directora del programa de sanidad alimentaria para Europa de la OMS, Hilde Kruse, explicó que ‘esta cepa parece ser única’.
En todo caso, las informaciones de la OMS no han logrado calmar la situación, y menos si se tiene en cuenta que contradicen otra teoría del Centro Europeo para el Control y la Prevención de las Enfermedades (ECDC), que había dicho con anterioridad que la variante hallada en las heces de los pacientes sería la 0104:H4, es decir, una variante rara, pero no desconocida, que ya había causado una muerte en Corea en 2005.
La infección, que comenzó en Alemania, afecta ya a por lo menos 1600 ciudadanos de 10 países de Europa. Se han informado casos en Austria, Dinamarca, Francia, Holanda, Noruega, España, Suecia, Suiza y Gran Bretaña, además de Estados Unidos.
Todos los casos, según la OMS, son de personas que habían viajado recientemente a Alemania. La enfermedad, cuyo período de incubación es de 10 días, se manifiesta por fuertes hemorragias en el aparato digestivo y, en los casos más graves, por disfunciones renales.
Sin embargo, Reinhard Burger, jefe del Instituto Robert Koch (RKI), la agencia alemana de control de enfermedades, admitió que aún no hay indicios de la fuente concreta del brote y que quizá nunca se llegue a hallarlos. ‘Creo que las cifras [de casos] bajarán, pero no estoy seguro de cuánto se tardará -dijo-. No estoy seguro de si realmente encontraremos la fuente.’
Paralelamente a la emergencia sanitaria, aumentan las tensiones dentro y fuera de Europa como consecuencia del brote. La crisis entró ayer en una nueva etapa con la intervención del presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, que criticó la forma en que Alemania reaccionó, al culpar sin fundamento los pepinos procedentes de cultivos españoles.
‘Quedó claro con los análisis que realizó la agencia española de seguridad alimentaria que no hay ni un mínimo atisbo de que el origen de esta infección tan grave venga de ningún producto español’, afirmó.
‘El daño producido es fuerte; es un daño grave, pero vamos a poner todos los medios para restaurarlo’, advirtió Zapatero, al anunciar que pedirá un resarcimiento.
Según los agricultores españoles, la situación les está costando 200 millones de euros por semana y 70.000 personas podrían perder su trabajo.
Además, ayer por la mañana Rusia, un importante socio comercial, suspendió todas las importaciones de hortalizas desde varios países de la UE. El Servicio Federal para la Supervisión y Protección de los Consumidores (Rospotrebnadzor) de Rusia anunció que se mantendrá vigente la prohibición ‘hasta nuevo aviso’, ya que ‘todavía no se han recibido datos sobre el origen de la infección, los productos peligrosos y las respuestas para localizar y acabar con el brote’.
‘¿Cuántas vidas de europeos son necesarias para que los países de la UE decidan solucionar el problema?’, se preguntó el presidente de la agencia, Gennadi Onischtschenko, en una entrevista con medios rusos.
La decisión rusa, calificada como ‘desproporcionada’ por Bruselas, desencandenó un efecto dominó y otros países se sumaron al bloqueo de las importaciones europeas. Los Emiratos Arabes Unidos suspendieron la importación de pepinos desde Alemania, España, Dinamarca y Holanda. Dubai extendió la prohibición también a la lechuga y los tomates.
Fuente: Noticias de Medicina