El expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero ha propuesto este martes la creación de una «alianza permanente entre las confesiones religiosas«, vinculada a la ONU y a la Alianza de Civilizaciones, para crear una «autoridad religiosa global» con dos principios, el respeto al pluralismo religioso y la paz y la libertad, y la condena de toda violencia.
Eso sí, ha advertido de que, para ser útil, ese diálogo ecuménico no debe ser sólo sobre la fe, sino estar abierto a la sociedad. De hecho, cree que sería «muy deseable» un diálogo de los líderes religiosos de todas las confesiones con organizaciones feministas, porque cree que las religiones «tienen un problema» con los derechos de las mujeres, y que ese asunto tiene «gran influencia en la forma de entender la vida«.
Zapatero se ha expresado así en un coloquio sobre el papel del diálogo interreligioso en la promoción de la paz. A su juicio, los líderes religiosos deberían trabajar conjuntamente en cuatro campos: juventud, medios, migraciones y educación -en ellos trabaja ya la Alianza de Civilizaciones promovida por el propio Zapatero-.
Además, cree que la primera tarea de los líderes religiosos debería ser la paz en Oriente Próximo, que a su juicio es el «tumor primario» de la inestabilidad en la región. Así, ha pedido a los líderes del judaísmo, el islamismo y el cristianismo un llamamiento «ecuménico» y un «compromiso renovado» a favor de la paz en Oriente Próximo, en colaboración con la ONU, «que debe ser la gran institución para la paz».
Alianza por la paz en Oriente Próximo
Zapatero se ha referido en concreto a los enfrentamientos entre Israel y Hamás y ha reclamado una «alianza liderada por la ONU para el cese inmediato del uso de la fuerza y la violencia en Gaza» y la puesta en marcha de una mesa de paz. Como primer paso, ha pedido exigir a ambas partes que acepten un alto el fuego inmediato y que se vuelva a la iniciativa de paz árabe del año 2000.
«La vida de un niño de Israel vale lo mismo que la vida de un niño palestino, lo vale todo«, ha dicho Zapatero, que ha relatado haber escuchado ya muchas «excusas» para no emprender el proceso de paz. Y ha recalcado que la paz no es sólo evitar la guerra, sino que es «la cultura de la palabra como acción» y, además, ha situado la paz en el «fundamento de los derechos humanos«.
A su modo de ver, la clave es que ninguna religión puede plantearse como «excluyente» ni pretender que sus creencias son las únicas verdaderas, sino que la única «verdad es la libertad, el respeto a todas las confesiones«. «No hay herejes, hay personas que piensan de manera diferente o tienen diferentes ideas y en nombre de ninguna fe puede ampararse el odio y el fanatismo«, ha remachado.
Además, ha subrayado que los procesos democráticos no pueden imponerse desde el exterior y que cada país debe seguir su propio camino, y ha puesto como ejemplo el caso de Túnez, o las reformas de Marruecos.
Del mismo modo, ha subrayado que la invasión de Irak no ha llevado la democracia al país. A su juicio, este país necesita un gobierno de unidad, un gran pacto para frenar la guerra sectaria, pero también un entendimiento religioso, que cree que podrían fomentar la Liga Árabe o la Organización de la Conferencia Islámica.
En España, «el terrorismo ha perdido»
Zapatero ha destacado que la paz y las libertades sólo se logran con el diálogo y la política y «la política no admite la violencia«, sino que «la violencia es una negación de la política«. Sólo se ha referido a España para recordar que también hubo «40 años de sufrimiento a causa del fanatismo» y y decir que la España de hoy es un ejemplo de «cómo la paz se impone a la confrontación, el pluralismo se impone a la exclusión» y «el terrorismo ha perdido ante la libertad, el fanatismo ante la razón y las bombas ante la palabra«.
España, ha dicho, es «un buen testimonio de la superioridad de los valores democráticos» y de la «grandeza que supone la lucha por la paz», una paz, ha añadido, con «memoria de las víctimas y con la generosidad que la paz siempre implica».
Para Zapatero, los «factores de identidad de las personas y los pueblos son los que motivan los peores y los mejores sentimientos«, y «en nombre del nacionalismo se han llevado a cabo las mejores y peores acciones«, igual que cada civilización -de las que forman parte esencial las religiones- ha supuesto mejoras y también retrocesos en su desarrollo.
Fe en el proyecto europeo
El ex jefe del Ejecutivo ha aprovechado para subrayar también su fe en el proyecto europeo y ha confiado en que no se ceda a la tentación de «revisar la historia», propia de las crisis. A su juicio, cuando la UE avance más rápidamente en su integración volverá a sentirse fuerte. Zapatero ha calificado de «gran cambio» la elección del presidente de la Comisión Europea por la Eurocámara, pero reconoce que esos cambios «necesitarán desarrollo».
Además, considera que la UE no debe frenar su ampliación, porque están llamando a la puerta varios países, entre ellos los Balcanes y Turquía, un país cuya entrada sería, a su juicio, «muy importante y positiva» para una «Europa abierta».
Fuente: Libertad Digital