«El rey Asuero llamó a Ester invitándola a presentarse ante él y le dijo:
Dime qué deseas, y te lo concederé.
¿Cuál es tu petición?
Aun cuando fuera la mitad del reino, te lo concedería«.
(Ester 5:6)
Al leer hoy este pasaje mi espíritu vibró en Su Presencia mientras Él me recordaba Sus palabras cuando estuvo con nosotros en la Tierra:
«Y desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo conquistan por la fuerza».
(Mateo 11: 12)
De repente mi mente se llenó de la plenitud de sus pensamientos al descubrir que este ayuno de Ester que hoy estamos haciendo tiene el respaldo de Su perfecta Voluntad.
Les ruego a cada uno de los santos que tengan muy en cuenta en sus oraciones que tenemos una posición regia ante el Rey del Universo. La misma la hemos recibido por el sacrificio del Cordero de Dios, Jesucristo. Por esto, hemos obtenido Su Gracia sobre nuestras vidas. Ese favor inmerecido nos ha depositado una unción regia que nos permite tomar poder y autoridad en la posición que tenemos en Yeshúa HaMashiaj.
Mientras oran sean conscientes que el mismo Eterno y soberano Dios, nos llamó por nuestro nombre a Su Presencia. Esto significa que fuimos creados y llamados en Cristo para un tiempo específico como este. Por lo tanto, hoy es muy certero orar confiada y valientemente, y pedirle a Dios por lo que deseamos, demandandando que Su justicia descienda sobre nuestras vidas.
¡Él está dispuesto darnos lo que deseamos! ¡Él está dispuesto a entregarnos la mitad de Su Reino!
«Por tanto, acerquémonos con confianza al trono de la gracia para que recibamos misericordia, y hallemos gracia para la ayuda oportuna.»
(Hebreos 4: 16)
¡Estoy convencido que hoy, al terminar este ayuno, no saldremos con las manos vacías delante del Señor!