Se dice que a una mujer, al caer enferma, le preguntaron si quería morir o vivir, a lo cual ella, muy segura, contestó:
-«Lo que Dios quiera«.
–Pero -dijo uno de los presentes-, si Dios lo dejara a tu voluntad para decidir ¿qué escogerías?
-«Oh, si Dios me dejara a mí escoger yo lo volvería a dejar a él decidir».
Que actitud más digna de admirar la de esta bella dama..! Ella supo aceptar que el Eterno Dios tiene siempre la última palabra aún estando ella al borde de la muerte.
La voluntad de Yahvéh, el verdadero Dios, no es como jugar a la búsqueda del tesoro… en que el Eterno Dios la esconde y tú tratas de descubrir dónde está. Nuestra tarea no es encontrar la voluntad de Dios. Es tarea de Dios revelarla, y la nuestra es la de ser receptivos y estar listos para captarla y obedecerla en todos sus detalles. Las Sagradas Escrituras nos recuerdan que Él nos hará entender, y nos enseñará el camino en que debemos andar.(Salmos 32:8). ¡Nunca lo olvides!
Gloria a DIOS,bello mensaje!!
muy cierto