Los alarmantes índices de delincuencia en el país– reflejados en asesinatos, ajustes de cuentas, robos, asaltos con armas sofisticadas, pandillaje y otros crímenes– han situado al Perú en un nada honroso primer lugar en la percepción de la inseguridad ciudadana entre 25 naciones del continente.
Nota Profética:
Después de leer esto, la pena que pretende embargar el corazón profético que el Eterno me ha entregado, conduce a las siguientes preguntas:
- ¿Dónde están los supuestos apóstoles del Perú que anunciaron en sus llamadas «Cumbres» cambios estructurales increíbles para esta nación a causa de la reforma apostólica que ellos promocionaban?
- ¿A dónde huyeron los profetas llenos de agorería que ilusionaron a miles de creyentes evangélicos diciéndoles que el avivamiento que se venía al Perú los convertiría en testigos de cambios sociales nunca vistos?
No hay duda alguna que todo ese circo de la fe solamente benefició a aquellos que siguiendo el camino de Caín por amor al dinero cayeron en los extravíos de Balaam. Todos esos varones, junto a sus familias, recibirán castigos de parte del Eterno Dios porque no se abocaron a la tarea verdaderamente apostólica encomendada por nuestro amado Mesías a los Doce Apóstoles:
«Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén».
(Mateo 28:19-20)
Todos estos ministros de impiedad no quisieron escucharme en el consejo profético de llevar a cada congregación la pedagogía apostólica de las primeras comunidades de fe en el primer siglo.
Ellos consideraron que mis palabras no eran oportunas para lo que los que se dicen apóstoles, y no lo son, les sugerían. Prefirieron desechar mi persona, cerrándome el Perú y ordenando que nadie me invitara a sus Congresos, aduciendo que mi enseñanza no estaba alineada a los que ellos consideraban Reforma Apostólica.
Hoy, una vez más, y ante este tipo de noticias, Yahvéh les dice a los creyentes del Perú que no podrán decir jamás delante de Su Presencia que Él no les envió profeta.
Por eso, es necesario decirle a las congregaciones evangélicas del Perú que aún hay tiempo de traer las lluvias del Señor sobre los territorios de esa nación.
El Eterno tiene pautas y lineamientos en Su Sagrada Escritura que sirven para el trazado de verdaderos diseños espirituales que conducen a la verdadera Reforma Apostólica: la que trae transformación desde la familia y alcanza a todas las instituciones de una nación. Estaré intercediendo por todos aquellos varones y mujeres con corazón pastoral que anhelan los cambios para el Perú desde la manifestación del Reinado del Eterno Dios. Sé que con ellos formaremos una coalición de servicio que arremeterá contra las tinieblas a través del lavado de pies a los santos escogidos que Yahvéh tiene en esa bendita patria.
Shalom!
P.A. David Nesher
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