Mientras los cristianos en diferentes países del mundo de Medio Oriente son amenazados y asesinados a causa de su fe, los evangélicos en América Latina consideran que la persecución se está ampliando en contra de ellos, pero en otros términos. Ellos no son decapitados o crucificados, pero están sufriendo sanciones políticas quitándoles o limitándoles su derecho a la libertad de culto.
Las medidas de los gobiernos han impedido la apertura de nuevas iglesias y también están tratando de cerrar los templos existentes. En Bolivia, la Asociación Nacional de Evangélicos de Bolivia (ANDEB) está librando una batalla legal que incluye un pedido de inconstitucionalidad ante el Tribunal Constitucional que busca la derogación de leyes firmadas por el presidente Evo Morales.
El defensor del “socialismo bolivariano”, ha demostrado su influencia en los países vecinos como Venezuela y Brasil, Morales ha establecido reglas que son impedimentos a la libertad religiosa. La abogada Ruth Montaño, que asiste legalmente a ANDEB recientemente dijo: “Esta ley es totalmente inconstitucional, incompatible con el artículo 4 de la Constitución.”
Los evangélicos son una minoría en el país, alrededor de 1,6 millones de personas. El Decreto 1987 y la Ley 351, creada por el gobierno de Evo y aprobado por la Asamblea Legislativa de Bolivia, tiene como objetivo “regular la concesión y registro de legitimidad de las iglesias, grupos religiosos y creencias espirituales, cuyos objetivos no implican ganancias”.
Morales, quiere que cualquier organización religiosa en el país vuelva a solicitar su personería jurídica para ser considerada legalizada a partir del próximo año. Para que esto suceda, los nombres deben presentarse en una “lista certificada”, que contiene los nombres, números de tarjetas de identidad, certificados de impuestos y los registros policiales de sus líderes, así como la lista oficial con los nombres y números de identificación de todos sus miembros.
Las iglesias también tienen que proporcionar un calendario de todas sus actividades anuales “para el control y seguimiento” por el Ministerio de Asuntos Exteriores. Los que se nieguen a completar correctamente la documentación necesaria, tendrán su inscripción oficial cancelada, dando lugar a la confiscación de los bienes eclesiásticos, la prohibición de cultos y cerrar los centros de formación.
“La amenaza de revocar el documento que nos legaliza, simplemente por una decisión de un burócrata del gobierno, viola el debido proceso”, dijo Montaño. Además, recordó que antes de ser elegido en 2009, Evo Morales, defendió un Estado laico y negó todos los rumores de que iba a cerrar iglesias. Después de cinco años en el poder, cambió su punto de vista y decidió olvidar los compromisos adquiridos con los líderes en ese momento.
Uno de los países más cerrados para el evangelio es Cuba donde se ha incrementado la persecución religiosa en los últimos años, según un informe de la organización Christian Solidarity Worldwide, esta ha registrado varios casos de hostilidad, tortura y encarcelamiento.
En el primer semestre de 2014, se han registrado 170 violaciones a la libertad religiosa, con decenas de víctimas. En contraste, en el mismo periodo de 2011 fueron 120 casos con 40 víctimas.
El gobierno cubano emplea tácticas brutales, incluyendo la intimidación hacia los pastores y líderes de iglesias, amenazas de cierre, confiscación de bienes, la demolición de iglesias y prisiones temporales.
“Es lamentable ver un aumento tan significativo y sostenido de violaciones contra la libertad religiosa en Cuba”, dijo Mervyn Thomas, director de CSW. Según él, el gobierno cubano se ha negado a permitir que todas las organizaciones religiosas operen legalmente.
En Costa Rica, las 2.500 iglesias que forman la Alianza Evangélica Costarricense están preocupadas porque el gobierno impuso nuevas reglas sobre el funcionamiento de los templos. Por lo tanto, unos 1.500 de ellos podrían ser clausurados.
El presidente del grupo evangélico, Juan Luis Calvo dijo que hizo un esfuerzo para adaptarse a las nuevas exigencias, pero necesita el apoyo del gobierno. Entre ellos se encuentran la insonorización de los templos, una adaptación muy cara para la mayoría de las iglesias evangélicas. Varias ya fueron de funcionar en lo que va del 2014.
Desde el 2005 los evangélicos han librado una lucha política contra las resoluciones gubernamentales que obstaculizan el libre funcionamiento de los templos, especialmente los evangélicos.
El gobierno afirma que existen normas mínimas de seguridad y de accesibilidad que deben ser respetados y que los templos que no encajan serán cerrados. Mientras tanto, miembros de partidos vinculados a los evangélicos como Renovación Costa Rica (CR), Restauración Nacional (RN) y la Alianza Demócrata Cristiana (ADC), han librado una batalla en el marco legislativo, pero el gobierno dice que no hay persecución.
Fuente: Noticias Cristianas