Tres niños fueron asesinados a cuchilladas en un ataque a un jardín de infantes en una ciudad del este de China, país que vivió meses atrás una ola de agresiones contra establecimientos escolares, anunció el miércoles la agencia China Nueva.
Fan Jiantang, un desempleado de 26 años, fue detenido horas después del ataque contra el jardín de infantes de la ciudad de Zibo, en la provincia de Shandong (este), anunció la municipalidad en un comunicado citado por China Nueva.
La policía está en posesión del cuchillo de 60 centímetros que Fang afirma haber usado. Las razones de su acto aún se desconocen y la policía sigue investigando, según la prensa oficial china.
Tres niños murieron inmediatamente y otros tres, así como cuatro maestros, resultaron heridos. Dos de los maestros se encontraban en estado grave.
El miércoles, las autoridades municipales, la policía y el hospital se negaban a hacer comentarios sobre el ataque de Zibo.
«Llegaron seis o siete ambulancias y numerosos policías», declaró una mujer que vive frente al jardín de infantes contactada por la AFP. «La calle está bloqueada y los padres no pudieron entrar», agregó.
Otra habitante indicó que los jardines de infantes de Zibo habían recibido la orden de cerrar sus puertas por un mes.
Entre marzo y mayo pasados China fue sacudida por una serie de ataques contra escuelas que dejaron al menos 17 muertos -de los cuales 15 eran niños- e hirieron a más de 80 personas.
Esas agresiones, generalmente realizadas con cuchillos o hachas, provocaron un estado de temor general en el país, lo que hizo que se reforzaran las medidas de seguridad en las escuelas.
Las escuelas primarias y secundarias permanecerán cerradas en China durante las vacaciones de verano, hasta el 1º de septiembre.
Chongqing, metrópolis del sudoeste, había dado la orden a su policía de abrir el fuego contra cualquier persona que intentara agredir escolares.
En cuanto a los autores de los ataques, tres de ellos fueron condenados a muerte y ya fueron ejecutados, y otros dos se suicidaron tras la agresión.
Los asesinos padecían todos desórdenes psicológicos y estaban traumatizados por fracasos en su vida profesional o afectiva.
Uno de ellos, que atacó con un cuchillo una escuela en el este de China a finales de abril hiriendo a 32 personas, en su gran mayoría niños, fue ejecutado a fines de mayo. Este desempleado de 46 años, Xu Yuyuan, dijo que con su acción había querido «vengarse de la sociedad».
Expertos han dicho que la sociedad china está pagando el precio de haberse enfocado en el crecimiento económico sin considerar el rápido cambio social que provoca y los problemas que trae aparejado.
Varios estudios hablan de un crecimiento de la prevalencia de desórdenes psicológicos vinculados al estrés.