Las personas sanas con el gen que aumenta el riesgo de esquizofrenia, que fuman, procesan los estímulos acústicos de una forma deficiente similar a la de los pacientes con esquizofrenia y el impacto es más fuerte cuanto más se fuma. Así lo han demostrado investigadores de las universidades de Zurich y Cologne.
Los científicos han pensado durante mucho tiempo que la esquizofrenia era hereditaria. Sin embargo, como un crisol de trastornos con diferentes causas genéticas se oculta tras las manifestaciones de esquizofrenia, los investigadores aún no han sido capaces de identificar el principal gen responsable, informó Europapress.
Para estudiar el ‘background‘ genético de la esquizofrenia, se han comparado hasta ahora la frecuencia con la que aparecen genes que representan un particular riesgo en personas sanas y enfermas.
Sin embargo, los profesores Boris Quednow, del University Hospital of Psychiatry de Zurich, y Georg Winterer, de la University of Cologne, han adoptado una nueva aproximación. Utilizando un electroencefalograma (EEG, en inglés), este grupo de científicos ha estudiado el procesamiento de estímulos acústicos simples (una secuencia de ‘clicks’ que sonaban de forma similar).
Cuando las personas sanas procesan un estímulo particular, suprimen el procesamiento de otros estímulos irrelevantes para la tarea que se está realizando.
Los pacientes con esquizofrenia presentan deficiencias a la hora de realizar este tipo de filtrado de estímulos y por ello sus cerebros estarían inundados de demasiada información.
Como las personas psíquicamente sanas también filtran estímulos con diferentes grados de eficiencia, el procesamiento individual de estímulos puede estar asociado con determinados genes.
En un estudio a gran escala, en el que participaron 1.800 personas sanas escogidas de la población general, Quednow y Winterer hasta qué punto el filtrado de los estímulos acústicos está relacionado con un gen conocido por su vínculo con el riesgo de esquizofrenia: el denominado gen factor 4 transcripción (TCF4).
TCF4 es una proteína que juega un papel crucial en el desarrollo temprano del cerebro. Como los pacientes con esquizofrenia suelen fumar, los científicos estudiaron también los hábitos tabáquicos de los participantes de esta investigación.
Los datos recopilados muestran que los portadores psiquiátricamente sanos del gen TCF4 también filtran estímulos de manera menos efectiva que el resto, igual que los pacientes con esquizofrenia.
Esto da como resultado que sobre todo los fumadores que portan el gen de riesgo se muestran menos efectivos filtrando los estímulos acústicos. Este efecto resultaba más pronunciado cuanto más fumaban estas personas. Los portadores del gen no fumadores, sin embargo, no procesaban los estímulos mucho peor.
Según resume Quednow, «fumar altera el impacto del gen TCF4 en el filtrado de estímulos acústicos«. «Por lo tanto, fumar podría también incrementar el impacto de determinados genes en el riesgo de esquizofrenia«.
Así, concluye, «fumar debería ser considerado como un importante co-factor para el riesgo de esquizofrenia en futuros estudios«.
Fuente: Panorama