«Profecía acerca de Egipto: He aquí, Jahveh cabalga sobre una nube veloz y entra en Egipto.
Los ídolos de Egipto se estremecen ante su presencia,
y el corazón de los egipcios desfallece dentro de ellos.
“Yo incitaré a los egipcios contra los egipcios.
Cada uno peleará contra su hermano, cada uno contra su prójimo,
ciudad contra ciudad, y reino contra reino.
El espíritu de Egipto se trastornará dentro de sí, y confundiré sus planes.
Preguntarán a los ídolos, a los espíritus de los muertos,
a los que evocan a los muertos y a los adivinos.
Entregaré a Egipto en mano de un amo déspota, y un rey cruel se enseñoreará de ellos,”
dice el Señor Jahveh de los Ejércitos.»
Isaías 19:1-4
Estamos asistiendo a una guerra espiritual muy evidente e interesante a la vez. Por una parte el Espíritu de la Profecía, apresurándose a traer los tiempos al testimonio de Jesús, (Ap.19:10) está despertando las conciencias de los pueblos subyugados por el poder político de la bestia en la que está montada Babilonia la Grande (Apocalispsis 17). Por el otro lado, vemos cómo los espíritus del inframundo que en sus categorías de principados, potestades y gobernadores, se niegan a ceder posición a la proclamación del Reino de Dios que el Mesías dejara como legado a sus escogidos. Todo esto se refleja y se materializa en manifestaciones populares cómo las que estamos viviendo en Medio Oriente en los últimos tiempos. Primero Túnez, ahora Egipto. Estas son naciones sometidas a contrataciones luciferinas que lograron mantener adormecidas las conciencias de millones de vidas humanas. Todas esas vidas sudaron por años para las coronas de las cabezas del dragón. Hoy los espíritus de los hombres despiertan y en su clamor por Justicia son empujados a las calles a fin de defender sus territorios de la opresión. Es la misma pasión de vivir en libertad la que ocasiona estas manifestaciones, pero a la vez existen ciertas «garras» que de una manera sinistran han digitado estas insurrecciones con el objeto de acabar con aliados que consideran ya están sin fuerzas para sus fines.
La situación actual de Egipto es solo un anticipo de lo agitada que estarán las jornadas políticas de muchas naciones durante el 2011.
Estados Unidos se presenta como un mediador de la paz y como un defensor de la democracia y los derechos. Su falso mesianismo quedará en evidencia en día más, ya que detrás de toda circunstancia está el Eterno Dios Verdadero guiando soberanamente todo designio humano al somentimiento de su preciosa y perfecta Voluntad.
El interés real de EEUU es sustituir a los actuales gobiernos de los países árabes en revoluciones. Gobiernos que hasta hoy han fornicado con la política masónica. Ahora la idea es suplantarlos por nuevos gobiernos más dóciles que puedan con nuevas fuerzas mantener firmes medidas de enriquecimiento de unos pocos a coste de la sangre de millones en el portal del canal de Suez.
Hay una trama de desestabilización perfectamente trazada para así tener el control de todo el territorio árabe cercano a Israel.
Esta revolución tiene que ver con claros intereses desesperados que pretenden fortalecer la moneda del ojo de Bafomet (dólar) a través de una crisis en los valores del mercado petrolero.
Pero en las altas esferas qeu controlan todo esto se encuentra el Trono Eterno de nuestro Papá activado en movimientos de guerra precisos. Éstos están provocando que las fuerzas del Dragón, que pretenden provocar un nuevo caos económico mundial desde esos territorios, solamente transfieran riquezas a los escogidos del Altísimo que habitan las naciones.
¡Por tanto, «no temas manada pequeña que al Padre le ha placido entregarles el Reino»!
(Lucas 12: 32)