Cuando Dios quiso crear peces, le habló al mar.
Cuando Dios quiso crear árboles, le habló a la tierra.
Pero cuando Dios quiso crear al hombre, se volvió hacia SÍ Mismo.
Así que DIOS dijo, «Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza«.
Por lo tanto:
Si sacas un pez del agua, morirá; y cuando sacas un árbol del suelo, también muere.
Del mismo modo, cuando el hombre se desconecta de Dios muere.
Dios es nuestro entorno natural. Fuimos creados para vivir en Su Presencia. Tenemos que estar conectados con Él porque solo en Él existe la Vida del hombre.
Permanezcamos conectados con Dios.
Recordamos que el agua sin peces sigue siendo agua, pero los peces sin agua no son nada.
El suelo sin el árbol sigue siendo suelo, pero el árbol sin suelo no es nada…
De igual modo, Dios sin el hombre sigue siendo Dios, pero el hombre sin Dios no es nada.