Por David Nesher
“Y contaras desde el día que sigue al día de reposo, desde el día en que ofreciste la gavilla de la ofrenda mecida; siete semanas cumplidas serán”
(Vayikra/ Levítico 23:15)
Muchos de los nuevos talmidim (discípulos) que Abba nuestro me ha entregado para capacitarlos en el Yugo de Yeshúa, me preguntan ¿qué es y qué significa el ritual de la Cuenta del Omer?
En forma sintética y sencilla responderé que la Cuenta del Omer es una mitzváh (mandamiento) que conecta Pesaj con Shavuot, es decir, el Éxodo de Egipto con la Entrega de la Instrucción (en hebreo: Matán Torah) en el Monte Sinaí.
Ahora bien, profundizando la respuesta (y en verdad este ritual lo merece) diré que el denominado Conteo del Omer es un período de siete semanas en el que el Espíritu Santificador del Eterno nos conduce desde la festividad de Pesaj, la celebración de la libertad en la cual salimos cada año del diseño mental llamado Mitzrayim (la limitaciones de la esclavitud de Egipto), hacia la festividad de Shavuot (“Las Semanas”), celebración de la entrega de la Torah (Matán Torah), cuando recibimos año tras año el sello de Su Instrucción para enseñarnos acerca de nuestro derrotero en el mundo. Esto quiere decir que la libertad de Israel fue de un estado de conciencia de estreches y de conformidad a un estado de recuperación total del control de sus vidas, de sus emociones, purificando paso a paso, cada día su carácter, depositando toda su confianza en el Eterno y en las verdades fieles de la Instrucción (Torah).
Considerado el relato histórico de ese modo, descubrimos que la cuenta del Omer constituye el pasaje de la libertad hacia nuestro encuentro con el propósito eterno que tenemos en la vida. Es un proceso metodológico divino de transición del estado mental reptiliano en que creemos que podemos hacer lo que queramos, de acuerdo a nuestras necesidades de supervivencia, a un estado en que sabemos lo que queremos hacer, en el cual estamos conectados a nuestro verdadero destino. Este proceso es totalmente voluntario, es decir, que cada redimido decide esforzarse para realizar esta auto-educación.
Para entender bien este ritual sacerdotal-profético, recordemos que Mitzrayim (Egipto, en hebreo) significa “limitaciones”, “estrechez” «fronteras» o “confinamiento”; por lo que puede traducirse como: «zona que me limita desde mis angustias«.
Mitzrayim representa el conformismo y la restricción que el propio ego del ser humano produce en el interior de un individuo. Es el símbolo de nuestra zona de confort, cuyos pensamientos cohíben e inhiben nuestro libre movimiento y expresión. Entonces, en cada Pesaj, el Eterno nos hace tomar conciencia que dejar Mitzrayim (Egipto) significa lograr la libertad de lasa restricciones.
Después de abandonar Egipto, los hebreos pasaron los siguientes cuarenta y nueve días en el desierto preparándose espiritualmente para la experiencia más monumental de todos los tiempos: la entrega de la Torah en el Monte Sinaí. Nosotros, al igual que los hebreos que salieron con Moshé, si deseamos realmente liberarnos de toda actitud negativa, y hacer una introspección que lleve al cambio, necesitamos entrar en un proceso de refinamiento gradual de nuestra alma en su temperamento y carácter.
Para asegurarse el éxito de esta promoción psíquica, el Eterno nos acompaña guiando a controlar la ansiedad que provoca todo cambio, haciéndonos tomar conciencia de que este proceso, como todo cambio, tiene un lema: “un día a la vez”. Este lema es necesario tenerlo en cuenta, ya que es un error común, en los seres humanos, creer que un cambio puede ocurrir de la noche a la mañana, especialmente si el cambió que estamos buscando anhela obtener un resultado positivo de por vida, y especialmente si se trata de nuestro carácter…
Este proceso de auto-educación consiste en provocar que el alma ascienda en la escalera emocional de su misma estructura psíquica, guiada por preguntas del propio espíritu humano, que bajo la influencia del Espíritu de Yahvéh procura llegar a niveles celestiales mayores. En esta peregrinación el alma se mueve en un proceso liberador de la esclavitud que producen nuestros pensamientos, malos hábitos y distintas adicciones de la sociedad que nos rodea e intoxica.
Para esto se creó Sefirat haOmer. Para entender y valorar que en el peregrinar de nuestra fe, ¡cada paso tras Yeshúa es un paso a una mayor Gloria!
Bitácoras que ayudarán a entender mejor esta disciplina profética:
¿Qué es el Omer?… ¿Para qué sirve?
Los Siete Aspectos Mesiánicos de Nuestra Santidad