Por P.A. David Nesher
«Luego el ángel de YHVH se ubicó en un sendero estrecho, entre las viñas, con sendos cercos de piedras a ambos lados del sendero. Cuando la asna vio al ángel de YHVH, se apretujó contra el cerco presionando el pie de Bilam contra la pared. Entonces él le pegó de nuevo. Entonces el ángel de Dios se paró en una senda estrecha a través de los viñedos, donde había una cerca a cada lado. Pero el ángel de YHVH se adelantó a ellos y se ubicó en un lugar tan estrecho, que no había espacio para desviarse ni hacia un lado ni hacia el otro. Cuando la asna vio al ángel de YHVH se echó al suelo, debajo de Bilam; por lo que Bilam se enojó y le pegó a la asna con una vara. YHVH le otorgó a la asna el don del habla. Y dijo [la asna] a Bilam: “¿Qué te he hecho para que me hayas castigado estas tres veces?”.
Bamidbar/Números 22:24-27.
La agresión física de Bilam contra su asna, a la que no puede entender, lo degrada, y los pasukim (versículos) lo presentan como una persona cruel y de naturaleza perversa. [Aquí es importante recordar que la Instrucción divina prohíbe incurrir en lo que se denomina “tsáhar bahalé haím”, es decir, causar sufrimiento a un animal. Esto nos enseña acerca de la importancia de tratar bien a los animales. El mal trato de los animales es notado en las esferas celestiales (Proverbios 12:10)].
El asna, al desviarse nuevamente (v. 25), causó que Bilam se golpeara el pie con una barrera o valla hecha con piedras. Es entonces cuando el mago azotó otra vez a la asna.
El Asna Habla… ¿Cómo, Por qué y Para qué?
Es entonces cuando el Eterno, milagrosamente, le concedió al asna la habilidad de hablar, y la bestia así lo hizo; ella reprendió al profeta por su impío castigo.
Bilam, por causa de su furia, sea vuelto tan irracional, que él respondió de vuelta sin darse cuenta que su animal le hablaba. Él parecía no estar impresionado por la asna que llevaba una conversación inteligente con él.
Estas eran crueles palabras de un profeta impío. Esto es un escalofriante recordatorio de lo que los impíos han hecho a menudo a los verdaderos profetas quienes podrían dificultar sus caminos perversos.
Al leer el texto vemos que dice:
«Bilam le respondió a la asna: “¡Te burlaste de mí. Si tuviera en mi mano una espada, ya mismo te mataría!… Y el asna dijo a Bilam: ¿No soy yo tu asna? Sobre mí has cabalgado desde que tú me tienes hasta este día; ¿He acostumbrado a hacerlo así contigo? Y él respondió: No,… tienes razón«
(vv. 29 -30)
¡Asombroso!… Notamos a este varón admitiendo lo que su asna le plantea. Así Bilam tiene que reconocer que el asna saco lo mejor de él en esta conversación. Bilam debía humillarse a sí mismo delante de la asna, admitiendo que ella no había sido de esta manera antes, así que quizás había una buena razón para ella de ser de esta manera ahora.
Ahora los invito a dirigir nuestra atención al mensaje ético que se deriva de este evento; si preguntáramos por el hecho mismo y su finalidad, es decir el por qué habló la asna. Los sabios explican: “…Para informarnos que la boca y la lengua están en poder de YHVH; que si alguien quiere maldecir, nuestra boca está bajo la supervisión divina…”, (Yalkut Shimoni). Es decir que toda la finalidad de este milagro era afianzar la fe en un solo Dios que supervisa y controla todo el Universo. Entonces es YHVH quien hace hablar al asna para demostrarle a Bilam que es Él y solo Él quien provee la capacidad del habla, y que por consiguiente no debe maldecir a nadie.
En toda la Torah, esta es la segunda ocasión en que un animal habla con las personas; la primera vez fue en el jardín del Edén cuando la serpiente sedujo a Java (Eva). Ahora una burra habla con un mago.
Los Ojos se abren, el Mensajero se Ve y la Palabra se Revela.
Entonces Yahvéh abrió los ojos de Bilam, y vio al ángel de Yahvéh que estaba en el camino, y tenía su espada desnuda en su mano. Y Bilam hizo reverencia, y se inclinó sobre su rostro. Y él ángel de Yahvéh le dijo: ¿Por qué has azotado tu asna estas tres veces? He aquí yo he salido para resistirte, porque tu camino es perverso delante de mí. El asna me ha visto, y se ha apartado luego de delante de mi estas tres veces; y sí de mí no se hubiera apartado, yo también ahora te mataría a ti, y a ella dejaría viva.«
(vv. 31-33)
Este evento hizo la voluntad de Dios muy clara en cuestión. El Eterno le dijo a Bilam, bien fuerte y muy claro: “¡No vayas, regrésate ahora!” Pero Bilam no escucharía. Su codicia y avaricia eran tan grande como su orgullo mismo.
1. Significado del Triple Evento.
En estos pasukim (versículos) se cuenta un total de tres eventos en que participan Bilam y su burra. ¿Qué vio el ángel que lo obligó a pararse en tres sitios diferentes? ¿Qué significado tiene este número tres?
Notemos que en las primeras dos veces había un espacio libre en el cual el asna podía caminar, no así la última vez que el animal se rehusó a seguir su marcha.
Sobre el número 3, la enseñanza yahvista nos dice que, una vez que algo haya sido realizado tres veces es considerado como permanente; a eso se le llama «jazakáh«. Por lo tanto, el número tres representa permanencia y estabilidad.
Tres son las conjugaciones del “tiempo”: presente, pasado y futuro.
Del punto de vista de la Kabaláh, el número 3 es la cifra de la paz y de la integración.
También, entre otras cosas más, recordemos que también tres son los patriarcas de Israel; Abraham, Itzjak y Yaakov.
Sentado esto, pasemos ahora a la explicación sobre la secuencia del 3 en el evento de Bilam y su asna.
- 1) El ángel se paró en frente de Bilam pero dejando un espacio en cada lado. Esto quería decir que si el profeta quería emplear una fórmula de maldición para los descendientes de Avraham podía hacerlo, puesto que de Abraham nació Ismael y los hijos de otra esposa de Abraham.
- 2) El ángel se interpone por segunda vez obstaculizando, pero dejando espacio de un solo lado; esto significa que si el brujo quería maldecir a los descendientes de Itzjak, podía hacerlo ya que de él había nacido Esaú.
- 3) En el tercer evento, el asna se echa en el piso y se niega a andar, no había en absoluto paso libre, ello constituía una alusión a que por ningún motivo Bilam podía maldecir a los Benei Israel en tanto que eran descendientes de Yaakov.
De esta manera, el ángel de YHVH le mostraba a Bilam signos referentes a los tres patriarcas hebreos, lo cual significaba que no se podía maldecir a los Benei Israel.
Las tres apariciones del ángel representan al pueblo de Israel, que justamente es un pueblo tripartito compuesto de sacerdotes, levitas e israelitas; y es un pueblo que celebra anualmente tres festividades de peregrinación: Pésaj, Shavuot y Sucot.
El ángel le insinúa a Bilam que no podrá contra Israel, pues los israelitas trascienden las fuerzas naturales y están sujetos a la protección Divina.
2. El Camino del Perverso conduce a la Condenación.
El Ángel del Señor reprendió a Bilam por su mal trato a su asna, pero especialmente porque el camino que él estaba siguiendo era perverso para el Eterno. La palabra hebrea que se traduce como perverso sostiene la idea de “ir en el camino equivocado en una manera imprudente”. Este era exactamente el problema de Bilam.
Al leer la respuesta de Bilam notamos su indecisión en cuanto a si él realmente estaba desagradando a Dios. Él planteó al Ángel: “Si te parece mal.” El Eterno hizo clara Su voluntad a Bilam muchas veces, sin embargo él aún tomaba la respuesta divina que él quería, haciendo evidente que él en verdad no quería lo que el Eterno ya había claramente revelado.
“El ángel de YHVH respondió a Bilam: Ve con los hombres, pero hablarás sólo la palabra que yo te diga. Y Bilam se fue con los jefes de Balak.” (v. 35)
Así fue como finalmente, YHVH le dijo, a través de Su Ángel, que debía ir con esos hombres, pero le advirtió de que hablara sólo la cosa que Él le dijera. Recordemos que las palabras que salen de una persona tienen mucha influencia en los aires. Por eso Laván no podía hablar contra Yaakov ni bueno ni malo (cf. Génesis 31:24). Bilam no tenía permiso para hablar palabras propias. Nuestras palabras pueden hacer mucho daño. Hay momentos cuando no tenemos permiso para decir nada, (cf. Josué 6:10; Mateo 26:63).
En respuesta al corazón duro de Bilam, el Eterno le dio permiso sobre su deseo pecaminoso. Nuevamente, el Eterno no cambió Su mente. Por causa del corazón duro de Bilam, el Eterno lo envió al camino que Bilam quería seguir, aunque su final fuera un camino de juicio y muerte.
La raíz del pecado de Bilam era el amor por el dinero. En la carta de Judas (v. 11) se lo llama el error de Bilam.
Terminaré solo con lo que Rashí dijo explicando esta historia:
“…Por el camino que un hombre desea ir, por ese mismo camino es conducido…”.