Por Tony González
Este no es el momento para mirar las diferencias, sino para unirnos en las coincidencias.
No es el momento para tener razón, sino para vivir la verdad.
No es el momento para reprocharnos el pasado, sino para trazarnos un destino.
No es el momento de egocentrismo, sino para el altruismo.
No es el momento para el protagonismo del ego, sino para la manifestación del nosotros.
No es el momento para que se destaque un super ungido, sino para el heroísmo del grupo.
No es el momento para la negación de los errores, sino para la aceptación y el arrepentimiento.
No es el momento de criticar al otro, sino para registrar la empatía.
No es el momento de proyectar la culpa, sino de rectificar los errores.
No es el momento de la letra muerta, sino de la Palabra viva.
No es el momento del hombre, sino del Dios Viviente.
No es el momento del empoderamiento humano, sino de la manifestación divina.
No es el momento del que es alma viviente, sino del que es Espíritu Vivificante.
No se trata de saber lo que nos pasa, sino de entender lo que provocamos.
No se trata de reprochar todo al Cielo, sino de hacernos cargo de lo nuestro acá en la Tierra.
No se trata de buscar culpables, sino de hacernos responsables.
No se trata de juzgar acciones, sino de cambiar intenciones.
No se trata de mirar afuera, sino ver desde adentro lo que nos afecta.
No se trata de leer la Biblia, sino de comenzar a meditar la Instrucción del Eterno.
No se trata de cumplir los Diez Mandamientos, sino de vivir las Diez Declaraciones de Poder Lumínico.
No se trata de gritar sin sentido, sino de pedir al único Padre en el nombre del Hijo Unigénito.
No se trata de creer en Dios, sino de creerle y obedecerle. Porque la ultima palabra no la tiene el Eterno, sino cada ser humano libre para decir sí, amén y comenzar a vivir, o negarlo y seguir muerto aún respirando.
Sean bendecidos en Su Paz y Gracia.
Tony Gonzalez.