La Torah (Instrucción) de Dios es un llamado a que el ser humano practique la santa discriminación que permite la adquisición del producto celestial llamado la igualdad.
Es decir, que la Torah es un llamado a que el hombre discrimine entre el Levita, y el Israelita; entre el creyente, y el no creyente; entre el Israelita, y el Gentil; entre animales puros, y animales impuros; entre el día de Shabbat, y los otros días de la Semana; entre lo santo, y lo profano; entre lo moral, y lo inmoral; entre la obediencia, y la desobediencia; entre la bendición, y la maldición.
Este continuo proceso de discriminación, dará al ser humano la oportunidad de escoger hacer aquello que es mejor y conveniente (lo bueno). Y, en su compromiso con hacer lo bueno, el ser humano entenderá que, la igualdad que desea el Eterno para los hombres, consiste precisamente en que todos (sin importar su raza, o su credo) estén igualmente comprometidos con hacer solamente lo conveniente para que se manifieste la Paz (Shalom) y los Derechos Humanos por fin se manifiesten para todos.