La crisis global estalló en el hemisferio norte arrastrando a las naciones a ser esclavas de las mismas injusticias provocadas por ellas a los pueblos considerados en desarrollo.

La legitimidad social quedó invadida por el virus del neoliberalismo que mantuvo dormidos en la historia a millones de los habitantes del llamado primer mundo. La expresión ciudadano de primer mundo quedó recluida un simple recuerdo de una gran ilusión. El devenir celestial prometido durante décadas se derrumbó y la desigualdad social ha quedado revelada como el único producto que se obtiene de este tipo de mentalidad anti Dios y anti Reino de Dios.

El desconcierto se apoderó de la población del Norte, particularmente la europea y sus mercados se han visto víctimas de los terremotos provocados por la mano del Eterno y Soberano Dios Verdadero. Él es quien ha desnudado su brazo y ha establecido estos movimientos financieros a fin de mostrar su poder redentor a favor de los que han vivido aplastados y oprimidos por este sistema de cosas en los sustratos más infrahumanos y alienantes de cada nación. El Señor hará que el Basilisco devuelva todo el oro que se engulló a costa de la energía que obtuvos de sangre inocente.

Sin embargo, la red de guardianes del Leviatán se niegan a permitir que éste abra la boca y vomite las riquezas que se enguyó (Job 20:15).

Con todo esto ha quedado también en claro que los bancos son solamente oficinas burocráticas de aquellos discípulos de Lucifer que controlan el sistema desde la cima del Ojo que todo lo ve forjando genocidios por medio de ataques terroristas económicos. El blanco de estos ataques son los más débiles de esta región: jóvenes, ancianos, niños, desempleados, etc. Todos y cada uno de ellos han sido obligados bajo el látigos de miedos que el sistema maneja a través de los medios de comunicación

Las políticas que se están estableciendo solo tratan de sacar provecho de la energía que le otorga la permanencia pasiva de los ciudadanos de Europa y Estados Unidos.

Los supuestos representantes de las naciones están siendo evidenciados como gerentes de las coorporaciones piramidales que desde los invisible los establecieron en los puestos que hoy tienen. Está bien claro para todo hoy que cada líder nacional es un simple instrumento de aquellos que determinan los destinos de los pueblos a través de los hilos por medio de los que manejan a aquellos.

Cada día se hace evidente que el capitalismo actual no pone su blanco en las necesidades básicas del ser humano e incluso apunta a la destrucción del medio en el que el hombre vive y se desarrolla: la naturaleza. 

Por ello es que los «gemidos» de la creación están encontrando oído en las generaciones jóvenes que son los que indignados salen a las calles a reclamar el derecho a vivir en las dimensiones de gloria para las cuales nacieron según la voluntad del Verdadero Dios que es buena agradable y perfecta.