27 ejecutados en tres Estados
HALLAZGO. UNO DE LOS 15 CADAVERES ENCONTRADOS AYER EN EL ESTADO DE GUERRERO. FUE ENCONTRADO EN EL ESTACIONAMIENTO DE UN SHOPPING CENTER.
La semana iniciada con la masacre de 72 inmigrantes latinoamericanos en México a manos de un grupo paramilitar asociado al narcotráfico termina con más violencia. Ayer se encontraron los cadáveres de 27 personas que fueron ejecutadas por bandas de narcos en tres Estados del país: 15 fueron hallados cerca de Acapulco, en el Estado de Guerrero; 8 en el de Chihuahua; y 4 más, pertenecientes a sicarios, en Laredo. Al mismo tiempo, dos coches–bomba explotaron en la misma zona de la masacre de los latinoamericanos, uno contra un cuartel de la policía y otro contra la sede de Televisa, el mayor grupo televisivo del país, en el Estado de Tamaulipas. Para completar un cuadro de horror nacional, el fiscal que investigaba el caso de los 72 “sin papeles” masacrados cuando estaban en tránsito a Estados Unidos está desaparecido, e igual suerte corrió un policía del lugar . En un primer momento, ayer se informó oficialmente que el fiscal había sido hallado muerto en la zanja de una ruta provincial. Pero hacia el final de la tarde el propio presidente mexicano, Felipe Calderón, quien daba una disertación sobre la inseguridad y la violencia en su país, rectificó la información.
La violencia en alza es un producto de un avance arrollador de los narcos sobre vastas zonas del país, especialmente en su región norte. El caso más terrible conocido en la víspera fue el de Guerrero. Allí 15 cadáveres aparecieron con impactos de bala , informó la Secretaría de Seguridad Pública y Protección Civil (SSPyPC) local. Muchos estaban al costado de la Autopista del Sol, que comunica a Ciudad de México con Acapulco. Los muertos tenían e ntre 22 y 38 años, estaban “todos amordazados de los pies, con las manos hacia atrás y vendados de los ojos , con cinta industrial color gris”. A su lado fueron puestas seis cartulinas, cuatro de ellas con distintos mensajes dirigidos al cartel narco de Leyba . Una situación similar se registró en Chihuahua, mientras otros cuatro sicarios de grupos narcos fueron hallados muertos en Laredo.
En tanto, el fiscal del Ministerio Público que investigaba la matanza de 72 inmigrantes ilegales latinoamericanos esta semana en Tamaulipas, Roberto Javier Suárez Vázquez, se reportó desaparecido. Igual suerte corrió un policía.
El propio presidente Calderón habló del tema pero en medio de sus declaraciones le acercaron un papel con la información correcta: todavía no estaba identificado el cadáver. Calderón dijo: “Ya no están encontrando fácilmente quién los supla (a los sicarios), al grado tal de que tienen que acudir a esta barbaridad de hacer prácticamente levas colectivas como la que pretendieron hacer con los migrantes”. Y agregó: “No pueden sostener (los carteles) la lucha permanentemente, no es infinita su capacidad de reclutamiento, de financiamiento, de armar cuadros, de reemplazar líderes”.
Sobre la masacre de inmigrantes, a cargo del grupo narco Los Zetas, el único detenido es un chico de 16 años. L as autoridades creen que habría colaborado.
Diplomáticos de los países de origen de las víctimas (ecuatorianas, brasileñas, salvadoreñas, guatemaltecas y hondureñas) trabajaban ayer en la identificación de los cadáveres. Sólo un miembro del grupo, un ecuatoriano, sobrevivió, muy mal herido. Es Freddy Pomavilla, de 18 años. Ahora tiene estatus de “testigo protegido” .
El procurador de Tamaulipas, Jaime Rodríguez, confirmó que hasta ayer el personal forense había hecho 31 necropsias e identificado a 15 de los 72. Se cree que 14 eran de Honduras, 12 de El Salvador, 4 de Guatemala y 1 de Brasil.
Por la violencia, por otro lado, EE.UU. ahora no permitirá que hijos de sus diplomáticos vivan en Monterrey, Tijuana, Ciudad Juárez y otras ciudades mexicanas, se informó ayer en Washington.