Shabat

El Shabat fue la primera Reforma de Fe que Moisés hizo en Egipto

«Entonces el rey de Egipto les dijo: Moisés y Aarón, ¿por qué hacéis cesar al pueblo de su trabajo? Volved a vuestras tareas.
Dijo también Faraón: He aquí el pueblo de la tierra es ahora mucho, y vosotros les hacéis cesar de sus tareas.
Y mandó Faraón aquel mismo día a los cuadrilleros del pueblo que lo tenían a su cargo, y a sus capataces, diciendo: De aquí en adelante no daréis paja al pueblo para hacer ladrillo, como hasta ahora; vayan ellos y recojan por sí mismos la paja. Y les impondréis la misma tarea de ladrillo que hacían antes, y no les disminuiréis nada; porque están ociosos, por eso levantan la voz diciendo: Vamos y ofrezcamos sacrificios a nuestro Dios.
Agrávese la servidumbre sobre ellos, para que se ocupen en ella, y no atiendan a palabras mentirosas».
Éxodo 5:4-9
Ante los argumentos teológicos que muchos cristianos esgriman aduciendo que el Shabat (sábado) solamente fue establecido a partir del encuentro de Israel y el Eterno en Sinaí (Éx. 20), creo conveniente conducirlos a una interesante curiosidad bíblica que aparece en este pasaje.
Recuérdese que el tema es el de la redención de Israel; y de ahí que sea un asunto en que el pueblo no podía tener parte alguna. El Eterno debe actuar por ellos; y es Él, por consiguiente, el que entra en controversia con Faraón. Tanto Faraón, como el dios de este mundo, Satanás, procura mantener al pueblo en servidumbre. Es el propósito de YHVH librarlos; el mensaje confiado a Moisés es, por tanto, para el oído del rey Egipcio. ¿Y cuál es el objeto de Dios en la emancipación de Israel? «Para que ellos me celebren una fiesta solemne en el desierto.» (versículo 1 – VM).
Ahora bien, esta idea de celebrar a YHVH ya había comenzado a implantarse por medio de un acto ritual muy especial, revelado por el Eterno a la humanidad antes de la caída en pecado. Leemos en el relato del Éxodo que el Faraón se quejó ante Moisés y Aarón de hacer  cesar al pueblo de sus obras:
“Dijo también Faraón: He aquí el pueblo de la tierra es ahora mucho, y vosotros les hacéis  cesar de sus tareas”
(Éxodo 5:5)
Resultará para ustedes muy interesante notar que la palabra traducida como “cesar” en el versículo 5 deriva de un término egipcio para sábado, y en hebreo la palabra que aparece es “shabát” y hace referencia a guardar el séptimo día. Moisés había iniciado su misión profética llamando al pueblo a reformar la observancia del sábado.
Faraón no solamente rechazó la idea de dar a los israelitas tres días para que celebren a YHVH, sino que él veía a la costumbre ancestral de guardar Shabat, que Moisés y Aarón habían restituido, como una pérdida de tiempo y producción. La perspectiva de perder el servicio de sus esclavos lo llenó de ira. El resultado fue que aumentó las tareas del pueblo, cargó sobre ellos cargas más pesadas, para fijar más firmemente los grilletes de su servidumbre. Él no podía permitir un día especial que permita reflexionar en el poder infinito que otorga la libertad.
Siempre es así. Pero a pesar del poder y la sutileza de Satanás, él siempre se derrota a sí mismo. De hecho, no tiene visión anticipada. No puede ver el futuro, así como nosotros tampoco podemos, y como consecuencia, él siempre se extralimita. El pueblo estaba ocioso (dijo Faraón), y, «por eso levantan la voz diciendo: Vamos y ofrezcamos sacrificios a nuestro Dios» (Éxodo 5:8). Él deseó, por tanto, que el aumento de trabajo echara fuera todos tales pensamientos de sus mentes. ¡Ah! Así ha sido y siempre será, Satanás rodeará tierra y mar para evitar que ni siquiera uno de sus pobres esclavos escape de su servicio. Por eso es que si un alma es convicta de pecado, y comienza a anhelar libertad y paz con Dios, para escapar de Egipto y ser salva, Satanás la rodeará con mil trampas, fascinaciones, y enredos de su sistema. Procurará, tal como hizo Faraón con los hijos de Israel, mediante una mayor ocupación, atrayéndole con señuelo a un torbellino de excitación o actividad. Muchas veces hará creer que un aumento de trabajo o una promoción laboral del mismo, son una bendición divina.  Por ello, si alguno de ustedes está luchando con esta idea sobrenatural de celebrar Shabat como día de liberación, debe tomarse de la mano del Eterno y dejarse conducir a dimensiones inimaginables.

Recuerden que el Eterno proporcionó al día de Shabat santidad y bendiciones después de la creación de los cielos y de la tierra, tal como se señala en la Torah:

“Elohim bendijo al séptimo día y lo santificó, pues en él descansó de toda Su actividad que Elohim había creado para hacer

(Génesis 2:3).

Por medio del cumplimiento de Shabat demostramos nuestra fe en el Eterno, quien creó los cielos y la tierra. De la misma forma que Yahvéh creó el universo durante los seis días de la creación y descansó al séptimo día, así nosotros también debemos descansar de nuestras actividades en el séptimo día. Así lo expresa la Torá: “Los hijos de Israel guardarán el Shabat, para hacer del Shabat por todas sus generaciones un pacto eterno. Es un signo entre Yo y los hijos de Israel de que en seis días el Eterno hizo los cielos y la tierra, y en el séptimo día descansó e hizo un respiro” (Éxodo 31:16-17).

Por eso, el Shabat también es una recordación de la salida de Egipto, como se señala en el versículo: “Recordarás que fuiste esclavo en la tierra de Egipto y el Eterno, tu Di-s, te sacó de allí con mano fuerte y brazo extendido; por tanto, el Eterno, tu Di-s, te ha ordenado cumplir el día de Shabat (Deuteronomio 5:15). Al salir de Egipto dejamos de ser un pueblo de esclavos y nos convertimos en un pueblo de hombres libres, capacitados para transformar nuestro entorno, y restituir los lineamientos divinos en toda la Creación del Eterno.

La salida de Egipto constituye un principio fundamental de nuestra fe en Dios. Por medio de nuestro descanso en Shabat expresamos la libertad adquirida al salir de Egipto, así como la fe y el apego a Yahvéh, quien nos sacó de la esclavitud a la libertad y nos entregó Su Torah.

El Shabat no constituye únicamente un día de descanso físico, sino que también posee una naturaleza excelsa y elevada y nosotros lo designamos para la elevación espiritual.  El día sábado (Shabat) posee la capacidad para arrancarnos de lo cotidiano de los días de la semana y brindarnos la posibilidad de elevarnos por encima de la atmósfera mundana de los seis días de actividad y sentir la espiritualidad del día que todo él es descanso y reposo para la vida eternaTambién nos brinda la capacidad para trasladar los valores espirituales y el gusto especial de las oraciones de Shabat y de sus comidas a los demás días de la semana. Mediante ello el Shabat se convierte en un día del cual los demás días, tanto anteriores como posteriores, extraen elevación espiritual y santidad.

El Orden (Seder) que yo hago en la Cena de Shabat con mi Familia

Durante lo que va de este año solar (2015) la festividad de Shabat se ha convertido para mi familia y yo en esa isla paradisíaca en la que se halla la más sublime tranquilidad en la tormenta de trabajo, ansiedad, lucha y tribulación que caracteriza nuestro diario vivir durante los otros seis días de la semana. Apenas comenzamos la fiesta del sábado y por aproximadamente 25 horas, mi casa y yo experimentamos como el mundo literalmente se frena.  toda actividad y esfuerzo quedan inactivos y/o apagados. Las presiones y preocupaciones de la vida material se desvanecen detrás de una cortina de una paz que sobrepasa todo entendimiento (Fil. 4:7) Al cesar toda comunicación con el mundo físico, nuestro foco mental se centra en el interior. Allí, justamente descubrimos ese espacio maravilloso otorgado por herencia por el mismo Eterno, quien, a través de Su Hijo Yeshúa, nos brinda la oportunidad de entrenar a todas nuestras capacidades mentales para solamente considerar al apóstol y Sumo Sacerdote de nuestra fe (Heb. 3:1). Es en esa posición en la que logramos conectarnos tranquilamente con los códigos y lineamientos proféticos con los que nuestro Abba creo los cielos. Es desde esa posición, donde renovamos nuestra manera de pensar y logramos cambiar nuestra manera de vivir.

Por ello, he sentido en esta hora, compartir con todo varón que se asoma por mis bitácoras el Seder (Orden) mediante yo y mi casa servimos a YHVH cada atardecer del sexto día. En un tiempo cuando la vida moderna ha sido usada estratégicamente por HaSatán (el adversario) para separar y destruir la familia.  En días dónde las huestes de maldad han logrado separar a los padres de los hijos, a los esposos y esposas entre sí, he sentido prioritario compartir este Orden de Comunión con la Luz (Malaquías 4:6).

yo-y-un jala-shabat

Para ello, he clamado al Eterno sírvase usar este material, en el poder del Espíritu Santo para traernos de vuelta al hogar a los hijos alejados y de esa manera veamos el cumplimiento de los tiempos mesiánicos permitiéndole a Él la reedificación de las virtudes y los valores encerrados en el contenido de esta fiesta. He elevado una oración para que este estudio pueda traer luz espiritual y consecuentemente bendición del Eterno a la vida de todo varón que lo lea. He pedido Su Nombre Bendito sea enaltecido sobre todos aquellos que al usar este Seder, no tengan otra motivación en el corazón que hacer la buena voluntad de Abba que es buena, agradable y perfecta (Rom. 12:3).

El Seder (orden) de la Noche del Shabat – Guía paso a paso

Para comenzar debemos tener siempre en cuenta que la clave para un Shabat significativo es que no se debe sentir como «cualquier otro día«. Más bien, queremos crear un ambiente especial. Esto significa vestirse con nuestras ropas más lindas (o las favoritas), comprar o preparar nuestra comida preferida, y dejar un tiempo sin interrupciones para reflexionar y apreciar el verdadero significado de nuestras vidas.

¿Cómo nos liberamos del ajetreo de la semana y pasamos a una «mentalidad de Shabat«? La clave es deshacerse de las distracciones externas. Si está empezando a celebrarlo, trate de pasar toda la noche del viernes sin entretenimiento enlatado: sin televisión, sin radio, sin películas. Si Ud. es realmente valiente, ¡también sin teléfono! Esto nos ayuda a salir del ciclo semanal normal, y nos dirige hacia «la Dimensión del Shabat«.

Primero, usted puede invitar amigos para regocijarse también en el Shabat. Esto especialmente es una opción que le permite invitar a personas que están necesitadas, o quienes por alguna razón se encuentran solos para celebrarlo, o tal vez a aquellos que no acostumbran a guardar el día, de esa manera ellos pueden verse motivados a hacerlo, y ser beneficiados de las bendiciones que hay para los que lo hacen, según Isaías 56.

Luego, planee su comida de Shabat. Esto a veces incluye hacer algunas compras desde varios días antes, hay que recordarse que se debe pensar en la comida de los dos días.

No debemos olvidar que la comida de Shabat es un tiempo en el cual amigos y familiares dan la bienvenida al Shabat, comparten bendiciones y cantan canciones que exaltan a Yahvéh.

Está prohibido buscar el alimento en el día de Shabat, por eso como parte de la preparación anterior al día de Shabat, nosotros cocinamos el día viernes para los dos días, para el viernes y para el Shabat, de esa manera no tenemos necesidad ni de buscar el alimento ni cocinarlo en el día de Shabat, al igual que en el desierto, el pueblo no buscaba el maná en Shabat, porque caía doble ración en el día sexto. Lo que sí se puede hacer es calentarlo para no comer frío.

La casa debe estar perfectamente limpia, o por lo menos bien ordenada. Cada miembro de la familia debe ayudar en las tareas mas urgentes antes de la llegada del huésped.

Asegúrese también de leer con anticipación la porción de la Torah preparada para el Shabat, para así poder comentarla durante o después de la cena de recepción del Shabat.

Por último, entienda que es dudoso que pueda captarse o hacerse significativo el espíritu del Shabat, incluso cuando se sirve una comida festiva, si se permite a los niños sentarse a la mesa con su ropa diaria de juegos, si los adultos asisten con sus ropas de trabajo diario, o si se omiten los necesarios preparativos personales y del hogar.

Preparando la Mesa del Shabbat

La mesa de Shabat normalmente incluye las siguientes cosas:

► Una caja para dar tzedaká (ofrede de Justicia)

► Candelero para las velas de Shabat.

► Un mantel limpio.

► Flores frescas u otras decoraciones.

► Copas Kidush

► Vino (jugo de uva para niños y enfermos).

► Pan Hala (2 panes) con un cobertor

► Un cuchillo.

► Sal (para dejar caer sobre el pan Hala antes de comer)

► Un recipiente con miel.

► Una base para lavado de manos con una toalla decorativa (no indispensable)

► Un libro de canciones de Shabat

► Una vela trenzada

► Caja con especies arómaticas

La mesa de Shabat debe

A continuación están los pasos básicos para convertir la noche del viernes en Shabat.

1) Encendido de Velas.

El encendido de las velas es una de las ceremonias más impresionantes, ya que simbolizan las características esenciales del Shabat, la luz, el gozo y la alegría de toda la familia. Dieciocho minutos antes de la puesta de sol, prendemos las velas, invitando la paz y la armonía de Yahvéh al hogar, infundiendo el ambiente con luz física y espiritual.

Pero por sobretodo, en este ritual, las luminarias de Shabat son para nosotros, sus primogénitos, un recordatorio visual de la vida del Mashíaj, pues Yeshúa fue llamado a ser «HaOr Olám» (La Luz del mundo).

La madre es la que tiene el privilegio de encender siempre las velas. Lo hace como anticipación profética de la redención y del perdón de la mujer ante Yahvéh, debido al hecho de que la primera mujer, en desobediencia, apagó la luz de la vida eterna que le había sido entregada en el Jardín del Edén.

En la versión del decálogo de Deuteronomio 5:12-15 la palabra «acuérdate» (zajor) es sustituida por «cuida» (shamor). De aquí se aprenden los dos principales elementos de la observancia del Shabat: Recordarlo y honrarlo por medio de rituales y cosas placenteras. Según la tradición se deben encender 2 velas en alusión  a Shamor (que significa “cuidaras el Shabat”) y a Zajor (que significa “recordaras el Shabat”) en cumplimiento del cuarto mandamiento.

Antes de encenderlas, mandará a que todos los presentes estén de pie. Después del encendido de velas, la mujer mueve sus manos haciendo tres círculos hacia adentro sobre la llama (cómo atrayendo sobre sí, la luz del Shabat). Luego cubriéndose sus ojos con sus manos para no ver las velas encendidas (porque representan la presencia Divina) dice:

 “Bendito eres Tu Yahwéh nuestro Dios, Rey del Universo, que nos santificaste con Tus mandamientos y nos has concedido encender las luces del Shabat para anunciar que Yeshúa es la Luz del Mundo y que pronto volverá para juzgarlo en esa Luz y al fin no habrá más noche ni tinieblas.

¡Shabat Shalom!”

art mujer velas shabbat

Aquí todos realizarán una oración espontánea al Eterno, agradeciendo su bondad por permitirnos guardar el mandamiento del Shabat y a través de él guardarnos y protegernos por la obra mesiánica de Yeshúa.

Los tres círculos que hace la mujer, y todos los miembros de la familia, sobre las velas, simbolizan los tres días del deceso de Yeshúa. El cubrirse los ojos con las manos simboliza el hecho de que en Shabat, Él desapareció por un poco de tiempo, para luego reaparecer, a través de Su victoria sobre la muerte. «Un poco mas y no me veréis; y de nuevo un poco y me veréis» (Jn. 16:16). Por un poco de tiempo, aquella Luz desapareció de nuestra vista, para luego reaparecer, revelando el poder de Su Resurrección.

El hecho que la mujer, luego de ver nuevamente las luminarias, haga extensivo sus deseos de Shalom a todos, responde a que: a partir de ese momento, comienza formalmente el descanso para ella. Simboliza tambien la Paz que nos trajo aquella Luz, al reaparecer ante nuestros ojos.

2) Servicio de la Noche.

Damos la bienvenida al Shabat con profunda reverencia y con alegría todos juntos en la asamblea de nuestra Comunidad. Con frecuencia se baila como parte del espíritu de cercanía con nuestros prójimos en un día de descanso, santidad, buena comida y canciones.

Luego nos dirigimos en familia a nuestros hogares para allí continuar el orden en nuestra intimidad alrededor de nuestra mesa.

3) La Bendición Familiar.

Es una costumbre bendecir a nuestra familia en Shabat.

Justo antes del Kidush, muchos padres bendicen a cada uno de sus hijos para que sigan con salud y fortaleza el camino de nuestros venerables ancestros. Se impone las manos sobre la cabeza de cada uno y se dice: «Que Elohim te haga como Efraím y como Manasés» (si se trata de un hijo) y «Que Elohim te haga como Sara, Rebeca, Raquel y Lea» (si se trata de una hija).

Los padres pueden usar este momento intimo como una opción de decir en sus propias palabras una bendición y ofrecer expresiones de amor y aprecio a sus hijos.

Usted debe bendecir a cada uno de sus hijos individualmente, iniciando por el varón mayor y finalizando con la mujer más pequeña.

Es necesario recordar que bendecir no es orar a Yahvéh por la persona. Es su boca, llena de Su paternidad, la que les expresa proféticamente lo que viene para los próximos días.

Si tiene amigos invitados, aquí sí es bueno elevar una oración a YHWH para que los bendiga a ellos.

Luego, el esposo realiza la bendición sobre su esposa colocando las manos sobre la cabeza de ella. Se declara todo lo que está en «Eshet Jail» (Mujer ejemplar) que es un cántico de alabanza a la mujer y madre artífice de la casa que se ocupó de la preparación de la misma para Shabbat (Prov. 31:10-31).

4) Kidush.

La comida del Shabat comienza con la santificación del Shabat por medio de una copa de vino, que como el encendido de las luces, simboliza el gozo y la alegría.

Todos se ponen de pie mientras el conductor (el padre o varón mayor) sostiene una copa llena de vino o jugo de uva, para santificar el Shabat, recordando que «en seis días, Dios creó el cielo y la tierra y en Shabat Él descansó«.

Nuestra semana está llena de trabajo y creación, pero Shabat es el día de descanso y reflexión. «Kidush» literalmente significa “santificación” “hacer una distinción”, “elevar algo material y hacerlo espiritual”. Por eso, al recitar el Kidush, no elevamos solamente la copa de vino, sino que al día de Shabat en sí mismo.

Estando aún todos de pie el padre de familia toma la copa de vino en la mano y recita:

“Y se concluyó la creación del cielo y de la tierra y todo lo que contienen. Habiendo concluido Su obra, Yahwéh cesó en Su creación, y reposó. Y bendijo Yahwéh al día séptimo y lo santificó, ya que El concluyó Su obra y Su creación.

(Gén.1:31-2:3)

ORACIÓN DE KIDUSH:

«Bendito eres Tú, Yahwéh, nuestro Dios, Rey del universo, creador del fruto de la vid.
Bendito eres Tú, Yahwéh, nuestro Dios, Rey del universo, que nos santificaste con Tus preceptos, con Tú amor y Tu bondad paternal, nos concediste el Shabat y su santidad, en memoria de la obra de Tú creación.

Primero entre nuestras festividades, nos recuerda la liberación de Egipto. Porque a nosotros nos elegiste entre los pueblos, nos revelaste Tú sagrada Torah, y nos concediste con amor el reposo sabático.

¡Bendito eres Tú, Yahwéh, que santificas el Shabat!”


El padre de familia le pasa la copa a su esposa que está a su derecha, ella toma un sorbo y se la pasa a quien está a su derecha y así sucesivamente todos toman hasta que la copa vuelve a manos del padre, quien toma el resto.

Antes de tomar de la copa todos los asistentes, con la copa en alto, gritan:

“¡Le Jaim Sof!” (“¡Por la vida eterna!”).

5) Shalom aleijem.

Cuando ya estamos sentados a la mesa de Shabat, cantamos (o escuchamos la grabación de) «Shalom Aleijem«. Ésta canción le da la bienvenida a los ángeles que escoltan, guardan y sirven a los que temen a Yahvéh y se han reunido en esa casa desde la congregación, mientras buscamos su «bendición» para un buen Shabat.

La canción dice:

“Sea la paz con vosotros, ángeles servidores, mensajeros del Altísimo, Rey de los reyes. El Santo, Bendito Él.
Sea vuestra venida acompañada por la paz, mensajeros de la paz, ángeles del Altísimo, Bendito sea Él.”

5) Lavado de Manos (Netilat Iadaim).

Lavamos nuestras manos para purificarnos antes de comer pan. No sólo es una medida higiénica, sino también una purificación espiritual para comer, concientizándonos que todos nuestros actos deben tener un fin espiritual. Esta costumbre fue impuesta por el Rey Salomón para comer los Korbanot -sacrificios- en el Bet HaMikdash -Gran Templo-. Hoy, nosotros en Yeshúa, entendemos que cada redimido es un sacerdote en el Templo del Eterno, es decir su corazón y su casa.

Lo que este lavado simboliza es la limpieza espiritual con que debemos entrar al Shabat , o sea limpios de todo pecado, para lo cual primero los que estamos sentados a la mesa nos pedimos perdón unos a otros , limando así toda aspereza que se hubiera presentado entre nosotros durante la semana.

Cada uno lava sus manos, de manera de preparar la bendición del pan. Por costumbre, después de recitar la bendición y mientras hacemos la netilat no se habla hasta que se come el pan Jalá, en ese tiempo todos reflexionan sobre la santidad del día.

Se toma un recipiente con agua y se vierte tres veces en la mano derecha, y tres veces en la izquierda, se levantan ambas manos y se dice la siguiente bendición.

«Bendición para el lavado de manos:

Bendito eres tú Yahvéh Dios nuestro, Rey del Universo,

Que nos santificas con tus mandamientos,

limpio mis manos con pureza porque tu bondad está hoy, y cada día, delante de mis ojos,

gracias a la intercesión de Yeshúa mi Sumo Sacerdote».

¿Cómo hacer el Lavado de Manos?

Llene un recipiente con agua que pueda ser manipulado por los presentes, el cual tenga agarrador (si es posible) de ambos lados, comience a lavar la mano derecha empuñada. Se vierte tres veces una mano y luego se hace a la mano izquierda empuñada. No debe tenerse ningún objeto en las muñecas ni en las manos (anillos, reloj, pulsera, etc.). Al finalizar con la mano izquierda se colocan las manos frente al rostro (sin secar ni quitar el exceso de agua) y se recita la bendición escrita arriba. Luego se quita el exceso del agua y se secan las manos, luego se permanece en silencio hasta que se hace la bendición por el pan.

El ritual de Netilá, es para nosotros un “ceremonial” en donde manifestamos haber limpiado nuestras obras imitando a Yeshúa, para andar en Su Justicia y de esa manera nuestra observancia del Shabat sea del agrado de YHWH (Sal 24:3-4). Como Yeshúa nos enseñó que antes de presentar una ofrenda nos pongamos a cuenta.

IMPORTANTE: No se debe hablar desde el lavado de manos hasta que se come el pan.

 8) Bendición del Pan (jalá)

Dos Jalot son puestas en una tabla o un plato, cubiertas con un paño decorativo en la mesa. Los dos panes conmemoran la doble porción de maná que caía del cielo cada viernes mientras el pueblo de Israel estaban en el desierto. En aquel entonces los hebreos comíamos el Maná que recogíamos todas las mañanas y del cual no debíamos dejar nada para el día siguiente. Y en caso de que así fuera, este se descomponía, agusanaba y hedía. Como en Shabat está prohibido cargar, YHVH ordenó a Israel recoger el viernes por la mañana dos porciones, una para el viernes y otra para Shabat, porción esta que no se descomponía. Es en recuerdo a la doble porción (primogenitura) recogida el viernes y al milagro ocurrido (de conservarse de un día para el otro) que se acostumbra a poner dos Jalot en la mesa de Shabat.

Para quien haya seguido atentamente esta reseña, no le será difícil darse cuenta del significado profético de esto, Pues Yeshúa es el Maná que descendió del Cielo, quien estuvo ausente en Shabat, para reaparecer luego, el primer día de la semana (atardecer del sábado) con el milagro de haber sido preservado de la corrupción.

El pan también representa a la humanidad entera, por eso es con levadura, ya que la levadura es símbolo de pecado, oramos por la salvación de toda la humanidad, dividida entre judíos y gentiles.
Por eso partimos el pan por la mitad, una parte representa a los judíos y la otra a los gentiles.

Después del lavado de manos, el padre de familia toma los dos panes, los levanta y dice la bendición del pan diciendo:

“Bendito eres tú Señor Dios nuestro, Rey del Universo, que nos das el pan de la tierra y el pan de vida, tu hijo amado nuestro Señor Jesús el Cristo.”

El padre de familia rocía sal sobre el pan y dice:

“Los pactos que YHWH hizo con la humanidad y nuestros padres están vigentes y activos en nuestras vidas gracias a la vida y sacrificio de nuestro Señor Yeshúa.

Bendito eres Tú YHVH Adonay, que nos preservas dentro de ese Pacto Renovado a nosotros, por Tu amor (ahavá)”.

Le ponemos sal al pan porque es un persevante, simbolizando que esta comida no es simplemente una experiencia transitoria, sino que un momento que durará por la eternidad. Después de la bendición, el conductor corta el pan (jalá) para todos y la sirve.

Untamos el pedazo de pan que cada uno come en miel, ya que está escrito: «Dulce es Tu Torah oh Elohim y más dulce que la miel» (Salmos 19:10; Proverbios 24:13-14).

images_Seder

9) Comida Festiva.

La cena no solo debe prepararse con anticipación, sino que el menú debe ser un poco de mas categoría que el que se sirve en las comidas cotidianas. En un hogar pobre, la carne y el pescado deben reservarse para las comidas del Shabat.

Una comida tradicional de viernes en la noche usualmente incluye varios platos: pescado, sopa, plato principal y postre. Todo debe ser hecho con excelencia y abundancia. Este es un momento para disfrutar de la buena compañía mientras se toma parte de la deliciosa comida de Shabat.

Es un momento especial para compartir en familia y con amigos, dado el trabajo semanal, así que durante la comida no se habla de negocios, dinero, política, etc. Se habla sobre el Eterno, la Torá la familia, o situaciones que pueden resolverse mediante la sabiduría que nos da la Torá. Se pone énfasis en los niños, ya que no se pude alejar a ellos de la conversación, de lo contrario crecerían sin amor al Shabat al ver que no son tomados en cuenta.

Es necesario recordar que no es conveniente hablar tampoco sobre lo que se hará o se puede hacer en otro día, debido a que el Shabat es el más santo de los días de la semana, otro día no debe ser servido del Shabat, si aprovechamos a hablar o hacer cosas en Shabat para que otro día se beneficie de esto, estamos teniendo en menos la santidad de Shabat, por eso también es que se lavan platos solo si se usan en el mismo día de Shabat y no para ser usados el siguiente día.

 

10) Devar Torá.

Literalmente significa «una palabra de Torá«. El Devar Torá es lo que realmente separa a la mesa de Shabat de cualquier otra «cena entretenida«.

Te sugiero que para realizar este paso elijas un tema que sea profundo y apropiado. Luego permite que se un debate familiar que los conduzca a la Luz de Su Jojmá (sabiduría).

11) Canciones.

Los sabios dicen que «el cantar es la expresión de un alma emocionada». El canto te relajará y te acercará a la experiencia de Shabat. Además, si hay niños, les encantará. Y no te preocupes si no puedes seguir la letra – la melodía y el ritmo son los que te elevarán.

12) La Bendición Después de la Comida.

Después de la exquisita comida de Shabat agradecemos a Abba recitando la Bendición Después de la Comida. Los israelitas damos gracias al Eterno al finalizar, ya que la Torah nos ordena “Comerás y te saciarás y bendecirás a YHWH” (Deut. 8:10-11).

ORACIÓN PARA DESPUÉS DE LA COMIDA FESTIVA

«Bendito eres Tú, Eterno, Dios nuestro, soberano del universo,

el Dios por cuya bondad nos alimenta, tanto a nosotros como a todo el mundo, con gracia, benevolencia, holgura y misericordia.

Tú proporcionas el pan a todas las criaturas porque tu benevolencia es eterna.

Y por tu inmensa bondad nunca nos falto ni nos faltara jamás el sustento.

Pues Tú alimenta y sustenta a todos, tu mesa esta preparada para todo.,

Tú preparas alimento y sustento para todas las criaturas que creo con su misericordia y su inmensa bondad, tal como esta escrito;

Abres tu mano y satisfaces el deseo de todo ser vivo

Bendito eres Tú, Eterno, que sustenta a todos. 

En el Nombre Bendito de Yeshúa, el Mesías.

Amén».

CONSEJO IMPORTANTE:

Cada padre y madre debe pedir al Eterno sabiduría para enriquecer el ceremonial y variarlo en cada ocasión a fin de evitar la rutina que podría venir si no se depende del Espíritu Santo para que cada ocasión sea preciosa, ungida y fresca.

Los padres no deben perder de vista que cada Shabat es una oportunidad para enseñar a los hijos.

Pidan al Eterno que les revele siempre algo nuevo y fresco en cada ocasión, sin quitar las bases bíblicas y culturales encerradas en este Ceremonial de recibimiento del Shabat.

Varones recuerden como padres, que al dirigir esta ceremonia estas mostrando vuestra autoridad espiritual sobre la familia, por lo tanto, el rol como sacerdote del hogar  que Mesías le ha delegado es claramente manifestado en este día tan especial.

Shalom!

Consejos Bíblicos para Celebrar correctamente el Shabat

«Acuérdate del día del sábado para santificarlo.  Seis días trabajarás, y harás toda tu obra,   mas el séptimo día es reposo para Yahwéh tu Elohim;  no hagas en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero que está dentro de tus puertas.  Porque en seis días hizo Yahwéh los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, Yahwéh bendijo el día de reposo y lo santificó.»

(Éxodo 20:12)

Tan pronto cae el sol el sexto día de la semana comienza el Shabat semanal que el Eterno nos ha ordenado en Su Torah guardar y santificar. Desde ese momento, y por 25 horas,  suspendemos todas nuestras actividades normales del resto de la semana, y entramos  aseados,  cómodamente vestidos y relajados  en el santo reposo de Yahwéh quien una vez más nos dará de Su Shalom (Paz).

Al partir de ese momento no regocijamos de que no tenemos que trabajar durante las siguientes 25 horas.  Tanto nuestro corazón, como también nuestra boca, se llenan de gratitud a Yahwéh por el Shabat,  pues de otra forma seríamos esclavos de este mundo los 365 días del año romano, o los 355 días del año hebreo,  sin descanso  como le  pasa a los hombres cautivos del sistema del gran dragón y su bestia.

En el transcurso de esta jornada tenemos que estar felices de que estamos ante la Presencia de Nuestro Abba,  el Amo y Creador del Universo. Es bueno ya estar alegres en el atardecer del inicio (viernes a la tarde) y así continuar todo el día del Shabat propiamente dicho a fin de permitir que el Espíritu de YHVH haga Su obra eficazmente en nosotros, nuestra familia y nuestra asamblea de hermanos.  Hay una alegría correcta y es justamente esa que surge de la voluntad humana que determina esta actitud en su mente y no necesita esperar los efectos de algún estímulo químico exterior (vino, bebidas alcohólicas, tabaco, drogas, etc.).

Además de en este día nos obligamos a conscientizarnos que no estamos solos en este arte de gobierno espiritual, sino que formamos parte de un  compañia de santo (los kodeshim) que son nuestros hermanos mesiánicos redimidos en la sangre bendita del Cordero de Gloria.   De esa forma, a través de las oraciones,  logramos mantenemos unidos con todos ellos por el espíritu, sin importar la distancia. Esa es la actitud correcta para recibir el Shabat.

El mandato divino es a que nadie en la casa quebrante el Shabat.  Recordemos que Shabat significa REPOSO,  y por lo tanto la esencia misma de la palabra nos demanda reposar de nuestras actividades cotidianas,  trabajos y aún recreos normales.  Meditando en esto, y para que podamos colocar una praxis correcta a nuestros actos del día sábado les comparto el siguiente listado de cosas que no podemos hacer durante este bendito día:

  • No llevar cargas pesadas (Jeremías 17:21-22).
  • No comprar ni vender (Nehemías 13:15-21).
  • No encender fuego (Éxodo 35:3).
  • No hablar asuntos personales, ni buscar la voluntad propia (Isaías 58: 13-14). Evitar el habla de temas mundanos y polémicos, lo que las Escrituras llaman vanidades.

Lo que debes procurar hacer sí o sí se resume en estos dos puntos:

  • Permanecer en tu lugar de reposo (Éxodo 16:29). Esto se refiere a no salir de la ciudad donde se vive (a no ser que surja una emergencia de imprevisto, naturalmente).
  • Adorar a YHVH en Espíritu y Verdad (Isaías 66:23; Juan 4:22-23).

Después de leer esto, necesitamos mantener despierto en nuestra conciencia el paradigma de que la Torah prohíbe «hacer nuestro propio deleite» en el Shabat.  En un Shabat debe hacerse todo lo que corresponde a lo espiritual, a la comunión y al bien a otras personas. Pero no deben hacerse como una carga sino como un disfrute que nos llena de gran gozo. Por lo tanto, en este día tenemos que estar deseosos solamente de trabajar a favor del Reino Milenario de Yeshúa,  pues eso es lo que representa el Shabat  semanal a nivel terrenal.   Por eso Nuestro Amo dijo «Yo soy el Amo del Shabat,»  y es este paradigma el que debe gobernar todos los pensamientos que desarrollemos durante esas horas de comunión espiritual. Así entenderemos que con aquellas palabras Él realmente estaba diciendo mucho mas«Yo soy el Rey del Shabat Milenario.»  Ese es el Shabat más grande que existe, aunque todavía no ha llegado.  Nuestro rol es edificarnos y edificar a otros para estar preparados antes de que venga el verdadero Shabat de nuestro Eterno Dios… de lo contrario no podremos entrar allí.

A esta altura de mi bitácora quiero aconsejarles que entiendan que nuestro amado Mesías Yeshúa nos dejó un legado de interpretación de la Torah (Yugo) que es digno de atesorar por todos los verdaderos adoradores. Sugiero estudiar el relato del evangelista Mateo para ver cómo Yeshúa enseñó que hacer el bien y sanar enfermos en sábado está en armonía con el principio del reposo sabático. Sin embargo él no se pasaba buscando enfermos en sábado para sanarlos. Los sanaba porque ellos venían a él y le pedían sanidad. Él no los rechazaba pero tampoco los buscaba.

Para realizar con éxito el trabajo espiritual que en este día el Eterno desea que hagamos, conviene recordar que en el Shabat semanal se lee la Palabra de Yahwéh,  se puede escuchar un mensaje en CD o DVD,  se pueden hacer preguntas y respuestas,  y se puede poner música apropiada para el Shabat y/o tocar instrumentos con cantos.

Con toda esta praxis lograremos que nuestra vida encarne la revelación de que el sábado es un día muy especial, porque viene desde el mismo principio del origen de nuestro planeta Tierra, porque en la primera semana el Eterno terminó su creación del cielo, la tierra y todas las cosas que en ellos hay, descansó el séptimo día y dio una bendición especial y santificándolo como día de descanso desde el mismo principio de la creación de nuestro planeta Tierra.

YHVH ha separado este día para nosotros. Este tiempo es verdaderamente especial. Debemos entender que el Creador, nuestro Abba, ha reservado este día para estar “especialmente” con nosotros a través del Espíritu de Su Hijo. Debemos sentirnos privilegiados que YHVH deseara estar en íntima comunión con nosotros, por lo tanto no debemos pasar un Shabat distraídamente o indolentemente.

Anhelo que nuestro Abba guarde a todos y cada uno de Uds. y los ayude cada día a servirlo con perfección y en excelencia de vida..

¡Nos gozamos en Shabat y estoy convencido que poco a poco iremos aprendiendo a guardarlo mucho mejor!

 

CONSEJO: Seguramente podrá servirte en tu Shabat escuchar esta enseñanzaEl Poder del Reposo

“Adon Olam”, una canción para conectarse con el Dueño del Universo

Adon Olam” es un himno incorporado a la liturgia hebrea, tanto de la plegaria sefardí como ashkenazi; atribuido al conocido poeta y filosofo judío que vivió en España Shlomo Ibn Gabirol (1020-1058) y quien supo unir al profundo sentimiento de amor a Dios con sus conocimientos de filosofía y astronomía del momento. Las palabras finales “El Señor está conmigo y nada he de temer” se encuentran en Tehilim (Salmos) 118:6.

Adon Olam, que puede traducirse como “Señor del Universo”, consta de tan solo diez estrofas rimadas y fue escrito en hebreo. Se lo incorporo en las sinagogas como uno de los cánticos de cierre o clausura en los rezos de Shabat o fiestas.

Existen muchas versiones y melodías de esta plegaria pero sin dudas la mas famosa es la que compuso en el año 1976 el israelí Uzi Hitman Z»l. En este video -que lo acompañan imágenes de Israel tomadas de You Tube- es cantada de una manera original por un coro de chicos de etiopia llamado Shebah.

El cantautor Shlomo Gronij fue invitado en el año 1991 a un programa de television y decidio traer a cantar a un grupo de chicos recien llegados de Etiopia (en la foto) para que conozcamos otras voces, otros acentos, otros tonos, algo diferente. La idea fue tan exitosa que decidieron juntarse y sacar un album de canciones en 1993 que es para mi, uno de los mejores jamas hechos en Israel.
El album trae canciones sobre el camino que hicieron los judios etiopes rumbo a Israel cuando llegaban caminando miles de kilometros atravezando el desierto de Sahara por Sudan y Egipto. Entre los mejores temas: «Jasida» (cigueña), «Adama Jama» (tierra caliente), «Shir Hamasah» (la cancion de la caminata), «Zijronot meafrica» (recuerdos de Africa), «Eli Ata» (Tu eres mi dios) o «Bakaravan» (en la casa rodante).

Esta version que escuchamos en el video es de aquel album y junta varias melodias de la misma cancion.

En otro momento tratare de compartirles otras versiones de esta misma canción que siempre nos acompaña como un himno de agradecimiento y respeto a nuestro dios. Nada mas adecuado para cantar esta tarde en las casas o donde nos toque recibir al bendito Shabat … espero que sea tranquilo y espiritual, lleno de paseos y familiar.

Adon Olam : canción para el Señor del UniversoAdon Olam, que puede traducirse como “Señor del Universo”, consta de tan solo diez estrofas rimadas y fue escrito en hebreo. Se lo incorporo en las sinagogas como uno de los cánticos de cierre o clausura en los rezos de Shabat o fiestas.

Posted by Mcms Web on Viernes, 6 de noviembre de 2015

Preparando Jalot para recibir el Shabat

En cada comida de Shabat, colocamos dos hogazas de pan sobre la mesa, cubiertas con un paño. Estas se llaman lejem mishne (los dos panes).  ¿Cuál es su significado?

El jalá (plural jalot) mucho más que un simple pan. La simbología de la jalá es muy espiritual,pues es una manera de conectar directamente con el poder del Eterno. De hecho, hornear jalá se considera una bendición importante en el hogar hebreo Hoy en día, la palabra jalá se utiliza para describir la hogaza de pan trenzado hermosa que aparece en las mesas de Shabat en todo el mundo. En tiempos antiguos, jalá se refirió a una pequeña porción de masa que se reservó para los sacerdotes del templo como una ofrenda a YHWH…De las primicias de vuestra masa presentará un pan como una contribución, como una contribución de la era, así que se los presentamos. Números 15:20

Ingredientes:
4 tazas de harina cernida.
3/4 taza de azúcar.
2 sobres de levadura en polvo.
3/4 de taza de agua tibia
1 taza de aceite de oliva o de
mantequilla.
2 huevos.
1/2 cdita. de sal.
Ajonjolí para adornar.

Los ingredientes también tienen su significado:

La Harina: El cual es el ingrediente de mayor cantidad en la Jalá. Representa las bendiciones de la Torah; sean los ingredientes más abundantes en nuestras vidas.
El Azúcar: El cuál es un ingrediente dulce. Le pedimos al Eterno Dios que endulce nuestras vidas y que pueda expresarme con dulzura.
La Levadura: La cual hace crecer la masa de la Jalá. Pedimos que cada día, sea de crecimiento para nuestra familia.
La Sal: Una de las principales cualidades de la sal es su propiedad imperecedera lo que la convierte en un conservador natural, por lo que simboliza la perpetuidad. Le pedimos al Eterno Dios que nuestras buenas acciones perduren.
El Agua: Que une a los demás ingredientes para formar la Jalá. Clamamos que nuestras vidas siempre esté unida como familia con paz y armonía y que se sientan unida al Eterno.
El Huevo: Redondo, es el símbolo de la vida. Pedimos por una buena vida con salud para todos.
El Aceite: Representa riqueza. Pedimos que nuestra “parnasá” (manutención, ingresos) nos llegue fácilmente y que tengamos siempre suficiente para poder compartir.

Procedimiento:
Los dos sobres de levadura se disuelven en el agua tibia, dejándola reposar por 10 a 15 min.
(No debe ser agua caliente ni fría).

jalot-kemag

Ya que haya reposado la levadura se le agrega un huevo, el azúcar, la sal, el aceite de oliva o en su lugar la mantequilla (derretida) y la harina poco a poco, mezclando todo con un batidor de globo o con la batidora. Llegará el momento que seguirá batiendo pero con la mano, saqué la mezcla colocándola en la mesa (limpia) y ahí empezará a amasar hasta que la masa se vuelva flexible y manejable. Ya teniendo la masa lista, déjela reposar cerca de la estufa, donde reciba calor, tápela con un lienzo limpio y dejé reposar por 45 minuutos.

Ya esponjada nuestra masa, volverá a amasar de manera suave, sólo para sacar el aire. En seguida dividirá la masa en dos partes, (saldrán las dos hogazas de jalot), comience con la primera parte de la masa y forme el trenzado del pan, ahora con la segunda masa hará lo mismo.

jalot-trenz  jalot-trenza

La Jalá de Shabat es trenzada. “Seis días trabajarás (realizarás actividades creativas), y en el séptimo deberás desistir”. Parte de la preparación para Shabat es emplearte en melajá, (actividad creativa). Trenzar es una actividad creativa. La trenza es una forma que no aparece en la naturaleza. Es una forma hecha por humanos y representa la habilidad humana de manipular la materia prima del mundo. Trenzar los brazos de la Jalá nos ayuda a aprovechar nuestras capacidades creativas con el propósito de observar Shabat.

Ya teniendo los dos panes trenzados, dejélos reposar por otros 10 min. Coloqué los panes en una charola amplia con papel encerado, con el otro huevo los barniza con una brocha o con sus propias manos (puede ser la pura yema o huevo entero) agrega el ajonjolí de manera proporcionada sin exagerar. Y se meten al horno a 180 ° por unos 20 min. Teniendo precaución de que no se quemen, hay que cuidarlos. Puede introducir un palillo para saber si ya están cocidos completamente.

jalot-terminado

Disfrute sus Jalot con sus seres amados, en este próximo Shabat, son deliciosos y es una bendición del Eterno.

Jalot-1

¿Qué es Shabat?

Por P.A. David Nesher

 

Muchos de mis lectores piensan que el día de reposo se les dio a los israelitas en el monte Sinaí, y que por lo tanto es un mandamiento que solamente ese pueblo debe guardar en obediencia y  adoración al Eterno. Pero la verdad es que este día fue establecido como jornada festiva desde la creación misma, como se testifica en Génesis cap 2; vv. 1-2

«Así fueron acabados los cielos y la tierra y todas sus huestes. Y en el séptimo día completó Dios la obra que había hecho, y reposó en el día séptimo de toda la obra que había hecho. Y bendijo Dios el séptimo día y lo santificó, porque en él reposó de toda la obra que El había creado y hecho».

Como pueden darse cuenta El Eterno es quien bendijo y apartó el Día del Shabat ya que tiene un significado muy especial en su diseño de Reino. Las Escrituras nos revelan que cuando Él terminó Su obra creativa, decidió gozar de lo que había creado, sabiendo que ahora la Creación estaba libre del obrar de las tinieblas, por la presencia de Su diseño creativo de plenitud y reposo: el hombre en posición mesiánica. En otras palabras es el día de descanso del Eterno Dios y así también para nosotros el día de Shabat tiene que ser un día de descanso, gozo, alegría, celebración, bendición, y dedicación al propósito eterno de Dios.

Las Sagradas Escrituras explican que la Instrucción (Torah) de Dios revela que Shabat es el día más poderosos de la semana ya que el periodo del sexto día (viernes) al atardecer y Sábado al caer la noche es el único momento en que el mundo espiritual y el mundo físico están unidos bajo el poder del Mesías. Por lo que cada semana en este día podemos transformar nuestra realidad, personal y global, utilizando el poder especial de Shabat.

Para comprender bien, el espíritu (la mentalidad) que se encuentra dentro de este día, será conveniente ir al significado original de esta palabra. Etimológicamente, la palabra hebrea «Shabat« significa: «Día de descanso«, «Sábado«, y está relacionada en su origen con la palabra shvitáh, que significa «descansar« y «huelga« (o sea, un paro forzado de trabajo).

Existe, además, un significado intrínseco de cada una de las letras del alfabeto hebreo que componen esta palabra. Para comprenderlo, comenzaré diciendo que la palabra Shabat se escribe con las letras   Shin (ש), Bet (ב), y  Tet (ט). Miraremos el significado de cada una de ellas y luego realizaremos la síntesis de ellos:

  • La letra Shin (ש) significa «Poder de Dios» y también «Destrucción de lo que causa el caos».
  • La letra Bet (ב) significa: «casa, cuerpo, familia,».
  • Finalmente, la letra Tet (ט) significa: «cortar un pacto».

Si unimos estos tres significados en una unidad que se relacione con los creyentes, podemos entender que «Shabat» significa, de acuerdo a la sumatoria del significado individual de cada letra: «El Poder de Dios para destruir lo que causa el caos (las obras del diablo) en el Cuerpo del Mesías Yeshúa, y en nuestra familia, y que se concreta en sus Siete Pactos, especialmente en el último, el Pacto Renovado o Nueva Alianza«.

Por todo esto, entendemos que el verdadero significado del Pacto Renovado es: «más no vivo yo, sino que Cristo vive en mí» (Gál. 2:20), es decir, que en nosotros, nuestra falsa identidad de pecado, el yo (ego), está muerto y Yeshúah el Mesías cumple la Torah (Instrucción) de Yahvéh internamente, a través de nosotros y por nosotros. De este modo, nosotros estamos en Su reposo, descansando en Su obra redentora llena de Gracia en nosotros.

Ahora bien, sabemos, por lo escrito en la carta de 1 Tesalonicenses (capítulo 5, verso 23) que nuestro ser tiene tres partes «espíritu, alma y cuerpo«. Pablo describe esto diciendo:

«Y el mismo Dios de paz os santifique por completo: y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo».

De esta escritura podemos discernir que existe un descanso, un Shabat para nuestro espíritu, un Shabat para nuestra alma y un Shabat para nuestro cuerpo. Por ello, los invito a poner toda su atención en esto, y considerar con profunda meditación la riqueza de este misterio celestial revelado a nosotros en Cristo Jesús.

Individualmente hablando, existe un Shabat para nuestro cuerpo, que es no trabajar en nuestra tarea secular en el día sábado. Así también, existe un Shabat para nuestro espíritu, que, como dijimos, es morir nuestro yo (el ego), y que Yeshúa Mesías sea el que hable y haga en nosotros a través del Espíritu Santo. En la epístola a los romanos, el apóstol Pablo llama a esto «ser guiados por el Espíritu«.

«Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios«. ( Ro. 8:11)

Hasta ahora estas dos dimensionalidades del Shabat en nuestras vidas redimidas están bien claras. Pero lo más importante para entender y meditar es la dimensionalidad del Shabat para nuestra alma. Solamente así, estaremos integralmente irreprensibles y listos para la parusía de nuestro Mesías.

El diseño dimensional psicológico del Shabat está instruido en Isaías 58:13:

«Si cambiares (la costumbre) de poner tu pie en el Shabat para hacer tu voluntad en mi día santo y llamaras al Shabat una delicia a lo que es santo para Yahvéh y glorificado y lo glorificarás y no anduvieres por tus propios caminos y de encontrar tu propio placer o no hablares (tus propias) palabras, entonces te deleitarás en Yahvéh y Yo te haré cabalgar en las alturas de la tierra, y te haré comer de la herencia de Jacob tu padre, ya que la boca de Yahvéh ha hablado«.

Por medio de estos versículos, podemos aprender varias lecciones.

La primera de ellas es cómo festejar el Shabat. No haciendo nuestra propia voluntad, sino la voluntad del Eterno Dios, que es exactamente la definición del Pacto Renovado o Nueva Alianza, dejar que Yeshúa haga la voluntad del Padre en nosotros y por nosotros. Debemos preguntar al Señor qué hacer en Su día santo y dedicarle ese día a Él.

La segunda lección que podemos aprender es que el Shabat es un preludio a la redención final, ya que habla de «delicia» (óneg) y «honor» (kavód), dos virtudes que se disfrutarán en su plenitud recién cuando estemos viviendo en el Shabat del Milenio, y finalmente, en el Shabat Eterno, unidos al Creador para siempre en el Cielo.

¡Y eso es lo maravilloso de guardar este día santo! Saber que la Biblia nos habla no solamente del descanso semanal, sino de un descanso eterno que resta para el pueblo del Eterno, del cual el Shabat es símbolo maravilloso. Leemos en Hebreos 4:9: “Por tanto queda un reposo para el pueblo de Dios”. Ese Shabat o reposo que queda para el pueblo de Dios, es la vida eterna en cuerpos glorificados donde estaremos para siempre con el Eterno, gobernando en armonía los cielos.

De modo que el Shabat tiene dos referencias: una temporal, el descanso semanal, el que realizamos durante el séptimo día o sábado, y otra permanente y profética, el descanso eterno que nos espera como Esposa del Cordero.

Y de la misma forma que cuando probamos algo delicioso, uno no puede entender realmente qué es Shabat hasta que lo experimenta por sí mismo. En resumen, la única respuesta surge a «¿Qué es Shabat?» es: ¡Inténtelo!

 

 

NOTA:

Sugiero también leer y meditar: El Sagrado y Bendito Reposo (Shabat)

La palabra Sábado tiene etimología hebrea y no mitología latina

El hábito de agrupar los días en períodos de siete unidades, que hoy llamamos semana, ya lo practicaban los mesopotámicos en sus tiempos más remotos y fue adoptado por los griegos y los romanos, que dieron nombre a estos períodos sobre la base del número siete.Será aquí importante aportar lo dicho por el Dr. Totten, de New Haven, Connecticut, profesor de astronomía de la Universidad de Yale, que destacó los siguiente:
“A pesar de toda nuestra discusión con el calendario, es evidente que la raza humana nunca perdió la secuencia septenaria [siete días] de los días de la semana y que el día sábado de estos últimos días viene a nosotros desde Adán, a través de las edades, sin faltar un solo intervalo.”
Continuando con la línea histórica, los griegos llamaron, a este conjunto de siete días, hebdomás, de heptasiete’, palabra que perdura hasta nosotros en hebdomadario, que significa ‘semanal, semanario’.
En Roma se adoptó el nombre septimana, que llegó al español como semana.
Entre los romanos, el gran prestigio de la astrología llevó a introducir la semana de siete días, basada en la idea babilónica de las siete mañanas, pero los nombres de los días fueron tomados de astros y dioses equiparados a los babilonios.
La etimología de la mayoría de los días la semana tiene una gran relación con la mitología romana. Los romanos vieron una conexión entre sus dioses y el cielo de la noche que iba cambiando, según los días, así que empezaron a utilizar de manera natural los nombres de sus dioses para los planetas. Aquellos que se podían seguir con la vista en el cielo eran el Sol, la Luna, Mercurio, Venus, Marte, Júpiter y Saturno. La Luna (Selena – Diosa de la luna, famosa por sus amores), Marte (Ares – dios de la guerra, por lo rojo como la sangre), Mercurio (Hermes – dios de los comerciantes, mensajero de los dioses, y planeta que está más cerca del sol), Júpiter (Zeus – dios padre, por ser el segundo más brillante), Venus (Afrodita – diosa de la belleza y el amor, por ser el planeta más brillante), y Saturno (Cronos – dios del tiempo, por ser el más lento). De esta forma, el lunes se llamó así en homenaje a la Luna; el martes recordaba al dios de la guerra, Marte para los romanos; el miércoles, al dios del comercio, Mercurio; el jueves a Júpiter (dies Jove o día de Júpiter); y el viernes, a Venus.
La raíz latina original de los nombres perduró en cinco de los siete días, a excepción del sábado y el domingo, que sufrieron un giro etimológico por influencia de la religión.
Será aquí interesante señalar que por aquel entonces para los romanos, el séptimo día era el día de Saturno (dies Saturnī). Pero con el advenimiento del cristianismo, por obra y artimaña del emperador Constantino, el nombre dies Saturni fue cambiado por Sabbatum, derivado del hebreo sabbat, proveniente del verbo Shabbat (יום השבת) ‘descansar’, que entre los judíos designa al día semanal de descanso.
En latín, el domingo se llamaba Solis diesdía del Sol’, pero los cristianos cambiaron ese nombre a dies dominĭcus que significaba ‘día del Señor’ (dominus). De aquí evolucionó a dominica, de dónde pasó al español como domingo.
Fue esta estrategia de cambio de nombres de estos dos días lo que le permitió al emperador y sus cómplices religiosos (los obispos romanos) hacer que los cristianos comenzaran a santificar el domingo y no el sábado que era el día sagrado hebreo revelado por el Eterno Dios para descansar en adoración. Todo este juego estratégico fue una forma práctica, muy en la mentalidad romana, de incluir en la nueva religión de estado a los adoradores del Sol Invicto , con los de Cristo y en menor medida a los del también culto solar Mitraico (que adoraba a Mitra) ya que las tres religiones en conjunto formaban la gran mayoría de fieles en un imperio en búsqueda de una identidad religiosa unificada.
Cerraremos esta primera parte de la bitácora observando que en algunas lenguas germánicas, como el inglés, todavía se conserva la esencia de la raíz mitológica-latina para estos dos días: Saturday (Saturn Day; día de Saturno) y Sunday (Sun Day; día del Sol). Esto fue así ya que los britano-romanos no cambiaron el nombre a los dos últimos días de la semana por dejar de estar bajo el gobierno imperial a partir del imperio de Constantino

Etimología de ‘sábado’

Para terminar el planteo de esta bitácora, es importante remarcar que sábado es día de descanso. Lo es en la práctica y lo es en la etimología.
Ya entendemos que su origen remoto está en el hebreo šabbat, que era el día de descanso de los judíos. El significado de esa palabra era simplemente eso: ‘descanso’.
Antes de aterrizar en el castellano, pasó por un par de etapas intermedias. Desde el hebreo se introdujo en el griego con la forma sábbaton y a través de esta lengua llegó al latín del cristianismo como sabbatum.
Así fue como consiguió desplazar al antiguo día de Saturno (dies Saturni), del que todavía queda memoria en el inglés Saturday.
La evolución desde el hebreo al castellano, resumida, queda así:
(1) šabbat > sábbaton > sabbatum > sábado
 
Aunque pueda parecer muy diferente, el castellano sábado tiene el mismo origen que el francés samedi y el alemán Samstag. Estas dos formas, a su vez, tienen más en común de lo que parece. Ambas dan testimonio de otra rama de la evolución desde el hebreo. Para empezar, las dos incorporan la palabra día:
(2) same-di
 
(3) Sams-tag
Lo segundo que las une es que proceden de una versión popular del griego sábbaton:
(4) sámbaton
De ahí debió de salir una forma latina sambatum.

Sábado constituye un hermoso ejemplo de cómo, en cuanto empezamos a arañar en la superficie, comprobamos que es mucho lo que une al vocabulario de las lenguas europeas, incluso cuando no lo parece a simple vista.Por lo tanto, debemos estar tranquilos en nuestro entendimiento de que la palabra sábado en el idioma español tiene una etimología originada del hebreo que la libera de todo espíritu mitológico latino.Lo que sí será importante señalar es que la palabra hebrea “Shabat”, que da origen etimológico a la palabra sábado, significa suspender el trabajo. El Shabat es la señal acordada entre el Creador y los redimidos de Su Pueblo de que Él creó los cielos y la Tierra en seis días y descansó en el séptimo. Pero el Shabat no es solamente un día de descanso, es también un día especial de santidad donde el hombre debe dejar de lado toda búsqueda material y dedicarse por completo a rejuvenecerse espiritualmente por medio de escuchar al Eterno Dios hablar desde Su Instrucción (Torah).

 

Bitácora relacionada para leer:

El “Día del Señor”: ¿Es el Domingo o el Sábado?

La adoración solar y los días de la semana

LA OFRENDA DE SHABAT: Una Expresión Física del Corazón Humano.

Por P.A. David Nesher

 

“El día del sábado ofrecerás dos corderos de un año, sin defecto, y una ofrenda vegetal de dos décimas de un efa de harina fina amasada con aceite, con su libación. 
Este es el holocausto de cada sábado, además del holocausto continuo y de su libación.» 
(Números 28: 9-10)

Pesaj2-cordero-de-dios

Reiteradamente, por medio de mis enseñanzas, he explicado que el corazón, en las Sagradas Escrituras, representa el centro del alma, de donde emana todo lo que el hombre piensa, habla y hace. Son justamente los pensamientos del ser humano, la manera en que este intelectualiza lo que de su corazón emana, su deseo o intención (kavaná). Las palabras son la manera en que el hombre expresa sus pensamientos, los cuales como dijimos anteriormente son el resultado del discernimiento intelectual de un deseo que emana del corazón del hombre. Los actos son la labor que hombre emprende en pos de satisfacer ese deseo que emana de su corazón, su discernimiento intelectual del deseo de su corazón le dirigió sobre la manera de satisfacerlo, y por eso el hombre entiende o sabe qué acto es el que necesita hacer para satisfacer el deseo que emana de su corazón.
En resumen de lo que vengo diciendo, el acto físico solo es el resultado de un proceso de discernimiento espiritual dentro del alma del hombre, siendo entonces el acto físico la manifestación de lo que está emanando desde el corazón del hombre, el acto es el medio en que lo espiritual que emana del corazón del hombre se manifiesta en el mundo material.
Toda persona justa en el Mesías debe estar consciente que el valor de su ofrenda física se lo da el corazón con que se está presentado, de allí la importancia en que no solo nuestra educación en la Torá sino el ambiente de nuestras comunidades, deben de ser propicias para cultivar los corazones de los ofrendantes y que estos sean adecuados, y entonces sus ofrendas y oraciones sean gratas delante del Trono Celestial.
Y por otro lado debemos aprender sobre el momento adecuado para cada ofrenda, no antes y no después de lo que la Torá ha instruido, por ejemplo, la ofrenda del Shabat (séptimo día de la semana) es clave para un hijo primogénito de Dios, siendo el Shabat la puerta que une a este mundo con la perfección que viene del Creador de los cielos y la tierra. Por ello, teniendo en cuenta que en ese día nos disponemos a cerrar nuestras manos para no laborar y así buscar esa perfección, nuestra ofrenda de Shabat es de suma importancia, y por eso debe ser dada antes de iniciar mi búsqueda de esa perfección disponible en ese día santo.
Para lograr entender el espíritu profético-mesiánico de este acto ofertorio, deberemos entender el sentido de la acción de sacrificar. “Sacrificar le parecía al hombre tan ‘natural’ como orar; lo primero indica lo que el hombre siente acerca de sí mismo, lo otro lo que siente con respecto a Dios”, escribe el historiador bíblico Alfred Edersheim. Desde que el pecado entró en el mundo, ha traído consigo el dolor de la culpa, el desamparo y el alejamiento de Dios. El hombre es consciente que necesita liberarse de estos males. Es fácil de entender que cuando la gente se encuentra en esa situación desesperada piense que debe recurrir a Dios por ayuda (Romanos 5:12).
Por ello, el mismo Dios Eterno, garantizó el cumplimiento de los tiempos con el advenimiento de la «simiente de la mujer» que acabaría con la serpiente antigua y su simiente, el pecado en el corazón humano (Gén. 3:15). De ese modo reveló que en tiempo oportuno Él mismo manifestaría al Cordero que fue inmolado antes de la fundación del mundo (Ap. 13:8). Entonces la humanidad toda tendría abierto el portal de regreso al Reposo (Shabat) del Eterno e Infinito Dios.
Por ello, cuando se estableció el ritual del tabernáculo en el monte Sinaí, el Eterno ordenó que cada mañana y cada tarde se ofreciera un cordero de un año (hebcordero-altar. kebes) como holocausto por todo Israel (Ex. 29:38-42; cf Nm. 28:4), y dos el sábado de mañana y dos el sábado de tarde (Nm. 28:9, 10). Por causa de su inocencia, paciencia e inofensividad, un cordero resultó ser el mejor animal para representar a quien prometió llevar los pecados del mundo, el Cordero de Dios. Por ello, el cordero desempeñó una parte importante en el antiguo sistema de sacrificios, el cual prefiguraba el ministerio y sacrificio de nuestro Salvador. Este animal, ofrecido en holocausto, representaba el ministerio continuo de Jesucristo en favor de los pecadores. Por cuanto ésta era una «ofrenda encendida«, «ofrenda quemada«, o un «holocausto continuo [diario]» (v. 3), se la llegó a conocer como tamîd: literalmente, «continuo» o «diario«. Este término hebreo para “ofrenda quemada” significa “ofrenda de ascensión” u “ofrenda que asciende”, lo cual es pertinente porque en esta el animal degollado se quemaba sobre el altar y ascendía hacia el cielo a Dios un olor dulce, conducente a descanso (Shabat). La ofrenda quemada se distinguía de las demás en que el animal se ofrecía entero al Eterno después de haber salpicado su sangre alrededor del altar. Los sacerdotes tenían que “hacer humear todo ello sobre el altar como ofrenda quemada, ofrenda hecha por fuego, de olor conducente a descanso (Shabat) a YHVH” (Levítico 1:3, 4, 9; Génesis 8:21).
Ahora comprendemos que ley (hajalá) mosaica, con todos sus sacrificios y ofrendas, se dio a los israelitas de antaño para que pudieran acercarse al Eterno y así conseguir y conservar su favor y bendición hasta la llegada de la Simiente de la mujer prometida. El apóstol Pablo, que era judío, lo explica de este modo: “De manera que la ley ha sido nuestro ayo, para llevarnos a Cristo, a fin de que fuésemos justificados por la fe” (Gálatas 3:24). Lamentablemente, la nación de Israel no respondió a esa tutela, sino que abusó de su privilegio. En consecuencia, sus muchos sacrificios se hicieron repugnantes a YHVH, quien dijo por medio de su profeta: “Suficiente he tenido ya de holocaustos de carneros y de la grasa de animales bien alimentados; y en la sangre de toros jóvenes y corderos y machos cabríos no me he deleitado” (Isaías 1:11).
Teniendo en cuenta estas imágenes proclamadas en la Antigua Alianza, vemos que las primeras comunidades estaban llenas en sus conciencias de estas significaciones. Cristo, nuestro Cordero pascual, ha sido inmolado, decía Pablo a la comunidad de Corinto (1 Cor 5: 7). Y Pedro, en su primera epístola, invitaba a los fieles a recordar que habían sido rescatados de su vano vivir no con oro o plata, que son bienes corruptibles, sino con la sangre preciosa de Yeshúa, Cordero sin defecto ni mancha (1Pe 1: 18-19). Para la Nueva Humanidad conformada en el Mesías, Él era el Cordero del Eterno prefigurado en todos y cada uno de los corderos ofrendados en el altar del Antiguo Pacto.
Los primeros discípulos sabían que la ofrenda es tan importante delante de YHVH que entendían por qué el mismo Yeshúa se convirtió en una para salvar a los hombres del caos. Las primeras comunidades sabían que Él es el Cordero de Dios que quita nuestro pecado (Jn. 1:29) y también, quien sana la tierra. En la cruz del Gólgota, Él era el Cordero a ser sacrificado. Este recordatorio se activaba en cada cierre del ciclo semanal, durante la celebración del Shabat. Los discípulos de los dos primeros siglos, separaban de sus bienes durante las dos comidas del sábado a fin de traer a la comunidad, al iniciarse el primer día, la evidencia de su amor al Eterno y Su Torah como ofertorio. Dichas ofrendas eran usadas muchas veces como instrumentos de la tzedaká (justicia social) que la idea de Shabat les revelaba:

«Cada primer día de la semana, cada uno de ustedes ponga algo aparte, según lo que haya ganado, y guárdelo, para que no se tengan que recoger las ofrendas cuando yo esté allá.»

(1 Corintios 16:2 – RVC)
Hoy, nosotros, los hijos primogénitos que habitamos Su Monte Santo, creemos en el poder de traer nuestras ofrendas de Shabat. Entendiendo que las mismas son actos de adoración a nuestro Abba, el Eterno Dios, por medio de las que ocurren grandes cosas. Al cumplir con estos principios, se revela en todos los cielos lo que hay en nuestros corazones, y nos ponemos en posición para recibir las recompensas correspondientes a nuestra obediencia en el guardar el Shabat.
Así que debemos dimensionar la gran importancia que tiene el acto de honrar al Eterno Dios con la ofrenda encendida de Shabat, ya que el hecho más importante que nos ha sucedido, implicó el sacrificio de dar lo más valioso. Por lo tanto, al hablar de salvación inevitablemente hablamos de ofrenda de Shabat manifestándola materialmente. Nos encanta recibir el beneficio de la cruz, pero debemos entender que fue una ofrenda, un sacrificio con el cual Yeshúa otorgó Reposo (Shabat).
Al ofrendar en Shabat, manifestamos que creemos en que todo el universo opera basado en ciclos. Las mujeres tienen su ciclo mensual, la lluvia pasa por un ciclo; el Eterno creó el mundo basado en ciclos para asegurar su continuidad. Cuando uno de esos ciclos se desequilibra, se crean grandes conflictos. Al celebrar Shabat manifestamos nuestra convicción en que toda la Creación marcha al encuentro de ese «instante eterno» en que todo lo creado entrará en el Reposo de YHVH. En cada Shabat establecemos que nuestro Único Dios está en absoluto control de todas las cosas por medio de Su Mesías-Cordero. De ese modo no ha posibilidad alguna de que las tinieblas establezcan el caos en la Tierra, y desde ella, en el cosmos todo. Por el contrario, el señorío entregado por el Padre a nuestro Dueño Yeshúa realiza diariamente un ministerio continuo en intercesión a favor de los hombres y la creación misma. Dicho ejercicio ministerial garantiza una vivencia de Su Paz (Shalom) en todas las áreas del ser humano, y particularmente aquellas que tienen que ver con su economía. Tu acto de ofrendar proclamamos a todo testigo de nuestro alrededor (ángeles y hombres) que aceptamos lo que YHVH está haciendo por nosotros, aunque no lo merezcamos.
Por todo ello, necesito decirte, a ti que lees esta bitácora, que cuando ofrendas en Shabat entras en el ciclo de libertad financiera que nuestro Abba Eterno diseñó para ti. Si ofrendas estás dando testimonio de lo que recibes cada día de tu vida es de parte del Eterno Dios; entonces las bendiciones te alcanzarán (Dt. 28:1-14). Pero si recibes, y no ofrendas, te sales de ese ciclo y las maldiciones de la Torah te alcanzarán (Dt. 28:15-68).
ofrenda-manipula